Ya soy un malhechor, seis puntos colega.
Iba tan ricamente, al solecito, con mi casco cerradito, soñando despierto, en una autovia de cuatro carriles en cada sentido, a 82 k/h, pero amigo malincuente, estaba entrando en la ciudad, y el limite es 50. Correcto. Debo ser multado por un exceso de velocidad. Los ejecutores de la ley me han cazado.
Un amable agente me da el alto, joven y guapo, con unos bonitos ojos azules, si me llega a parar en la cera de enfrente, no se si respondo.
Me pide el carnet de conducir, se lo entrego, me multa, me lo devuelve y me voy.
No me quito el integral en ningun momento, no me lo pide, no le enseño los impuestos ni el seguro, ni los papeles de la moto, tampoco me los pide, ¿tiene prisa por hacer caja?, como era la moto de mi sufrida, se lo hago ver, pero le da igual, si no fuera porque es tan guapo, le habria dicho.
Trescientos euros, seis puntos y tal vez un mes sin carnet, soy un maldito terrorista, pero asi son las leyes, iguales para todos, y las acepto, ¡que carajo!
Cuando retomo la marcha, siento cierta parte de mi cuerpo, prieto, muy prieto, no, no es el asiento de la 850, me estoy dando cuenta, de que estoy en peligro, cosas de canallas y usurpadores pierdepuntos como yo. No quiero perder mi carnet. Aunque en quince años no tenga mas de 4 multas, siento miedo.
Pero, claro, si la cosa fuese tan sencilla, pues oiga hasta funcionaria, pero miren ustedes por donde que se van a joder, que no me van a apartar de sus cuchillas, ni de sus pinturas blancas, ni de sus agujeros, me hago un cursito (porfa que me lo de ojitos azules), y recupero cuatro puntos, y de regalo otra muñeca chochona, eso si a rascarse el bolsillo, porque aqui lo que importa señor Pere Navarro, es quitar a los hijos de puta, como yo, de la circulacion. O quizas quiere mi dinero y no matar a la gallinita de los huevos de oro.
Ya sabeis con quien no dejar a vuestros hijos.
Nos vemos en la carretera.
Iba tan ricamente, al solecito, con mi casco cerradito, soñando despierto, en una autovia de cuatro carriles en cada sentido, a 82 k/h, pero amigo malincuente, estaba entrando en la ciudad, y el limite es 50. Correcto. Debo ser multado por un exceso de velocidad. Los ejecutores de la ley me han cazado.
Un amable agente me da el alto, joven y guapo, con unos bonitos ojos azules, si me llega a parar en la cera de enfrente, no se si respondo.
Me pide el carnet de conducir, se lo entrego, me multa, me lo devuelve y me voy.
No me quito el integral en ningun momento, no me lo pide, no le enseño los impuestos ni el seguro, ni los papeles de la moto, tampoco me los pide, ¿tiene prisa por hacer caja?, como era la moto de mi sufrida, se lo hago ver, pero le da igual, si no fuera porque es tan guapo, le habria dicho.
Trescientos euros, seis puntos y tal vez un mes sin carnet, soy un maldito terrorista, pero asi son las leyes, iguales para todos, y las acepto, ¡que carajo!
Cuando retomo la marcha, siento cierta parte de mi cuerpo, prieto, muy prieto, no, no es el asiento de la 850, me estoy dando cuenta, de que estoy en peligro, cosas de canallas y usurpadores pierdepuntos como yo. No quiero perder mi carnet. Aunque en quince años no tenga mas de 4 multas, siento miedo.
Pero, claro, si la cosa fuese tan sencilla, pues oiga hasta funcionaria, pero miren ustedes por donde que se van a joder, que no me van a apartar de sus cuchillas, ni de sus pinturas blancas, ni de sus agujeros, me hago un cursito (porfa que me lo de ojitos azules), y recupero cuatro puntos, y de regalo otra muñeca chochona, eso si a rascarse el bolsillo, porque aqui lo que importa señor Pere Navarro, es quitar a los hijos de puta, como yo, de la circulacion. O quizas quiere mi dinero y no matar a la gallinita de los huevos de oro.
Ya sabeis con quien no dejar a vuestros hijos.
Nos vemos en la carretera.