Hasta la vista, amiga.

nuguie

Allá vamos
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PRÓLOGO

Esto que váis a leer es el relato que cuenta la experiencia de una persona que durante 23 años ha disfrutado ser propietario de una BMW 2V. Hoy toca despedirme de ella, pero me veo en la obligación, por ella y por todos vosotros, el compartir este bonito relato. Y dice así:


CAPITULO I – Despertares.


Corría el año 1994. Yo ya andaba con una Suzuki GSX400E, mi primera moto, que aún conservo y con la que descubrí el fantástico mundo de las dos ruedas desde el punto de vista del que sólo va en moto y mima su máquina.

Un día, por azares del destino, vi una moto aparcada en el trabajo que estaba algo abandonada. Me llamó la atención su carenado y sus maletas, pues para viajar la mía se quedaba justita. Su propietario me dijo que la vendía y decidí probarla, ¿por qué no?.

Jamás olvidaré ese día. Le pedí a mi padre que viniera a verla, pues él tuvo una parecida y pensé que le haría ilusión. Yo no recordaba que la suya fue una R45 plateada pero sí me venía a la memoria los sonidos de una moto muy particular, con aquellas cosas que sobresalían de los costados del motor y el pitido de los intermitentes al conectarlos.

El caso es que mi padre no se vió con la confianza de probar semejante R100S, pero mis entonces 24 años decidieron que sí. Me acerqué despacio a ella, como el torero que tantea un morlaco salido de toriles, la observé alrededor con la sensación de que era aquella vieja máquina de 1978 la que me observaba a mí. No se que pensaría ella, pero mi impresión fue una mezcla de moto tranquila esperando despertar.

Con la ayuda de unas pinzas de arranque, accedimos a su corazón bajo un asiento que se abre como el libro antiguo del que vas a descubrir un mundo desconocido. Como si de una reanimación cardio-pulmonar se tratara, le abrimos las vías de sangre con los grifos de combustible. Un sonido a gotero rápido llenó sus carburadores, le practicamos una insuflación con el estarter para que respirara mejor, le dimos al contacto y ...al accionar el pulsador de arranque, entraron en su corazón de 12 voltios una descarga de 30 amperios que inmediatamente la trajeron a la vida. Mira, se le encendieron los ojos, el delantero y el trasero, su respiración era acelerada según marcaban las rpm. Una nube blanca desatascó sus pulmones y, envueltos en esa humareda, allí estaba ella , viva.

Como el que vuelve del más allá, desorientada, asustada, a medida que respiraba se iba calmando, sus latidos comenzaban a ser regulares.

Despacio me subí a su lomo, acaricié su depósito color red smoke, igual que el que trata de tranquilizar un caballo salvaje, bueno, sus 70 caballos en realidad. Al paso la conduje con alguna dificultad, pues esa montura RS que portaba como carenado no facilitaba las cosas. Ya al trote, cuando su cardio se movía entre las 3.000 y 4.000 rpm, aquello giraba redondo. Su cambio de marchas, tan elástico me agradó.

Ya con terreno por delante y a 120 km/h, la chica estaba en su salsa, relativamente cómoda en suspensiones, justita en frenadas pero extremadamente dócil en las curvas, que deboraba con la facilidad del que nada mas verla, se mete en ella sin pensarlo.

Trataba de ser yo quien la dominara, pero las chicas a veces no piensan lo mismo. Noté en el puño del acelerador cierta resistencia a retorcerle la oreja, supongo por tener las riendas acostumbradas a tirar habitualmente en esa zona de las sirgas...esperé un momento, -"tranquila" -le susurré. Observé los relojes y el tráfico, me metí en su carenado, agarrome fuerte y ...venciendo la oposición del puño, le clavé las espuelas hasta casi hacerla sangrar. Su reacción fue inmediata, serpenteando igual que la cola de una lagartija, el cardan propulsó todo su empuje hasta que la sensated de la zona roja me sugirió que dejara de galopar.

Volvimos despacio, terminando de conocernos y en ese justo momento, bajo mi casco pensé: "te llamaré impaciente".



CAPITULO II - El mágico descubrimiento del foro.

Y así comenzó nuestra historia. Ibamos juntos a trabajar en un trayecto de 40 kms diarios. Si hacía viento o llovía, la protección del carenado TCP se encargaba de todo. Me inquietaban cosas como el alto consumo y sus pérdidas de aceite, por lo que decidí ingresarla en el conce para una puesta a punto general: cambio de aceite y filtros, carburación...la cosa fue a mayores y se cambiaron los discos de freno delantero y todas las juntas del motor. Aquel mecánico de la época, la dejó lista augurándome larga vida para la abuela.

