La gran deuda impagada, Héroe en el olvido

Pepegaditano

Curveando
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Se supone que uno nunca debe hablar de cómo termina una novela... salvo en el caso de las novelas históricas, porque, al ser históricas, los hechos son conocidos.

La excepción
Con la hazaña de Blas de Lezo (1689-1741) que relata J. Pérez-Foncea en El héroe del Caribe (LibrosLibres) sucede casi al revés: si se desvela el desenlace, se desvela algo ignorado por millones de españoles. Pero vamos a hacerlo.
Vamos a contar que en 1741 Inglaterra preparó la mayor flota de desembarco que conoció la Historia hasta el desembarco de Normandía: casi doscientos buques y treinta mil hombres. Que dirigió esa flota contra la ciudad de Cartagena de Indias, en la actual Colombia, con objeto de hacerse con una ruta de paso decisiva para el control del Caribe, y cuya caída implicaba ineluctablemente la caída en dominó de todos los virreinatos en poder de la Corona británica, harta de la supremacía española y ambiciosa de dominio y de dinero.
Que, como Cartagena de Indias estaba defendida por seis navíos y tres mil hombres (por si no queda claro: ¡seis frente a doscientos y tres mil frente a treinta mil!), los ingleses, antes de darse la batalla, acuñaron una moneda conmemorativa de la "victoria" -se conservan ejemplares en varios museos-, con la leyenda El orgullo de España humillado por el almirante Vernon, y representando a Blas de Lezo arrodillado ante el susodicho.

El héroe
Que el citado Blas de Lezo era un marino español de menguada estatura -le llamaban medio hombre-, tuerto, manco y sin una pierna, resultas las tres mutilaciones de sendos combates de entre los muchos que libró en la mar, la mayor parte de ellos con los ingleses, y victoriosos. Que organizó la defensa de la plaza con inteligencia, valor y aprovechamiento óptimo de los recursos. Que fue humillado, sí, pero no por los ingleses, sino por el virrey Sebastián de Eslava (1684-1759), quien reiteradamente menospreció los criterios de Lezo imponiendo los suyos, para -constatado su fracaso- tener que volver a los de su subordinado.
Que cuando se produjo la milagrosa victoria española (milagrosa por lo improbable, no porque no fuese resultado de las decisiones concretas que Lezo tomó con tanta ciencia como energía), Eslava escribió a la Corte difamando a Lezo, y la Corte de Madrid le hizo caso y degradó al héroe, dejándole en la pobreza a él y a su mujer e hijos.
Que el héroe, gravemente enfermo, murió semanas después de la batalla. Que no fue rehabilitado hasta 1760, pasadas dos décadas de la gesta, cuando Carlos III le repuso en sus cargos y le nombró marqués a título póstumo.

Un silencio de siglos que empieza a desaparecer
Y que los ingleses han logrado ocultar este hecho para el gran público pasando de puntillas por él en sus historias y disfrazándolo (lo llaman "la guerra de la oreja de Jenkins", desviando la atención a un incidente menor acaecido años antes de 1741), y deben estar todavía frotándose los ojos de que los españoles hayamos hecho lo mismo. Salvo en el ámbito de la Armada, donde sí es reconocido (una de nuestras fragatas lleva el nombre de Blas de Lezo), los libros de historia españoles también pasan como sobre ascuas sobre el episodio.
Esta novela pone algo más que un granito de arena en revertir una situación que -es cierto- en los últimos años se ha ido paliando, desde que el escritor colombiano Pablo Victoria rescatase para nuestra conciencia colectiva a un Blas de Lezo que J. Pérez-Foncea recrea ahora en una novela histórica muy bien documentada. De hecho, el volumen incluye la transcripción íntegra del diario del almirante desde el 13 de marzo al 20 de mayo de 1741, un texto clave de nuestra historia.

