
- Bien señores... Aquí no veo otra solución más que la inseminación artificial, así que - dirigiendose al marido- tome usted este bote y me trae mañana a las 8 una muestra de su esperma.
A la mañana siguiente entra el señor por la puerta de la consulta a la hora citada con el bote vacío en la mano y dice:
- Mire doctor... no ha podido ser, no ha habido manera...
El doctor pregunta:
- Cómo que no ha habido manera?? Pero... ¿Usted lo ha intentado?
A lo que el hombre contesta:
- ¿Que si lo he intentado? ¡¡Joder!! ¡Lo he intentado con la mano izquierda, con la mano derecha, mi mujer con las dos manos, mi vecina con la boca y hasta mi suegra con un trapo!
¡Pues nada!
¡Que no hemos conseguido abrir el maldito bote!
