Recuerda un poco a cómo eran las cosas en España en los años '70: aranceles a la importación para "proteger" (favoreciendo) a la industria local.
En esos años había en España diversas fabricantes de motocicletas, unas puramente españolas (Bultaco, Montesa, Ossa, Derbi, etc), otras fabricantes con licencia (Motovespa, Ducati, etc) y por último las que fabricaban hibridaciones (diseños españoles con componentes de fuera) tipo Rieju.
Para poder vender en España motocicletas, debía hacerse en las regiones con estatutos fiscales propios (Canarias, Ceuta y Melilla) o cumpliendo ciertas cláusulas de ensamblado con componentes nacionales, más los correspondientes aranceles, lo que hacía que las motos japonesas fueran exageradamente caras y, por tanto, raras de ver en la península.
A la larga esto tuvieron que retirar esa política proteccionista, porque ni por esas la industria nacional fue capaz de competir con las, por otra parte, excepcionales motos japonesas de la época.
Yo mismo tuve hasta hace poco una Honda CB 750 Four K7 (1977), que en realidad era una Blaynac "Super Sport" 900cc, es decir, había preparadores europeos que introducían en España las motos "ensambladas" en Europa con componentes que el gobierno español consideraba aptos, una auténtica locura.