Yo te puedo contar mi experiencia, que creo que te puede servir. Tengo tres BMW: una R65 que compré de segunda mano hace unos 30 años, una R1150RT que compré de segunda mano hace cinco años y una K100base que compré el año pasado, así que mi experiencia abarca bastante tiempo y modelos. La K100 estaba en un garaje de alguien que necesitaba espacio, así que es verdad que no pagué mucho, pero no sabía gran cosa de esa moto, salvo que había estado mucho tiempo en Ibiza y, por tanto, expuesta al corrosivo aire marino. Como ya conocía el foro, algo creía tener claro, pero muy básico: que había que mirar el tema de la bomba agua/aceite viendo si el anticongelante estaba bien de color y la bomba de la gasolina si había estado mucho tiempo parada. Poco más. Y al final, me la quedé casi porque el vendedor quería sacársela de encima y a mi me hacía ilusion una K. Con la R65 he aprendido muuuuuuucho de mecánica, tengo que reconocer que cuando la compré no tenía ni idea y que me colaron un truño de campeonato. Pero la he mantenido desde entonces y después de tantos arreglos yo creo que de original solo le queda el depósito y el grupo, que probablemente es lo próximo que le tendré que cambiar. Mis hijos me matan si la vendiera. La R1150RT me la vendió una persona de toda confianza, muy conocida en el mundo BMW, y tenía menos de 20.000 kilómetros. El problema es que había estado parada más de 5 años y hasta que le salieron todas las castañas que se le habían deteriorado -y que no fueron pocas- me dio mucha lata. Pero mucha. Ahora y desde hace muchisimos kilómetros, la máquina va de cine, perfecta, genial. Está mejor que nueva. Un violín Stradivarius de moto.
La K me pilló cuando ya se algo más de motos, sigo siendo un chapucero con las herramientas, pero ahora ya se algo más, casi todo lo he aprendido aquí. Pero en el momento en que me la dieron, no sabía ni distinguir el ruido del "molinillo" o de cuando el motor de arrance engancha. El de la bomba de gasolina no lo escuchaba porque sonaba la válvula de no retorno como para no oir el motor. En fin, parecía que me habían enjaretado otro truño tantos años después. Pero poco a poco -y con mucho miedo porque tanto cable asusta un poco- he ido conociendo esta máquina y aunque de aspecto estaba para tirar para atrás, con muy poco (un aditivo para limpiar el motor por dentro y un destornillador para sacar esa válvula ruidosa del depósito) bujías y ruedas nuevas, este verano me ha hecho disfrutar como nunca por el Pirineo. Naturalmente, ahora que la conozco mejor y que se que es una buena base, me propongo irla mimando sustituyendo las piezas que estén más gastadas o feas. Ya he invertido un poco en el cuadro que antes no funcionaba (Gracias Ricardo Sak3) y ahora estoy pensando en el amortiguador trasero, frenos, etc. Y, por supuesto, llevándola a un buen taller para que le hagan un buen repaso de válvulas, que yo no se hacer y que siempre le vendrá bien.
Pero esta es una moto que me escogió a mi, si se puede decir, no yo a ella. Si tuviera que buscar ahora una K me fijaría sobre todo en el estado de conservación exterior. No una moto que haya estado parada mucho tiempo, sino una que ha estado bien cuidada. Que ha dormido en garaje, que tiene poco óxido etc. Conociendo estos motores, si por fuera la moto está bien, sería muy raro que por dentro esté mal. Si no tiene pérdidas evidentes de aceite, una K que no tiene síntomas de que ha sido maltratada, tiene que ser una moto para muchos años y miles de kilómetros.