En sus inicios los Angeles del Infierno también se dedicaron a estos "negocios". De hecho hubo redadas generalizadas por todo Estados Unidos con centenares de detenciones por tráfico de drogas y armas. Esa fama de chicos malos en las Harley, afortunadamente, no ha cruzado el charco, pero sí ha llegado, visto lo visto, a Australia. Llegados a ese punto, estoy de acuerdo en los comentarios de que no son moteros. Al menos no son moteros para el concepto que tenemos nosotros de ser moteros. Son delincuentes que van en moto. Viven la moto como una seña de identidad de su "banda". Lamentable para la gente a la que le gusten las Harley y sean gentes de bien.
Si nos olvidamos de ese "pequeño detalle", lo que no se puede negar es que un entierro motero así es algo impresionante. Hace años coincidí con uno cerca de mi casa, aunque no tan numeroso. Justo cuando yo pasaba cerca de la iglesia sacaban el féretro y lo montaban en el coche. Decenas de motos salieron en formación y yo, a pesar de no saber quién era ni nada, me uní a su homenaje y respeto imaginando que habría muerto en accidente de moto. Nunca lo supe. Seguí la comitiva el tramo que coincidió con mi ruta hasta que me tuve que desviar. La gente paraba en la calle para verlo. No era para menos. Impresiona ver esa hermandad para dar un último adiós a alguien. En un entierro donde la gente que va en coches, incluso aunque sean más, la comitiva se confunde con el resto del tráfico.