Entretenida ficción al servicio de la verdad histórica

En El héroe del Caribe el personaje de Lezo aparece muy bien perfilado: tranquilo siempre, leal al máximo a su superior incluso en la ejecución de las órdenes que sabía erróneas, querido por sus hombres y, en su faceta más íntima, buen esposo y padre de una familia que no quiso escapar de Cartagena de Indias cuando comenzó el ataque. Prefirieron correr la misma suerte que corriese él.

Junto a esa línea argumental puramente histórica, donde las operaciones de la defensa de la ciudad estan explicadas con nitidez en su justificación militar y sus riesgos de fracaso, Pérez-Foncea crea una historia de amor entre el teniente de navío Fernando de Castro, asistente de Lezo, y la joven Consuelo, hija de una familia principal. Su arpía madre estorbará la relación utilizando a un tenebroso portugués que también pretende su mano. Envidias, celos, espionaje... la trama de El héroe del Caribe añade a la historia real una ficción muy bien engarzada con ella, feliz instrumento para que nos empapemos bien de lo que sucedió en aquellos cien días de 1741 en una costa que aún era española.

Y que siguió siéndolo casi un siglo más gracias a la pericia de un marino de Pasajes (Guipúzcoa) que sólo ahora empieza a ver reconocida la deuda que contrajimos con él entonces y nunca pagamos.
Y aquí el relato: [video=youtube;JOZ4N5oSXDE]http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=JOZ4N5oSXDE[/video]
 
Última edición:
Yo lo he leido en otra novela historia que se titula

El día que España derroto a Inglaterra.

Lo recomiendo también, que gran marino.
 
Conocia la historia de este heroe español, creo que estaban intentando localizar sus restos allí en Colombia, como él hay pocs, quizas D. Alvaro de Bazán, si no hubiese fallecido meses antes de la Armada Invencible contariamos la historia de otra forma. Que bonita es la historia y lo que se aprende.
 
Pues si ya han pasado casi 300 años, y aún sigue sin ser reconocido el acto heróico de este gran marino, es inutil mantener la identidad de un Pais que se empeña en borrar la memoria de sus héroes.
 
Última edición:
Hola que hay.
No conocía de esto.


Qué es la historia, lo que escribe `realidad´ de quien interviene en ella…

Que va, normalmente la escribe el vencedor, ú, interés halla por intervinientes `en provecho personal del poder´.

Que la historia tiene realidad. Sí; se puede dar como historia que nos dan a leer, cuando; se analiza entorno donde dio lugar y entorno actual donde estamos.
Qué es historia; la que interpretemos sin tomar partido predeterminado. Y para saber de ella, sobre todo la pasada, tomémosla como principal pensamiento breve de agudeza.
Hala hasta luego.
 
Si tenéis ocasión a traves de Ivoox podéis localizar en los pasajes de la historia de Juan Antonio Cebriá en la rosa de los vientos unos programas monigraficos.

Como dato importante sacado de ahí.

Se enrrolo con 14 años y en una batalla en Velez Málaga perdió una pierna de un cañonazo. Se la ampuron y ni se quejo y directamente lo nombraron alferez de navio.
Siguio en activo y un poco mas tarde una esquirla de metralla le reventó el globo ocular izquierdo y más tarde una bala de mosquete le inutilizo un brazo.

Nunca se quejo y siguio en activo. Sus hombre fieles le llamaban Capitán patapalo o Almirante Medio Hombre. Lo supo y lo aguantó.

Fué ascendiendo, le mandaron tarea impensable como limpiar de piratas el Pacífico o recuperar 2 millones de oro de España que se quedaron los genoveses. Los recupero presentandose antes Géniva con una flota.

Y fué nombrado GENERAL DEL MAR.

De ahi a Cartagena de Indias. La oreja de Jenkins fué una provocación. Le cortaron media oreja a u subdito del Rey de Inglaterra diciendo vuelve a tu pais y dile a tu Rey que si viene le haremos lo mismo. Fué la excusa.

