En estos últimos diez años en Barcelona ha habido un gran boom. Como bien dicen, a esta gran expansión de motos, básicamente scooters, se ha sumado , como no podía ser de otra manera, el incivismo de la gran mayoría de usuarios. Yo no utilizo la moto en desplazamientos urbanos o muy escasamente. Como expliqué en otro hilo, las plazas habilitadas en la calzada son demasiado ajustadas para una moto voluminosa o que quede demasiado inclinada con la pata de cabra como es mi caso. Puede ser perfectamente normal llegar y no poder pasar la pierna porque el colega de al lado la ha dejado perfectamente enganchada a la tuya. O el terrible efecto dominó que he visto en más de alguna ocasión. Yo subo a las aceras. Ahora bien, siempre en aceras de más de cuatro metros, nunca con el motor en marcha, empujo a tracción animal y el estacionamiento totalmente paralelo a la calzada; bueno, no puedo cumplir lo del medio metro pero queda lo más ajustada posible al bordillo.
Pero al final, con la edad uno termina entendiendo que nadie escarmienta en cabeza ajena. El que es maleducado y vaya a lo suyo, seguirá siendo así, valga para usuarios de motos, grafiteros, ciclistas, usuarios de patinetes, los del botellón, los que siguen parando al taxi en medio de la calle cuando a apenas 50 metros tienen una de las perfectas esquinas del Eixample para no molestar a nadie, los padres y madres que dejan a sus chavales jugar a pelotazos delante de la mesa donde los jubilados se toman su cortado...
Demasiado incívico primeramente, y ya después, los otros problemas.