Un día, un carpintero estaba cortando una rama de un árbol debajo de un río y su hacha se le cayó al agua.
El infeliz carpintero le rogó a Dios, y Dios se le apareció preguntándole:
¿Por qué estás llorando?
El carpintero le respondió que su hacha se le había
caído al río.
Entonces, Dios se metió a la corriente y sacó una
hacha de oro.
Luego le preguntó:
¿Es esta tu hacha?
El noble carpintero respondió negativamente. Dios
entró de nuevo al río sacando una hacha de plata.
Y ésta, ¿es la tuya?
De nuevo el carpintero negó. Dios volvió al río y sacó
una hacha de madera, y repitió la pregunta:
¿Es esta tu hacha?
El carpintero, lleno de contento, le responde:
- ¡Sí!
Dios estaba tan contento con la sinceridad del
carpintero que le dejo las tres hachas y mandó al
carpintero a su casa.
Un día en el campo paseaban el carpintero y su esposa.
Ésta tropezó y cayó al río.
El infeliz carpintero rogó a Dios, que se le apareció
y le preguntó:
- ¿Por qué estas llorando?
El carpintero le contó el accidente, luego de lo cual
Dios se metió al río y sacó a Jennifer López y
pregunta
- ¿Es esta tu esposa?
- ¡Sí, sí! --contestó el carpintero.
Dios se enfureció:
- ¡¡¡Eres un mentiroso!!!, ¡¡¡un rufián!!!
El carpintero contestó:
- Dios, perdóname. Ha sido un malentendido, porque si
te hubiera dicho que no es Jennifer López, después
hubieras sacado a Catherine Zeta-Jones; luego, si digo
que tampoco es ella, sacarías a mi esposa y yo tendría
que decir que sí es ella, y entonces tú me dejarías
con las tres. Dios, compréndeme, soy un humilde
carpintero y no podría mantenerlas a las tres. Sólo
por eso dije sí la primera vez.
Moraleja:
Los hombres sólo mentimos por causas honorables y
siempre con las mejores intenciones,
ES UNA VERDAD COMO UN TEMPLO, SOMOS UNA ESPECIE
INCOMPRENDIDA.
El infeliz carpintero le rogó a Dios, y Dios se le apareció preguntándole:
¿Por qué estás llorando?
El carpintero le respondió que su hacha se le había
caído al río.
Entonces, Dios se metió a la corriente y sacó una
hacha de oro.
Luego le preguntó:
¿Es esta tu hacha?
El noble carpintero respondió negativamente. Dios
entró de nuevo al río sacando una hacha de plata.
Y ésta, ¿es la tuya?
De nuevo el carpintero negó. Dios volvió al río y sacó
una hacha de madera, y repitió la pregunta:
¿Es esta tu hacha?
El carpintero, lleno de contento, le responde:
- ¡Sí!
Dios estaba tan contento con la sinceridad del
carpintero que le dejo las tres hachas y mandó al
carpintero a su casa.
Un día en el campo paseaban el carpintero y su esposa.
Ésta tropezó y cayó al río.
El infeliz carpintero rogó a Dios, que se le apareció
y le preguntó:
- ¿Por qué estas llorando?
El carpintero le contó el accidente, luego de lo cual
Dios se metió al río y sacó a Jennifer López y
pregunta
- ¿Es esta tu esposa?
- ¡Sí, sí! --contestó el carpintero.
Dios se enfureció:
- ¡¡¡Eres un mentiroso!!!, ¡¡¡un rufián!!!
El carpintero contestó:
- Dios, perdóname. Ha sido un malentendido, porque si
te hubiera dicho que no es Jennifer López, después
hubieras sacado a Catherine Zeta-Jones; luego, si digo
que tampoco es ella, sacarías a mi esposa y yo tendría
que decir que sí es ella, y entonces tú me dejarías
con las tres. Dios, compréndeme, soy un humilde
carpintero y no podría mantenerlas a las tres. Sólo
por eso dije sí la primera vez.
Moraleja:
Los hombres sólo mentimos por causas honorables y
siempre con las mejores intenciones,
ES UNA VERDAD COMO UN TEMPLO, SOMOS UNA ESPECIE
INCOMPRENDIDA.