Hay que tener mucho cuidado, pero el espectáculo es admirable. De pronto, se siente una calma chicha; hace mucho calor (uffff, muchísimo), y todo parece quedarse como suspendido. Casi, casi, se dejan de escuchar los ruidos de la vida. El viento sopla en una dirección, y de repente se para. Y al poco tiempo, hay un cambio brusco en su dirección. El cielo, hasta ese momento casi totalmente despejado y con una claridad y luminosidad que no son propias de mi tierra (excepto cuando sopla el viento Sur), se cubre de nubes amenazadoras. Si todo va bien, pasa sin mojar a nadie. Simplemente, se deshace. Pero si cae como amenaza... Apenas dura unos minutos, pero llueve con ganas. Incluso puede granizar, en esta época del año. Y la temperatura desciende tan bruscamente como ocurre todo: se desploma.
Una belleza, sin duda. Pero mucho cuidado y mucha atención en la carretera, en la mar, en el cielo.
Un saludo a todos, :-*