3.000 efectivos frente a 15.000 ingleses. 67 dias de cañoneo de Cartajena de Indias dia, tarde y Noche. Al ver que no cedían desembarcaron los ingleses. Con cercos, alambres, trincheras, negros macheteros y mosquetes españoles los fueron rechazando.

Las enfermedades tropicales hicieron mella en lo ingleses nada acostumbrados. Y finalmenet Vernon lo dio por imposible.

La victoria permitió al Imperio Español mantener el comercio en el caribe durante 60 años más.

Blas de Lezo murio semanas más tarde por la heridas y su cuerpo nunca ha sido en contrado ni se le ha podido rendir honores.

Una fragata española modelo F100 (creo recordar) lleva su nombre y paradoja de la historia en las celebraciones Por la Batalla de Trafalgar en Reino Unido por los 200 años esa fragata con el nombre de Blas de Lezo estuvo allí presente.

http://anecdotas-historia.blogspot.com.es/2011/03/blas-de-lezo-el-hombre-que-defendio-un.html

1365871396552.jpg


Menudos hombres. A mi me fascinan. Si lo comparamos con nosotros, damos risa. Que no tenemos huevos ni de ir a una huelga para que no nos despidan!!!


En aquella época los historiadores eran británicos y el Rey Jorge II prohibió escribir NADA de lo sucedio en Cartagena de Indias por vergüenza incluso por haber celebrado la victoria y acuñado moneda con antelación.

Por dicho motivo casi se nos pasa de largo.

Madre mia si hay temas para hacer películas!!!

La historia es bonita, se olvida porque no se alimenta. Si se lee habitualmente se empieza a relacionar y entonces es cuando estás perdido.


Podéis entender los que me han leido alguna vez el motivo de mi nick!!!
 
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Creo que en la armada, es un nombre muy usado, he tenido un amigo que sirvio en el blas de lezo y no era una fragata moderna, si tenéis ocasión en el museo naval de Ferrol cuya entrada es gratuita, su pueden ver restos de uno de los barcos que se llamo blas de leza, ademas de otras cosas relacionados con la mar.
Ya no os recomiendo tanto la visita al museo de la construcción naval, que ademas es de pago.
saludos
 
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Gran post Pepegaditano, en efecto yo conocí la historia de D. Blas en la misma Cartagena de Indias, visitando el fuerte de S Felipe de Barajas donde se hizo fuerte y propino una severísima paliza a la escuadra inglesa mucho más numerosa de Vernon, que tan seguro estaba de la toma de la ciudad que ya habia hasta acuñado las medallas conmmorativas antes de la expedición misma (se conservan). Como se las ingenió cerrando boca grande y encadenando la entrada de bocachica, cañoneando desde ambos lados a los barcos trabados... es algo inenarrable oir la historia, y ver esos mares del caribe imaginados llenos de barcos, esos fuertes españoles y los cañones ingleses aprehendidos y puestos boca arriba como humillación en el mismo fuerte, como siguen estando hoy en dia.

Tiene también otro hecho destacadísimo de Don Blass fue el apresamiento del Stanhope en el atlántico, buque insignia por entonces de la Royal Navy, su bandera, yo la he visto, se conservaba en el museo del ejército (no en el naval donde hay otras cosas).

Naturalmente si D. Blas hubiera sido inglés, hubiera sido como un Nelson, pero al ser español pues no tenía ni calle en Madrid...increible, y así con multitud de heroes desconocidos como Bernardo de Galvez, que a su vez infringió una derrota importante a los Ingleses en Pensacola, en plena guerra de independencia americana (Tiene de hecho un retrato en el congreso de los EEUU). Pero ya se sabe el mayor enemigo de España ha sido, es y será siempre un español. Aqui está mal visto tener heroes.

Además siempre un hombre que no atacaba gratuitamente, solo a la defensiva, no como el tal nelson, para mi un vulgar asesino que se dedicaba a asolar las ciudades españolas sin declaración formal de guerra, lo que le hizo tener por cierto sonoras derrotas como en Tenerife donde perdió su brazo, o en Cadiz, aunque en algunas sí tuvo éxito.


