Un hombre se da cuenta que hay un gorila en lo alto del árbol de su jardín y como no sabe cómo hacerlo bajar, llama a una empresa de cazagorilas.
Se le presenta un tipo cuyo equipamiento son unas esposas, un perro y una escopeta. Le dice que su compañero habitual no ha podido venir y que él tendrá que ayudarle a cazar al gorila.
El hombre acepta y, un poco asombrado, le pregunta qué tiene que hacer.
- "Es fácil", contesta el cazagorilas, "yo me subo al árbol y zarandeo las ramas para hacer caer al gorila; mi perro, que está adiestrado, le dará un mordisco al gorila en los testículos que le dejará inmóvil, momento que usted aprovechará para ponerle las esposas al gorila".
- "Parece fácil", le dice el hombre, "pero dígame, ¿para qué sirve entonces la escopeta?".
- "Pues porque si, al mover las ramas, pierdo el equilibrio y soy yo el que caigo, no lo dude, ¡péguele un tiro al perro!"