En las últimas semanas he seguido con interés los hilos que han abierto los compañeros Amrey y Manupadi por sus problemas con sendos concesionarios de Madrid y Cádiz, respectivamente. Es una pena que pase esto, y bien hacen en publicarlo, para que todos sepamos a qué atenernos cuando tratemos con esta gente.
Pero resulta que yo he tenido una muy buena experiencia con el concesionario ILBIRA MOTOR, en Granada, y me ha parecido que lo menos que podía hacer era agradecer el trato recibido con algo tan sencillo como un post en este foro.
Al grano:
Resulta que llamo para que me den cita para revisar la famosa brida de la rueda trasera, y la persona que atiende el teléfono (M.Carmen, creo) me da cita para un par de semanas, y me advierte de que antes de esa cita debo personarme con la moto en el conce para que me revisen la brida; supongo que para ver si tienen que pedir la pieza o algo.
Pues bien, me presento con la moto unos días más tarde, a las 17:45h aproximadamente. Entro al taller y pregunto por la persona indicada (Faustino, creo), que en seguida me atiende. Este señor echa un vistazo a la brida y me comunica que no puedo llevarme la moto, pues la brida está tan dañada que no es recomendable circular con ella. Me indica que deje mis datos en recepción, y que al día siguiente podré recoger la moto ya reparada (el taller cierra a las 18:00h).
En fin, que me voy a recepción y mientras espero que me atiendan (había gente delante mío) veo cómo un mecánico sube mi moto a un banco de trabajo. Mi curiosidad natural me anima a acercarme a él y preguntarle si la va a reparar a primera hora mañana, y me dice que sí. Pero que si no tengo en qué irme, se queda un rato y me la repara sobre la marcha, para que me vuelva en moto a casa. Le digo que no quiero molestarle, ya que son casi las seis de la tarde y están a punto de cerrar, pero que se lo agradecería mucho. En ese momento, este joven (Álvaro, creo que se llama) se va corriendo a la ventanilla de repuestos, preguntando si tienen repuesto de esa brida. Le dicen que sí, y va en busca del jefe de taller, para comentarle el caso, y obteniendo su visto bueno. Después se lo comunican a recepción y viene otro señor (también muy amable, pero no recuero su nombre) a decirme que la van a reparar: Que hay repuesto y, al ser una campaña, me la reparan y me la llevo sobre la marcha sin coste para mí; que al día siguiente harán el papeleo necesario.
Y así fue. Media hora después de entrar al taller salía con mi moto reparada. Una moto que, dicho sea de paso, tiene más de 10 años, compré de segunda mano y a la que yo mismo hago mis revisiones, por lo que no pisa el concesionario oficial. Y aún así, me hicieron sentir como el mas VIP de los clientes.
Quiero, por tanto, manifestar mi más sincero agradecimiento al concesionario Ilbira Motor y, especialmente, a las personas que me atendieron. También quiero agradecer a BMW Motorrad el tratamiento que dan a las campañas, gracias a las cuales nos hacen sentirnos seguros y respaldados con nuestra BMW aunque tenga la edad que algunas tienen, como es mi caso.
Pero resulta que yo he tenido una muy buena experiencia con el concesionario ILBIRA MOTOR, en Granada, y me ha parecido que lo menos que podía hacer era agradecer el trato recibido con algo tan sencillo como un post en este foro.
Al grano:
Resulta que llamo para que me den cita para revisar la famosa brida de la rueda trasera, y la persona que atiende el teléfono (M.Carmen, creo) me da cita para un par de semanas, y me advierte de que antes de esa cita debo personarme con la moto en el conce para que me revisen la brida; supongo que para ver si tienen que pedir la pieza o algo.
Pues bien, me presento con la moto unos días más tarde, a las 17:45h aproximadamente. Entro al taller y pregunto por la persona indicada (Faustino, creo), que en seguida me atiende. Este señor echa un vistazo a la brida y me comunica que no puedo llevarme la moto, pues la brida está tan dañada que no es recomendable circular con ella. Me indica que deje mis datos en recepción, y que al día siguiente podré recoger la moto ya reparada (el taller cierra a las 18:00h).
En fin, que me voy a recepción y mientras espero que me atiendan (había gente delante mío) veo cómo un mecánico sube mi moto a un banco de trabajo. Mi curiosidad natural me anima a acercarme a él y preguntarle si la va a reparar a primera hora mañana, y me dice que sí. Pero que si no tengo en qué irme, se queda un rato y me la repara sobre la marcha, para que me vuelva en moto a casa. Le digo que no quiero molestarle, ya que son casi las seis de la tarde y están a punto de cerrar, pero que se lo agradecería mucho. En ese momento, este joven (Álvaro, creo que se llama) se va corriendo a la ventanilla de repuestos, preguntando si tienen repuesto de esa brida. Le dicen que sí, y va en busca del jefe de taller, para comentarle el caso, y obteniendo su visto bueno. Después se lo comunican a recepción y viene otro señor (también muy amable, pero no recuero su nombre) a decirme que la van a reparar: Que hay repuesto y, al ser una campaña, me la reparan y me la llevo sobre la marcha sin coste para mí; que al día siguiente harán el papeleo necesario.
Y así fue. Media hora después de entrar al taller salía con mi moto reparada. Una moto que, dicho sea de paso, tiene más de 10 años, compré de segunda mano y a la que yo mismo hago mis revisiones, por lo que no pisa el concesionario oficial. Y aún así, me hicieron sentir como el mas VIP de los clientes.
Quiero, por tanto, manifestar mi más sincero agradecimiento al concesionario Ilbira Motor y, especialmente, a las personas que me atendieron. También quiero agradecer a BMW Motorrad el tratamiento que dan a las campañas, gracias a las cuales nos hacen sentirnos seguros y respaldados con nuestra BMW aunque tenga la edad que algunas tienen, como es mi caso.
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