Con la moto terminada, fui invitado por los del conce a una salida al pueblo de Monzón un dia de noviembre de niebla y frío típicos de mañolandia. No me importó acudir, pues ya había descubierto que los alemanes fabricantes de estas motos, lo hicieron pensando en el frío, que es en mi opinión cuando mejor funcionan.

Pues allí acudí yo con mi burra al punto de encuentro donde me esperaban una cuadrilla de bmweros modernos que piropearon a esa vieja antecesora de aquellas motos tan sofisticadas, esos cascos con pantallas térmicas y sus puños calefactables. Y entre nieblas salimos, intentando yo seguirlos a duras penas, con la visera empañada y mi humilde ropa de motero. Por la antígua carretera de Huesca me esforzaba en seguir su estela. "La impaciente", cual perro de caza, seguía su rastro. En un momento dado, me avisan de que se me había caído la maleta derecha (malditas cerraduras) y me paro a recuperarla. Reanudando la marcha, escuché un ruido fino y contínuo proviniente del cambio de marchas que le hice escuchar al encargado del taller mientras circulábamos en paralelo. Ese sospechoso centrifugado no fue impedimento para completar la ruta pero de regreso tuve que volver al taller a que me lo "apañaran", pues me comentaron que la reparación era costosa. Apaño que hasta la fecha funciona sin problemas.

Con el asunto solucionado, un dia en el trabajo, un compañero que tenía una K100, me comentó la existencia de un foro de este tipo de motos. Comencé a sumergirme en el mundo de las boxer 2V, sus reparaciones, particularidades, salidas,...No fui consciente de lo que había comprado hasta ese momento. Por el foro andaban preparando por aquellas fechas, no se que rollo del "relevo de la válvula", y que en esta ocasión pasaba por Zaragoza. A dicho evento tuve el placer y el honor de asistir y donde empecé a conocer personalmente a algunos foreros que hoy dia tengo como amigos, desde ese día que nos pudimos retratar con las clásicas en la plaza del Pilar,

Y en esta nueva etapa, comenzamos a salir juntos con nuestras queridas viejecitas. Fue tal mi enganchada al foro, su gente y a la pasión por las motos que incluso en mis largas ausencias fuera de España por motivos laborales, me han acompañado siempre. (véase "forero en Afganistan").

Hasta ese momento, tuve épocas de larga inactividad motera, pero desde que supe con quien rutear, siempre he mantenido la R100 operativa.

Y ahí estaba ella, aguardando en el garaje, siempre "impaciente" por salir, por volver a ver a sus amigas: Berta, Resurreción, Alegría, Trókola...y yo a sus propietarios: Eruzo, Nino, Perroverde, 205, JL-r65, Vic, Umbrella, Kaesar, Saberno, Unpezz, Melving, Santi, Toni, Mc-Gyver, Lulú, Sisko 1, Pablomarmol, Assi, Tabayú, Esbama, cafe racer, y un buen etc.


CAPITULO III – Mi primera caída.

¿Recordáis el día que me vine al suelo con mi chica? Nunca antes me había caido con ninguna moto. Aquel día, en la inolvidable etapa de la "Boxería" en Bailo, y sus entrañables CRYPTAS, ruteábamos por suelo francés. Yo, "aligerado" y sin maletas, me encontraba muy "agustín" y, aunque la destreza de mis amigos pilotando nunca superé, me animé a ponerme en cabeza de pelotón por entre aquellos puertos tan sinuosos que se me insinuaban cuesta arriba. En una de las curvas a derechas, cuando los hombros de las cubiertas apoyan donde nunca han conocido, perdí la adherencia y me vine al suelo. Yo, que nunca había experimentado tan amarga experiencia, me aferré a la moto sin querer soltarla, (me vino a la cabeza: "donde tu vayas yo voy...") y arrastrados los dos, inseparables, acabamos tumbados al sol. Reaccioné de inmediato, las barras de protección habían hecho el trabajo de reducirlo solo a una erosión en la bota y el pantalón, nada más. Ella se conformó con una lijadita en la tapa de balancines con orificio ligeramente sangrante. Me puse en pie, y el resto de los que me seguían ya se habían encargado de controlar el tráfico y correr en mi auxilio.

