
- Josefa, vengo a pedirte que te cases conmigo: tú aquí sola, yo allá solo... casémonos y vivamos juntos
- Es que yo soy muy fea José
- No importa, al menos eres más linda que las cabras...
Tanto insistió José que la convenció y llevó a Josefa frente al cura. Ya casados, ambos esposos se instalan en la vivienda de José. El hombre se desnuda, se tira en la cama y le dice a la mujer:
- Anda mujer, desnúdate que ya estamos casados
- Pero José, es que yo soy muy fea...
-Nada, ahora eres mi mujer. ¡Desnúdate!
La mujer se quita toda la ropa y, ante la mirada atónita de José, deja al descubierto una manta de pelo que va desde sus hombros hasta los mismos juanetes. José se queda un rato sin habla y finalmente dice:
- ¡¡¡Vaya!!! si que eres fea mujer... pero, no es nada: anda, mea, mea así me orientas un poco!
