M
Mr.Freewind
Invitado
Sí señores, sí, este viejo refrán tiene más años que el bueno de Matusalén, pero es una verdad como un templo.
El otro día me llevé un buen susto, cuando circulaba con mi Gsita por una carretera en la sierra de Ronda, iba relajado detrás de un compañero, por una vía de buen asfalto, tomando una curva tras otra, ninguna de ellas con un radio demasiado cerrado, cuando de pronto, en una curva a derechas que estaba trazando como las demás, me vi invadiendo el carril contrario.
Pero esa curva no era como las demás.
Ni siquiera iba muy deprisa, iría a 70 u 80, pero el garrote se cerró cada vez más y la verdad es que me desarmó totalmente, entré "colado".
Lo peor es que en ese momento venía por el carril contrario un Mitshubitshi Montero, y claro, me temí lo peor.
Afortunadamente, la combinación de un pequeño toque de volante por parte del conductor y de forzar un poco más la inclinada, consiguieron que todo quedara en un buen susto.
La conclusión es que no hay que fiarse de nada, y menos de nuestras carreteras.
Y es que nosotros vamos adaptando automáticamente nuestra conducción al entorno y al tipo de carretera por el que creemos que estamos circulando.
Muchas veces a una carretera de sierra de toda la vida se le añade un asfalto nuevo, pero las curvas siguen siendo las de siempre.
Y claro, si no la conoces, puede ser que alguna te sorprenda.
Y lo peor es que a veces no sabes qué tipo de conducción adoptar.
En principio, en las curvas a derechas es muy fácil que te encuentres un coche que te venga de frente que venga invadiendo tu carril.
Los coches tienden a hacerlo, y el encontronazo con un coche de frente hay que evitarlo a toda costa.
Además, te pillan siempre inclinado, con poca capacidad de reacción.
Para evitarlo hay que intentar siempre que se pueda tomar las curvas a derechas lo más pegado a la derecha posible, es decir, abrirse poco, sobre todo en curvas de poca visibilidad.
Y de esta forma se puede ir bien, es decir la mayoría de las carreteras tienen curvas nobles y predecibles, y no exigen que te abras mucho para trazarlas.
Pero hay curvas, garrotes, en las que si no te abres bien vas directo al carril contrario, como me pasó a mí.
Y eso sin necesidad de entrar a 1000 por hora en la curva, ni ser agresivo, ni nada de nada.
Un conductor tranquilo y prudente, puede salirse tranquilamente de una curva, así que....
¡Todo el cuidado es poco!
Y la experiencia es un grado. Es así de triste, pero desde el otro día "la guardia la tengo muy alta" y voy con más cuidado que nunca, y es porque le he visto "las orejas al lobo", como quien dice.
Se confirma lo que se ha dicho siempre: no se puede ir relajado y "sobrado" sobre una moto, ni se puede ir pensando en otra cosa mientras se conduce.
Hay que hacer un esfuerzo e ir concentrado en cada curva, cada frenada...pero siempre que vemos una carretera con un asfalto nuevecito y curvas en principio amplias bajamos la guardia, y no preparamos "el cuerpo" para una curva en condiciones...
Bueno, no os doy más la tabarra...
Tened cuidado ahí fuera!!!
El otro día me llevé un buen susto, cuando circulaba con mi Gsita por una carretera en la sierra de Ronda, iba relajado detrás de un compañero, por una vía de buen asfalto, tomando una curva tras otra, ninguna de ellas con un radio demasiado cerrado, cuando de pronto, en una curva a derechas que estaba trazando como las demás, me vi invadiendo el carril contrario.
Pero esa curva no era como las demás.
Ni siquiera iba muy deprisa, iría a 70 u 80, pero el garrote se cerró cada vez más y la verdad es que me desarmó totalmente, entré "colado".
Lo peor es que en ese momento venía por el carril contrario un Mitshubitshi Montero, y claro, me temí lo peor.
Afortunadamente, la combinación de un pequeño toque de volante por parte del conductor y de forzar un poco más la inclinada, consiguieron que todo quedara en un buen susto.
La conclusión es que no hay que fiarse de nada, y menos de nuestras carreteras.
Y es que nosotros vamos adaptando automáticamente nuestra conducción al entorno y al tipo de carretera por el que creemos que estamos circulando.
Muchas veces a una carretera de sierra de toda la vida se le añade un asfalto nuevo, pero las curvas siguen siendo las de siempre.
Y claro, si no la conoces, puede ser que alguna te sorprenda.
Y lo peor es que a veces no sabes qué tipo de conducción adoptar.
En principio, en las curvas a derechas es muy fácil que te encuentres un coche que te venga de frente que venga invadiendo tu carril.
Los coches tienden a hacerlo, y el encontronazo con un coche de frente hay que evitarlo a toda costa.
Además, te pillan siempre inclinado, con poca capacidad de reacción.
Para evitarlo hay que intentar siempre que se pueda tomar las curvas a derechas lo más pegado a la derecha posible, es decir, abrirse poco, sobre todo en curvas de poca visibilidad.
Y de esta forma se puede ir bien, es decir la mayoría de las carreteras tienen curvas nobles y predecibles, y no exigen que te abras mucho para trazarlas.
Pero hay curvas, garrotes, en las que si no te abres bien vas directo al carril contrario, como me pasó a mí.
Y eso sin necesidad de entrar a 1000 por hora en la curva, ni ser agresivo, ni nada de nada.
Un conductor tranquilo y prudente, puede salirse tranquilamente de una curva, así que....
¡Todo el cuidado es poco!
Y la experiencia es un grado. Es así de triste, pero desde el otro día "la guardia la tengo muy alta" y voy con más cuidado que nunca, y es porque le he visto "las orejas al lobo", como quien dice.
Se confirma lo que se ha dicho siempre: no se puede ir relajado y "sobrado" sobre una moto, ni se puede ir pensando en otra cosa mientras se conduce.
Hay que hacer un esfuerzo e ir concentrado en cada curva, cada frenada...pero siempre que vemos una carretera con un asfalto nuevecito y curvas en principio amplias bajamos la guardia, y no preparamos "el cuerpo" para una curva en condiciones...
Bueno, no os doy más la tabarra...
Tened cuidado ahí fuera!!!