D
Dr._Infierno
Invitado
Ya que este es uno de los hilos perdidos con el fallo del servidor
, lo vuelvo a poner para el que lo necesite 
-------------------------------------------------------------------------
¿Cuál es el secreto para trazar las curvas con seguridad y de forma fluida? ¿Apurar la frenada lo justo? ¿Inclinar más la moto? ¿Acelerar antes?... Es probable que si hiciéramos una encuesta entre expertos motoristas, habría respuestas para todos los gustos.
Cuando voy en grupo, voy observando los problemas que tienen algunos de mis colegas. La conclusión que he sacado de esas observaciones es que, en términos generales, la clave es la trazada. En especial en curvas de 90º o inferiores.
¿Es que es tan difícil pegarse bien al exterior del carril, antes de iniciar la tumbada? ¿Por qué se suele atacar la curva antes de tiempo?... Parece como si existiera “vaguera” mental. Está claro que apurar la frenada hasta el inicio de curva, implica tener más activo el cerebro y un mayor esfuerzo para tumbar la moto de forma, digamos, más brusca e intensa… Es fácil dejarse llevar por un ataque anticipado a la curva… pero las posibilidades se reducen mucho. Se desperdicia mucha calzada a la entrada de la curva, que luego falta a la salida… y entonces, ya por fuerza, hay que ponerse a trabajar duro para salir airoso.
¿Por qué la trazada es la clave? Sencillamente porque un buen inicio de trazada es el que proporciona la mejor visión de salida de la curva y nos proporciona la información que se necesita para cuantificar la tumbada y la mejor aceleración para el tramo medio y final del giro. Mirar lo más lejos que permita lo que se ve de la curva, desde una posición privilegiada: El exterior del carril cuando termina la recta.
Pero para posicionarnos cerca de la curva, hay que elegir el punto en donde se va a iniciar la tumbada. Porque, en términos generales, en él hay que terminar la frenada. Esto nos lleva a que, de lejos, hay que fijar con la mirada ese punto del exterior del carril, porque es la referencia para programar y cuantificar la frenada que se necesita.
Las coordenadas de ese punto, se interiorizan para que el piloto automático de nuestro cerebro termine de realizar el trabajo, porque antes de llegar a él, ya tenemos que dirigir nuestra atención a la salida del giro, para programar la tumbada y la aceleración en el tramo medio y final de la curva. Con un buen inicio de trazada, la cosa es fácil: Hay margen de asfalto para levantar la moto con una buena aceleración, en la salida del giro.
¿Cuál es el punto crítico de la curva? Pues en el ataque atrasado del que estamos hablando, en especial en curvas cerradas, es el inicio de la tumbada. Es un momento en el que hay que “tirar” la moto con decisión, aplicando contramanillar y “dejando ir” la moto, sin aplicar frenos ni gas. Serán solo unos momentos, porque enseguida la salida aparecerá expedita ante nuestros ojos, permitiendo acelerar progresivamente, con seguridad, conforme vamos levantando la moto siguiendo la culminación de una trazada bien dibujada.
Pero no nos engañemos. No es fácil que nuestro cerebro asimile movimientos y maniobras, si una vez lo hacemos y otras no. Hay que buscar, de manera consciente e intencionada, la trazada ideal en “todas” las curvas, incluso si se va de paseo. Solo así, llegará ese momento mágico en el que, habiendo desaparecido todos los miedos, nos sentiremos seguros de lo que hacemos con la moto.


-------------------------------------------------------------------------
¿Cuál es el secreto para trazar las curvas con seguridad y de forma fluida? ¿Apurar la frenada lo justo? ¿Inclinar más la moto? ¿Acelerar antes?... Es probable que si hiciéramos una encuesta entre expertos motoristas, habría respuestas para todos los gustos.
Cuando voy en grupo, voy observando los problemas que tienen algunos de mis colegas. La conclusión que he sacado de esas observaciones es que, en términos generales, la clave es la trazada. En especial en curvas de 90º o inferiores.
¿Es que es tan difícil pegarse bien al exterior del carril, antes de iniciar la tumbada? ¿Por qué se suele atacar la curva antes de tiempo?... Parece como si existiera “vaguera” mental. Está claro que apurar la frenada hasta el inicio de curva, implica tener más activo el cerebro y un mayor esfuerzo para tumbar la moto de forma, digamos, más brusca e intensa… Es fácil dejarse llevar por un ataque anticipado a la curva… pero las posibilidades se reducen mucho. Se desperdicia mucha calzada a la entrada de la curva, que luego falta a la salida… y entonces, ya por fuerza, hay que ponerse a trabajar duro para salir airoso.
¿Por qué la trazada es la clave? Sencillamente porque un buen inicio de trazada es el que proporciona la mejor visión de salida de la curva y nos proporciona la información que se necesita para cuantificar la tumbada y la mejor aceleración para el tramo medio y final del giro. Mirar lo más lejos que permita lo que se ve de la curva, desde una posición privilegiada: El exterior del carril cuando termina la recta.
Pero para posicionarnos cerca de la curva, hay que elegir el punto en donde se va a iniciar la tumbada. Porque, en términos generales, en él hay que terminar la frenada. Esto nos lleva a que, de lejos, hay que fijar con la mirada ese punto del exterior del carril, porque es la referencia para programar y cuantificar la frenada que se necesita.
Las coordenadas de ese punto, se interiorizan para que el piloto automático de nuestro cerebro termine de realizar el trabajo, porque antes de llegar a él, ya tenemos que dirigir nuestra atención a la salida del giro, para programar la tumbada y la aceleración en el tramo medio y final de la curva. Con un buen inicio de trazada, la cosa es fácil: Hay margen de asfalto para levantar la moto con una buena aceleración, en la salida del giro.
¿Cuál es el punto crítico de la curva? Pues en el ataque atrasado del que estamos hablando, en especial en curvas cerradas, es el inicio de la tumbada. Es un momento en el que hay que “tirar” la moto con decisión, aplicando contramanillar y “dejando ir” la moto, sin aplicar frenos ni gas. Serán solo unos momentos, porque enseguida la salida aparecerá expedita ante nuestros ojos, permitiendo acelerar progresivamente, con seguridad, conforme vamos levantando la moto siguiendo la culminación de una trazada bien dibujada.
Pero no nos engañemos. No es fácil que nuestro cerebro asimile movimientos y maniobras, si una vez lo hacemos y otras no. Hay que buscar, de manera consciente e intencionada, la trazada ideal en “todas” las curvas, incluso si se va de paseo. Solo así, llegará ese momento mágico en el que, habiendo desaparecido todos los miedos, nos sentiremos seguros de lo que hacemos con la moto.