A pesar del aturdimiento, estaba bien afortunadamente. Me interesé por la moto antes de por mi mismo. Retrocedí andando hasta la curva para intentar averiguar el motivo del derrape. Gravilla.

Apenas me dio tiempo de fumar un cigarrillo para templar los nervios, que cuando regreso a por la moto...¡increible!, los mecánicos de "a bordo" ya le habían dado la vuelta a la tapa de balancines para evitar las pérdidas de aceite, incluso taponar la herida con una mezcla de chicle y cinta americana. Me quedé tan flipado que, dentro de la amargura que da una caída, me animé a continuar la marcha arropado por los ánimos de los que me rodeaban. Alguien comentó a mi espalda: -"salimos juntos...volvemos juntos"-.

Cuando paramos a comer, ya en la sobremesa, entre bromas y chistes sobre la anécdota, concluí dándoles las gracias a todos con la siguiente frase: -" Chicos, da gusto caerse con vosotros...estoy deseando hacerlo de nuevo"-. Supongo que conocéis la confianza que proporciona salir con este tipo de gente. Nunca me ha dejado tirado la 2V, a lo sumo, ajuste de circunstancias de los carburadores y poco más. Es una BMW, con sus cositas..., con la cara que se te queda mientras adelantas y debes abrir el grifo justo en ese momento porque sus 20 litros de sin plomo han decidido que 240 kms ya es bastante y quiere chupar los posos de la garrafa.

De regreso a nuestra "guarida", el albergue de Bailo regentado por Trókola, me entretuve en sustituir la tapa por otra que me proporcionó el "Jefe de la Boxería". Recuerdo que le pregunté cómo compensarle y me contestó: -"me quedaré con la tapa vieja para hacerme un cenicero..."-.

Ay...la Boxería...que recuerdos. En alguna ocasión he comentado que mi moto era un poco de todos porque llegué a tener varias piezas proporcionadas por vosotros, como unos carburadores de Perroverde, que me cedió ya cansado de oirme quejar acerca del consumo sobre elevado. El Dr. Nino se encargó de sustituir, reglar y compensar...con la sola ayuda de su oido, Toni y Melving. Y "poyaque", repasito de escobillas del alternador y bla, bla, bla...cervecita, bla, bla ,bla...hasta que ya de noche, tuve que emprender regreso a casa. No se me borra de la memoria ese viaje en solitario, con la moteta a punto y el puerto de Santa Bárbara como pista de pruebas.

Otras reparaciones posteriores se sucedieron ya en el tiempo, como el cambio de embrague, del que casi no salgo vivo gracias al "complot" de dos sinverguenzas cuyos nombres prefiero no acordarme (vease post "bricotrampa").



CAPITULO IV. - Difícil decisión.

Y así iban pasando los años entre el foro y kilómetros. Quizá más de lo primero que de lo segundo, pues la compré cuando marcaba 15,000 kms más otros tantos que compartimos,

De inicio, mis aportaciones en el foro no eran muy jugosas ya que mis escasos conocimientos mecánicos y la falta de espacio para trastear, solo me permitían pequeñas chapucillas. Carencia que he compensado aprendiendo de vosotros en las míticas bricoquedadas que tanto nos han unido; bueno esas y alguna otra fiesta complicada de contar en algún pueblo cercano.

Este vacío aporte para el foro, lo ví compensado el día que se me rajó la cúpula del carenado y, ante la falta de repuesto, me fabriqué una con poliglass. Ese post alcanzó la categoría de "tutorial" y los administradores tuvieron a bien colgar junto al resto de genialidades que en algún lugar de internet deben seguir.

Mientras tanto, aprendía a pilotar imitando a mis acompañantes de ruta, cuando coincidíamos en el puerto de Santa Bárbara con alguna que otra "japo" a la que daban caza para luego relegarla a respirar el tufillo característico de nuestros escapes, sobre todo del mío, que siempre se ha caracterizado por imitar a los calamares pero con tinta blanca, para evadirse de sus perseguidores,

Nos íbamos haciendo mayores, la "impaciente" seguía queriendo marcha y yo cada vez menos. Claro, aquella jovenzuela tenía 8 años menos que yo...pensaba.

