subigor dijo:
Pues nada, uno de vascos...
Tras la guerra del golfo, Bush decide enviar espías por todo el mundo para detectar a los de Alcaeda
El sargento Williams y el 2º especialista Lincoln, son destinados al país vasco para realizar labores de espionaje. Tras dos semanas en un campo de entrenamiento en Montana, donde les enseñan los usos y costumbres locales, según el manual editado por la CIA en 1929 gracias a un reportaje en el Reader’s Digest de la época, los lanzan en paracaídas sobre Amorebieta.
Una vez en la pensión Elorri, Williams dice a Lincoln: Bien John, vamos a testar nuestro camuflaje para asegurar que pasamos desapercibidos. Probaremos en la Herriko Taberna de enfrente…
Total, que se visten los dos de vascos, pantalón y camisa blancos, fajín y txapela, (como viene en las fotos del Reader’s Digest), y se van a la Herriko Taberna. Para poder hablar entre ellos utilizan un sofisticado dispositivo que utiliza las gónadas para generar voz interior que nadie más que ellos oyen.
John y Lincoln entran en la Herriko Taberna, y se acercan a la barra, el camarero les mira con la cara desencajada. Con perfecto acento de Baracaldo, John dice: Pon dos txikitos, pues, Ahivalahostia, pues, y si no mejor pones la botella koño…
Les ponen la botella y los vasos, ante la atenta mirada del resto de la parroquia de la taberna que se ha quedado de plástico
Se beben la botella de una sentada, “para que todos vean que somos vascos”, le dice Lincoln a Williams mediante la voz interior-gonadal.
Y tras dejar los vasos en la barra, de un golpe seco, exclama Lincoln, con insuperable acento de Mundaka, “Ahivalahostia, Txomin, vamos a levantar unas piedras y a cortar unos troncos”. Y tras esto se van, satisfechos de que su camuflaje haya surtido el efecto esperado.
Tras salir, se hace el más completo silencio en el interior de la Herriko Taberna. Entonces, el abuelo del lugar, le pregunta al camarero sin levantar la mirada del dominó…
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Oye Koldo… ¿y esos dos negros, quienes son?