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En Vigo ya podemos aparcar otra vez en doble fila [smiley=vrolijk_26.gif] [smiley=vrolijk_26.gif] [smiley=vrolijk_26.gif] [smiley=vrolijk_26.gif] [smiley=vrolijk_26.gif]
Un juez anula sanciones del "multamóvil" y da fundamentos para una suspensión masiva
El titular del Juzgado de lo Contencioso Número 2 sentencia que el policía debe avisar en el acto al infractor o justificar en su denuncia por qué no lo hizo.
Varapalo judicial al multamóvil. Un magistrado vigués ha anulado por primera vez tres sanciones impuestas por el vehículo de la Policía Local por otros tantos estacionamientos en doble fila. El titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo Número 2 basa sus sentencias en un mismo argumento: la falta de notificación al conductor en ese mismo momento por parte de un agente de la imposición de la denuncia. Las resoluciones suponen un duro revés al funcionamiento de este coche policial, que se basa precisamente en la captación de infracciones mediante fotografías tomadas por cámaras mientras circula por las calles viguesas sin detenerse y, por tanto, sin que el policía baje de su coche. Además de abrir la posibilidad a recurrir a miles de conductores ya sancionados, estas decisiones judiciales invalidan el actual modo de actuar del llamado vision car.
Las sentencias dictadas por el magistrado Julio César Díaz Casales se conocen unas semanas después de conocerse que el Concello desestimó los más de 10.000 recursos tramitados por sanciones del multamóvil, entre los que se incluían los casos de estos conductores que han conseguido ganar la batalla por la vía judicial. Los tres demandantes fueron multados con 150 euros por aparcar supuestamente en doble fila en la calle Torrecedeira y en las avenidas de Camelias y de Alcalde Portanet.
El juez basa su argumentación en que las denuncias de carácter obligatorio deban notificarse en el acto al infractor. Hay excepciones, como la intensidad circulatoria, factores meteorológicos o obras, pero ninguna de ellas se ajusta a la actuación de este vehículo policial. Pero si el agente no puede localizar al conductor, algo que reconoce que es frecuente en los casos de doble-fila, entonces el policía debe hacer constar en la propia denuncia la causa por la que no fue posible realizar la notificación "in situ".
El mecanismo de captación de imagen e impresión de datos incorporado a este coche no es válido por sí solo para justificar la denuncia. Y esto es así porque, según se hace constar en el fallo, es el agente el que tiene conocimiento "de forma personal, directa e inmediata de la comisión de la infracción" y, por tanto, quien debe comunicar la denuncia, por lo que el dispositivo no es más que "un mecanismo auxiliar".
Las consecuencias legales de estas resoluciones judiciales suponen un duro revés a la Concejalía de Tráfico. Los expedientes de multas cuya tramitación no haya finalizado o aquellos en los que la sanción fue notificada hace menos de dos meses pueden exigir la nulidad de las mismas en base a estas sentencias. En el caso de sanciones anteriores, la empresa que llevo estos casos estudia presentar una demanda conjunta en la que cualquier afectado podría adherirse a ella ya que la ley contempla la posibilidad de un recurso extraordinario de revisión.
Las sentencias dictadas por el magistrado vigués son firmes, por lo que no existe posibilidad de recurso y estos tres conductores recuperarán su dinero, así como los intereses.
"Ahora el agente deberá bajarse del vehículo"
"Las consecuencias de estas sentencias son claras: el agente deberá bajarse del vehículo y notificar la multa en ese mismo momento; si está ausente el conductor, deberá hacer constar este extremo en su denuncia". Así se expresa el abogado Abraham Tenoira, que llevó los casos de estos tres vigueses en representación de la empresa "Motor & Iuris", que se dedica a la defensa jurídica de los conductores.
A juicio de este letrado, las denuncias del multamóvil "suponen un ataque a los derechos fundamentales de los conductores" y muestra de lo que él denomina un "agravio" es "la rapidez y alevosía" con la que actúa. "El magistrado señala que el vehículo no distingue una parada legítima de un estacionamiento prohibido, ya que no hace la comprobación preceptiva de si la parada dura más de dos minutos", añade. Dice que si la mayoría de los multados recurren, el Concello tendrá que devolver más de diez millones de euros.
El "Orejas", a los tribunales
Los vigueses recurrieron sus multas sin éxito ante el Concello, pero ahora la Justicia los respalda.
Es el vehículo más impopular de todos cuantos circulan por Vigo. Caza a los conductores que aparcan en doble fila y multa a diestro y siniestro. Los sancionados presentaron hasta 10.000 recursos ante el Concello, pero todos fueron desestimados. Algunos acudieron a los tribunales y ahora comienzan a ganar la batalla al temido cochecito.
Pilotado por dos agentes, las más de 50.000 multas de El Orejas -así apodado por sus cámaras laterales- desde que entró en funcionamiento en enero de 2005, superan con creces a las tramitadas por las patrullas y policías a pie municipales. Es más: el valor de todas las sanciones del "multamóvil" permitiría pagar a la plantilla de la Policía Local, unos 300 funcionarios.
Con esos resultados no es de extrañar que el departamento de Tráfico esté más que satisfecho con el vehículo. Tanto es así que la futura adjudicación del nuevo servicio de la ORA (Ordenanza Reguladora de Aparcamiento) lleva aparejada la adjudicación de un segundo "multamóvil".
El Orejas cautiva a sus más fervientes defensores, es decir, a los concejales de Tráfico. El de Vigo, Antonio Coello, apostó por él y convirtió a la ciudad -siguiendo el ejemplo de Madrid, Barcelona y Bilbao- en la primera en Galicia en utilizarlo.
Pero algo estará haciendo mal el "multamóvil" vigués cuando ya hay tres sentencias en contra de la formulación de sus sanciones. Curiosamente, los tribunales comienzan a dar a los sancionados la razón que les negó el Concello, que no aceptó ni uno de los diez mil recursos presentados, una tendencia que extrañó al Valedor do Cidadán, Luis Espada, y así lo expuso en la lectura de su informe anual.
El estreno del Vision Car -el nombre técnico que tanto gusta emplear a los responsables de la Concejalía de Tráfico- estuvo presidido por las incidencias. Primero, su innovador sistema informático funcionaba a ratos y tuvieron que venir técnicos de Madrid para arreglar el equipo. Con todo a punto inició su patrullaje por las calles, hasta que un miembro de la Corporación le amputó una oreja al dar marcha atrás a su vehículo y, esta vez, hubo que enviar al Vision a la capital de España. Como colofón a este historial y los millares de multas que produce, los vigueses eligieron el último Entroido para descargar toda su ira contra lo que, a simple vista, no es más que un coche.
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