Ya recientemente, las cosas en la vida van cambiando. Cuando ahora los hijos te reclaman menos y dispones de más tiempo para salir,, la gente con la que disfrutaba en moto están metidos en otras batallas. No es esto un reproche, desde luego, pero te sientes como el adicto al que un día le dieron a probar la droga y luego le dicen:-" ahora tienes que buscarte la vida"-.,

Otro día, cambias de coche y aquella moto gordota ya no cabe en el garaje y no se merece dormir al raso a sus ya casi cuarenta años, por lo que debes darle cobijo, pero ya no la tienes "a mano" esperándote la saques a pasear. Por un lado, tu pareja ya no se sube a la moto como cuando teníamos veinte años menos y tus hijos no han heredado la pasión de semejante compañera. Por otro lado, mis amigos de ruta me recuerdan lo que es bien cierto, que todo el que tuvo una moto así y se desprendió de ella, acabó por arrepentirse. La balanza estaba en equilibrio...

Ultimamente, en medio de semejante encrucijada , cumplía otro deseo: "organizar una quedada de amigos" intentando reivindicar que seguíamos vivos. Conseguí pasar un fin de semana con algunos de ellos en Sofuentes, fue estupendo. No faltó de nada: ruta, convivencia, charla, ...incluso lo que no debe faltar en los encuentros de clásicas, una pequeña incidencia mecánica que sepamos resolver y nos permita continuar. Volví a casa y ya los echaba de menos. En esa quedada les conté que hacía poco, sin pensar, puse un anuncio de venta de mi moto. Ese mismo día me llamó un chico, un riojano desconocido de los foros, que soñaba con vivir lo que os estoy contando. Estuvimos charlando mucho rato y me contó su proyecto. Me contagié de él. Me ilusioné pensando que esta agüela se merecía marchar con alguien así, que la revistiera entera y volviera a ser la que fue, y yo esto no se lo podía dar a la moto. Ella reclamaba cambiar sus juntas, el caballete, las guías de válvulas y la luz del generador ya anunciaba nuevo tormento. Ya se que todo es reparable y hasta me habéis ofrecido ayuda lo cual os agradezco.

Tras esta conversación telefónica en la que concluimos que vendría a por la moto el lunes, estuve todo el fin de semana sopesando en la balanza pros y contras. El lunes llamé al riojano intantando explicarle que me había echado atrás. Fue muy comprensivo dentro de su decepción. Argumenté que la usaba a diario para ir a trabajar en un intento de ganar tiempo, pero que cuando tuviera el problema resuelto, le llamaría para que viniera a buscarla. Y le dí mi palabra. Quité el anuncio a petición suya pues me hizo una oferta que no pude rechazar. Me comentó que la moto era para él, no la quería para repasarla y luego venderla. Quería cumplir los cuarenta años con ella (maldita crisis de los cuarenta). Buscaba ese mismo modelo desde hacía tiempo, cosecha del ´78, con disco atrás, y hasta la matrícula le encajaba. Que era su capricho, el restaurarla para darse cuatro vueltas y que siempre podría contar con ella para cuando quedara con vosotros. Me rogó que se la vendiera cuando yo estuviera preparado, sin prisas, y yo le creí. Estaba preparado.


CAPÍTULO V.- Llegó el momento.


Ese momento ha llegado. En el día que escribo esta carta, mañana vendrán por tí. Te he estado velando durante un buen rato, muchos recuerdos me asaltan, pero principalmente esta reflexión:

Cierto es que gracias a tí, conozco a gente que nunca imaginé se tornarían en amigos ya a estas alturas de la vida, máxime en alguien que cuenta sus amigos con los dedos de una mano. Amigos con las mismas cualidades que tú: amables, dispuestos, generosos, comprensivos, fiables,...eternos. En esta nueva etapa, quizá no disponga ya de ti cuando te necesite vieja amiga, pues sé que serás insustituible. Sin embargo, lo verdaderamente valioso ya lo he conseguido. Son los recuerdos, son los amigos, son las experiencias. Y aunque he sido seriamente "amenazado" por algun forero, ante la posibilidad de venderte, con frases tan lapidarias como:-" ....te quedarás sin moto, sin los amigos y sin el dinero", sé que lo dice con todo el cariño porque le duele como a mí.


Quisiera terminar esta carta de agradecimiento con el convencimiento de que...con moto, sin ella, o con otra, con dinero, o sin él, no renunciaré a perder a los que saben los tengo como amigos.





Zaragoza, a 22 de noviembre de 2017.

nuguie,

 
Última edición:
Me ha encantado la historia. La verdad es que tener una moto asi, yo no se si podria deshacerme de ella, pero por que hasta el momento no me he visto en la situacion. La frase : da gusto caerse con vosotros, me ha echo reir un rato. Muy buena.
 