Pero ya sabemos, la historia la dicta siempre -no me explico el porqué- la historiofrafía inglesa, muy tendente a ocultar sus estrepitosos fracasos y a exaltar sus victorias...quien conoce Cartagena de Indias, o los fracasados y desastrosos intentos ingleses de tomar Buenos aires y el Rio de la Plata, o Tenerife, o más cercano la rendición de 120.000 ingleses en Singapur contra Japón el la II guerra mundial? no lo conoce nadie...pero a que todo el mundo conoce al nelson y trafalgar?
 
Se supone que uno nunca debe hablar de cómo termina una novela... salvo en el caso de las novelas históricas, porque, al ser históricas, los hechos son conocidos.

La excepción
Con la hazaña de Blas de Lezo (1689-1741) que relata J. Pérez-Foncea en El héroe del Caribe (LibrosLibres) sucede casi al revés: si se desvela el desenlace, se desvela algo ignorado por millones de españoles. Pero vamos a hacerlo.
Vamos a contar que en 1741 Inglaterra preparó la mayor flota de desembarco que conoció la Historia hasta el desembarco de Normandía: casi doscientos buques y treinta mil hombres. Que dirigió esa flota contra la ciudad de Cartagena de Indias, en la actual Colombia, con objeto de hacerse con una ruta de paso decisiva para el control del Caribe, y cuya caída implicaba ineluctablemente la caída en dominó de todos los virreinatos en poder de la Corona británica, harta de la supremacía española y ambiciosa de dominio y de dinero.
Que, como Cartagena de Indias estaba defendida por seis navíos y tres mil hombres (por si no queda claro: ¡seis frente a doscientos y tres mil frente a treinta mil!), los ingleses, antes de darse la batalla, acuñaron una moneda conmemorativa de la "victoria" -se conservan ejemplares en varios museos-, con la leyenda El orgullo de España humillado por el almirante Vernon, y representando a Blas de Lezo arrodillado ante el susodicho.

El héroe
Que el citado Blas de Lezo era un marino español de menguada estatura -le llamaban medio hombre-, tuerto, manco y sin una pierna, resultas las tres mutilaciones de sendos combates de entre los muchos que libró en la mar, la mayor parte de ellos con los ingleses, y victoriosos. Que organizó la defensa de la plaza con inteligencia, valor y aprovechamiento óptimo de los recursos. Que fue humillado, sí, pero no por los ingleses, sino por el virrey Sebastián de Eslava (1684-1759), quien reiteradamente menospreció los criterios de Lezo imponiendo los suyos, para -constatado su fracaso- tener que volver a los de su subordinado.
Que cuando se produjo la milagrosa victoria española (milagrosa por lo improbable, no porque no fuese resultado de las decisiones concretas que Lezo tomó con tanta ciencia como energía), Eslava escribió a la Corte difamando a Lezo, y la Corte de Madrid le hizo caso y degradó al héroe, dejándole en la pobreza a él y a su mujer e hijos.
Que el héroe, gravemente enfermo, murió semanas después de la batalla. Que no fue rehabilitado hasta 1760, pasadas dos décadas de la gesta, cuando Carlos III le repuso en sus cargos y le nombró marqués a título póstumo.

Un silencio de siglos que empieza a desaparecer
Y que los ingleses han logrado ocultar este hecho para el gran público pasando de puntillas por él en sus historias y disfrazándolo (lo llaman "la guerra de la oreja de Jenkins", desviando la atención a un incidente menor acaecido años antes de 1741), y deben estar todavía frotándose los ojos de que los españoles hayamos hecho lo mismo. Salvo en el ámbito de la Armada, donde sí es reconocido (una de nuestras fragatas lleva el nombre de Blas de Lezo), los libros de historia españoles también pasan como sobre ascuas sobre el episodio.
Esta novela pone algo más que un granito de arena en revertir una situación que -es cierto- en los últimos años se ha ido paliando, desde que el escritor colombiano Pablo Victoria rescatase para nuestra conciencia colectiva a un Blas de Lezo que J. Pérez-Foncea recrea ahora en una novela histórica muy bien documentada. De hecho, el volumen incluye la transcripción íntegra del diario del almirante desde el 13 de marzo al 20 de mayo de 1741, un texto clave de nuestra historia.

