castrovic
Curveando
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- 17 Abr 2003
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Amigos, se nos ha ido uno de los grandes, se me ha ido un amigo, regresando a casa después de pasar un fin de semana con sus amigos, haciendo lo que le gustaba, cabalgando en su Goldwing; y una vez más se lo ha llevado un puto guardarrail.
Muchos habreis leído la noticia en los medios o en los foros, pero cuando no se le pone cara a la gente, las historias se ven de otro modo.
Se me ha ido mi amigo y compañero Alberto regresando de Pingüinos.
Tal vez muchos lo conocieseis, estaba registrado en este foro como Alberto_Goldwing, y había acudido a kedadas como la Alicantreffen o la Sin Plasticos en varias ocasiones.
Habíamos pasado el fin de semana juntos, desde el mismo jueves, algunos nos habíamos vuelto el sábado, entre ellos su hijo con su R 1200 GS, ya que trabajamos el domingo por la mañana; otros se quedaron hasta el domingo, pensando en regresar para comer en casa. No le gustaban las carreras, y aunque una parte del grupo hubiese preferido subir el puerto, él los convenció; no era día para puerto ni para curvas; mucho tráfico y mucho quemado, hoy era día simplemente de regresar; tranquilamente, a 120 por la autovía.
Todavía no sabemos lo que pudo tirarle de la moto: manejaba la Gold como si fuese una 250; pero algo le hizo perder el control, hasta por tres veces y finalmente tirarlo al suelo; un pinchazo, un reventón, un mareo... Mañana revisaremos la moto con calma a ver si podemos sacar alguna conclusión. Lo único que está claro es que un arrastrón a 100 por hora, y con vía de escape no te mata; lo que te mata es que un poste clavado en la via te seccione en dos.
El guardarraíl, era de los nuevos, de los de cantos redondeados y aristas hacia dentro; pero de nada vale; nos engañan; siguen siendo cuchillas y de las buenas.
Cuando recibí la llamada de los amigos que le acompañaban, instantes después del accidente; yo estaba de servicio con su hijo, habíamos cambiados las motocicletas particulares por las del estado, y estabamos intentando hacer de Madrid una ciudad más segura; como cada día. ¿Como se le dice a un hijo que su padre ha muerto asesinado por un guardarraíl?
Le hicimos cambiar su motocicleta, a cambio de ir de pasajero en un coche patrulla; y allá nos fuimos al encuentro del fatal desenlace; camino del kilometro 86 de la AP-6; ya no había nada que hacer; aparte de acompañarle en su último viaje, dandole escolta al furgón camino del tanatorio de segovia, y posteriormente al de Talavera, de donde era natural.
Fue sin duda el viaje más difícil y a la vez más bonito que recuerdo; camino de Talavera, ya de noche; dos motocicletas policiales abriendo paso; Alberto que había cambiado su autobús (como cariñosamente conociamos a su Gold) por un vehículo todavía más amplio, y a la vez tan estrecho; seguido por sus verdaderos escuderos hasta el final; Manolo (R 1150 RT) y Javito (R 1200 ST) (este ultimo con la moto repleta de pegatinas en contra de los guardarraíles, como siempre); la sección Triumph, siempre al pie del cañón; y otras dos motocicletas policiales entre las que me incluyo; todavía vestido de servicio como había salido esa mañana.
En fin, se nos ha ido uno de los grandes; un motorista y un policia de los pies a la cabeza; un compañero y amigo hasta el fin; como reza el Acta fundacional de los Caballeros Azules; Motoclub del que ambos somo socios fundadores; un auténtico Caballero Azul.
Descansa en Paz; Alberto, cuidaremos de tu familia como si fuese la nuestra. Te queremos.
Muchos habreis leído la noticia en los medios o en los foros, pero cuando no se le pone cara a la gente, las historias se ven de otro modo.
Se me ha ido mi amigo y compañero Alberto regresando de Pingüinos.
Tal vez muchos lo conocieseis, estaba registrado en este foro como Alberto_Goldwing, y había acudido a kedadas como la Alicantreffen o la Sin Plasticos en varias ocasiones.
Habíamos pasado el fin de semana juntos, desde el mismo jueves, algunos nos habíamos vuelto el sábado, entre ellos su hijo con su R 1200 GS, ya que trabajamos el domingo por la mañana; otros se quedaron hasta el domingo, pensando en regresar para comer en casa. No le gustaban las carreras, y aunque una parte del grupo hubiese preferido subir el puerto, él los convenció; no era día para puerto ni para curvas; mucho tráfico y mucho quemado, hoy era día simplemente de regresar; tranquilamente, a 120 por la autovía.
Todavía no sabemos lo que pudo tirarle de la moto: manejaba la Gold como si fuese una 250; pero algo le hizo perder el control, hasta por tres veces y finalmente tirarlo al suelo; un pinchazo, un reventón, un mareo... Mañana revisaremos la moto con calma a ver si podemos sacar alguna conclusión. Lo único que está claro es que un arrastrón a 100 por hora, y con vía de escape no te mata; lo que te mata es que un poste clavado en la via te seccione en dos.
El guardarraíl, era de los nuevos, de los de cantos redondeados y aristas hacia dentro; pero de nada vale; nos engañan; siguen siendo cuchillas y de las buenas.
Cuando recibí la llamada de los amigos que le acompañaban, instantes después del accidente; yo estaba de servicio con su hijo, habíamos cambiados las motocicletas particulares por las del estado, y estabamos intentando hacer de Madrid una ciudad más segura; como cada día. ¿Como se le dice a un hijo que su padre ha muerto asesinado por un guardarraíl?
Le hicimos cambiar su motocicleta, a cambio de ir de pasajero en un coche patrulla; y allá nos fuimos al encuentro del fatal desenlace; camino del kilometro 86 de la AP-6; ya no había nada que hacer; aparte de acompañarle en su último viaje, dandole escolta al furgón camino del tanatorio de segovia, y posteriormente al de Talavera, de donde era natural.
Fue sin duda el viaje más difícil y a la vez más bonito que recuerdo; camino de Talavera, ya de noche; dos motocicletas policiales abriendo paso; Alberto que había cambiado su autobús (como cariñosamente conociamos a su Gold) por un vehículo todavía más amplio, y a la vez tan estrecho; seguido por sus verdaderos escuderos hasta el final; Manolo (R 1150 RT) y Javito (R 1200 ST) (este ultimo con la moto repleta de pegatinas en contra de los guardarraíles, como siempre); la sección Triumph, siempre al pie del cañón; y otras dos motocicletas policiales entre las que me incluyo; todavía vestido de servicio como había salido esa mañana.
En fin, se nos ha ido uno de los grandes; un motorista y un policia de los pies a la cabeza; un compañero y amigo hasta el fin; como reza el Acta fundacional de los Caballeros Azules; Motoclub del que ambos somo socios fundadores; un auténtico Caballero Azul.
Descansa en Paz; Alberto, cuidaremos de tu familia como si fuese la nuestra. Te queremos.