Nuguie preciosa carta de despedida de una gran amiga y leal compañera, ahora que por circunstancias estoy en dique seco te entiendo pues solo puedo bajar al garage para hacerle un par de caricias y soltar un par de lagrimas deseando poder subirme de nuevo a su lomo, pero a diferencia tuya mi hijo está tan enganchado a la abuela que prefiere si hay que deshacerse de alguna que sea su japo, bueno desde Madrid si pasas por aquí y tienes ganas de darte un paseo con una R45 no dejes de decírmelo a tu disposición, suerte en tu nueva etapa y saludos
 
Muy bonito resumen de sentimientos, gracias por mostrarlos.
Saludos


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Nuguie ya me has puesto blando, joder!!!!
y además me has dejado sin palabras.

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Bravo Man!
 
Que arte tienes tío!!!

Me has hecho recordar muchas vivencias, y que cada vez que me entren ganas de vender alguna de las mías me volveré a leer tu carta porque no pienso repetir lo que te dijimos en Sofuentes, salvo que no te vas a librar de organizar otra en la Posada el próximo año. Y recordarte también que se puede seguir siendo "clásico" aunque sea en japo.

Por último quería pedirte una favor: Verás, llevo un tiempo echándole los trastos por internet a una viuda australiana rica y viendo la maña que te das escribiendo quería saber si me la podrías "ablandar" un poco :rolleyes:
 
gracias por el apoyo chavales y vuestros ofrecimientos.
La quedada de Sofuentes siempre será nuestro punto de encuentro para cuando queráis.
Norteeee,,,,pásame los datos de la australiana:D:D:D
 
nuguie, los años enseñan que en esta vida, nada es para siempre...excepto quizá nuestras máquinas...que yo creo que son las que nos eligen como compañeros de un periplo, mas o menos largo, pero que al final reclaman su libertad.
la clave está en conseguir el relevo adecuado, por que lo que vendemos no es un trozo viejo de chatarra, sino un sentimiento enmarcado entre dos ruedas.
las vivencias y amistades que estas motos nos ofrecen es algo de ese patrimonio inmaterial que nadie nos podrá arrebatar.
ayer se reconoció en el congreso que nuestros entrañables perretes, son seres vivos, no cosas...aunque eso ya lo sabíamos los que gozamos de la amistad y lealtad de un can. pues con estas máquinas con alma , ocurre lo mismo...y lo sabemos...(julio iglesias dixit)
hasta que llegue ese día de la separación hay que vivirlo como si fuese el último, y el día que mi moto decida que es hora de buscar nuevo jinete....¡que se prepare el susodicho!(y no hablo de cuestiones monetarias) por que pienso hacerle un padrón acerca de sus intenciones que ni hacienda!!!
saludos
andriusos
 
Bonita y emotiva historia...

Ya recientemente, las cosas en la vida van cambiando. Cuando ahora los hijos te reclaman menos y dispones de más tiempo para salir,, la gente con la que disfrutaba en moto están metidos en otras batallas. No es esto un reproche, desde luego, pero te sientes como el adicto al que un día le dieron a probar la droga y luego le dicen:-" ahora tienes que buscarte la vida"-.,

En esto me siento identificado, el ambiente de clásicas que tenía a mi alrededor hace unos años, ni de lejos existe ahora.

Suerte en tu nueva andadura sin su compañía, son etapas que pasan y hay que procurar afrontar las nuevas lo mejor posible.

Saludos.
 
Bonita historia, compañero.

Me siento muy identificado con tu historia, aunque mi compañera es una K75S con casi 30 años. A punto he estado de cambiarla por una 1200GS, pero el marino es mayor que el deseo de poseer otra moto.

Como tu bien dices los recuerdos y las vivencias que hemos tenido con nuestra moto es lo que nos queda.

Feliz año 2018 a todos los amigos de este magnifico foro.
 
Bueno, he querido rescatar este hilo y un hasta luego pues me mudo al subforo de R´s anteriores al 2007 por mi adquisición de R1100RTde 1999. Seguiré pasando por aki aunque sea para saludar. y, aunque con un par de válvulas más, espero encontrarnos por ahí. Os dejo la carta de despedida de la abuela, pues aunque la haya cambiado por una 20 años más joven, es mi mejor manera de darle las gracias a ella y a vosotros. Un fuerte abrazo.
 

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Nos vemos por el subforo de las R's. Pero no te olvides que Sofuentes está a la vuelta del verano :excited:
 
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