Entretenida ficción al servicio de la verdad histórica

En El héroe del Caribe el personaje de Lezo aparece muy bien perfilado: tranquilo siempre, leal al máximo a su superior incluso en la ejecución de las órdenes que sabía erróneas, querido por sus hombres y, en su faceta más íntima, buen esposo y padre de una familia que no quiso escapar de Cartagena de Indias cuando comenzó el ataque. Prefirieron correr la misma suerte que corriese él.

Junto a esa línea argumental puramente histórica, donde las operaciones de la defensa de la ciudad estan explicadas con nitidez en su justificación militar y sus riesgos de fracaso, Pérez-Foncea crea una historia de amor entre el teniente de navío Fernando de Castro, asistente de Lezo, y la joven Consuelo, hija de una familia principal. Su arpía madre estorbará la relación utilizando a un tenebroso portugués que también pretende su mano. Envidias, celos, espionaje... la trama de El héroe del Caribe añade a la historia real una ficción muy bien engarzada con ella, feliz instrumento para que nos empapemos bien de lo que sucedió en aquellos cien días de 1741 en una costa que aún era española.

Y que siguió siéndolo casi un siglo más gracias a la pericia de un marino de Pasajes (Guipúzcoa) que sólo ahora empieza a ver reconocida la deuda que contrajimos con él entonces y nunca pagamos.
Y aquí el relato: [video=youtube;JOZ4N5oSXDE]http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=JOZ4N5oSXDE[/video]


Acabo de leerlo Pepegaditano. Gracias.

sde4.jpg
 
Buenos días, yo tambien conocía la historia, y la de otros grandes heroes españoles que pasaron a la historia sin pena ni gloria, eso si, luego se dedican calles y homenajes de todo tipo a algún personaje, que dan ganas de echar a correr y no parar hasta la frontera... aún tenemos uno bastante reciente... "...y hasta aquí puedio leer..."
Un saludo.
 
También he oído hablar de él en un programa de radio, y tengo que decir que si los directores de cine que tenemos se preocuparan un poco de la historia y la llevaran al cine como hacen los americanos e ingleses, esas hazañas se conocerían en todo el mundo.
Es mas fácil que se vea un película que investigar la historia.
Cualquier batalla por pequeña que haya sido, prisioneros (como un puente sobre el río kwai) o un viaje a por la planta del pan (la rebelión de la bounty) llevada al cine es recordada.
Eso sí buenas pelis no como las que hacemos aquí, que mejor no hablar de ellas.
 
Hace unos dias me lei el libro, como quien dice de una sentada, sencillamente impresionante D.Blas de Lezo, como la inmensa mayoria desconocia a éste magistral personaje,por cierto ,a proposito de lo que acontece ahora por Gibraltar y la Royal Navy o como se diga, pues inevitable pensar en Don Blas de Lezo.
 
Muy cierto lo del cine Carlowzky, imagino que al cinecito subvencionado español copado por nuestros queridos progres almodovar y cia, les parecerá muy "cavernario" como dicen ellos, hablar de Don Blass (así le llamaban los ingleses), y prefieren montar una película a su estilo donde la madre se acuesta con la nuera y el cura con la madre superiora que es dorgadicta y masoca, o si toca una de guerra lo de siempre el bando buenecito buenecito y tolerante y demócrata y luego los otros, los malos sanguinarios....y me callo que me cierran el post, en fin para correr y no parar hasta al frontera como lúcidamente dice un compañero más arriba.

PS menos mal que algunos cineastas americanos sí han recreado la historia de España y han hecho interesantes películas, como por ejemplo el Cid u otras.
 
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