Érase una vez una isla en la que cortaban el pene a todos los hombres al cumplir los 30 años de edad. La tala era llevada a cabo de una forma muy especial, ya que la hacían según la profesión.
Aquel año, llegado el día del evento, había una fila enorme de hombres, todos llorando.
- Profesión del primero, carpintero: se la cortaron con un serrucho.
- Profesión del segundo, albañil: se la reventaron a ladrillazos.
- Profesión del tercero, carnicero: con un enorme cuchillo.
Y así, sucesivamente...
Pero el último de la fila se meaba de la risa.
Un empleado gubernamental le dice:
- Vamos a ver, imbécil, estamos a punto de cortarte el pajarito y te estás partiendo de risa. ¿Me quieres decir de qué te ríes?
- De que vendo helados. Y os vais a hartar de chupármela hasta que se caiga.
Aquel año, llegado el día del evento, había una fila enorme de hombres, todos llorando.
- Profesión del primero, carpintero: se la cortaron con un serrucho.
- Profesión del segundo, albañil: se la reventaron a ladrillazos.
- Profesión del tercero, carnicero: con un enorme cuchillo.
Y así, sucesivamente...
Pero el último de la fila se meaba de la risa.
Un empleado gubernamental le dice:
- Vamos a ver, imbécil, estamos a punto de cortarte el pajarito y te estás partiendo de risa. ¿Me quieres decir de qué te ríes?
- De que vendo helados. Y os vais a hartar de chupármela hasta que se caiga.