Hola.
Esta semana tenía intención de cambiar el hidráulico de las horquillas (la izquierda rezuma muchísimo y la moto se comporta muy raramente en curvas a izdas) y aprovechar también para reparar el amortiguador de dirección, ya que también hace cosas raras al girar en velocidades lentas. Todo ello siguiendo los estupendos consejos de Karlos y sus bricos.
El caso es que este fin de semana he hecho unos kilómetros antes de meterla en la sala de operaciones y me ha pasado algo curioso.
Sólo llevo 600 kilómetros con esta moto que compré hace un par de meses. Nunca había probado una K, pero tenía la idea de que los cambios de marcha serían suaves, vamos, que el pasajero prácticamente no notase que has subido una marcha.
La verdad es que muy pocas veces he conseguido esa suavidad que comento. Siempre me da un ligero "estrincon", incluso soltando la maneta muy despacito, como si me fuese la vida en ello.
A lo que iba. El otro día, volviendo de dar una pequeña vuelta, y sin haber notado nada extraño, al ir a reducir para entrar en una rotonda, veo que no puedo meter la marcha. Se me cala la moto. Consigo meter primera y llegar al taller del suegro, que por suerte estaba a menos de 200 metros.
Al tirar de la maneta de embrague noto que ésta ha perdido casi toda la presión que suele tener normalmente, y sólo ofrece una muy pequeña resistencia.
El suegro, motorista en sus buenos tiempos, me regula el recorrido del cable de embrague aflojando la tuerca moleteada que va en la maneta, y sorprendentemente vuelve a haber una presión normal.
Las marchas, aparentemente entran bien.
Ayer hice unos 150 kms sin ningún problema. Eso sí, en alguna reducción el cambio de marcha entraba duro.
Ahora, la duda que tengo es, cuanto aguantará así? ¿Tengo que empezar a plantearme un cambio de embrague?
¿Como lo veis los veteranos en esto de la K´s?
Un saludo desde Azkoitia
Germán
Esta semana tenía intención de cambiar el hidráulico de las horquillas (la izquierda rezuma muchísimo y la moto se comporta muy raramente en curvas a izdas) y aprovechar también para reparar el amortiguador de dirección, ya que también hace cosas raras al girar en velocidades lentas. Todo ello siguiendo los estupendos consejos de Karlos y sus bricos.
El caso es que este fin de semana he hecho unos kilómetros antes de meterla en la sala de operaciones y me ha pasado algo curioso.
Sólo llevo 600 kilómetros con esta moto que compré hace un par de meses. Nunca había probado una K, pero tenía la idea de que los cambios de marcha serían suaves, vamos, que el pasajero prácticamente no notase que has subido una marcha.
La verdad es que muy pocas veces he conseguido esa suavidad que comento. Siempre me da un ligero "estrincon", incluso soltando la maneta muy despacito, como si me fuese la vida en ello.
A lo que iba. El otro día, volviendo de dar una pequeña vuelta, y sin haber notado nada extraño, al ir a reducir para entrar en una rotonda, veo que no puedo meter la marcha. Se me cala la moto. Consigo meter primera y llegar al taller del suegro, que por suerte estaba a menos de 200 metros.
Al tirar de la maneta de embrague noto que ésta ha perdido casi toda la presión que suele tener normalmente, y sólo ofrece una muy pequeña resistencia.
El suegro, motorista en sus buenos tiempos, me regula el recorrido del cable de embrague aflojando la tuerca moleteada que va en la maneta, y sorprendentemente vuelve a haber una presión normal.
Las marchas, aparentemente entran bien.
Ayer hice unos 150 kms sin ningún problema. Eso sí, en alguna reducción el cambio de marcha entraba duro.
Ahora, la duda que tengo es, cuanto aguantará así? ¿Tengo que empezar a plantearme un cambio de embrague?
¿Como lo veis los veteranos en esto de la K´s?
Un saludo desde Azkoitia
Germán