Cada vez que pienso lo que podía haber pasado o lo que puede cualquier día pasar en cualquier otro edificio parecido, sin protección contra el fuego, me pongo a temblar.
Por no hablar de la cantidad de gente del edificio y de los alrededores que se va a quedar sin trabajo y otras muchas consecuencias de este desgraciado suceso.
Tengo todavía en mi retina las imágenes de gente tirándose de las torres gemelas y de cuando se cayeron, primero una y luego la otra.
Por estas y por muchas más razones, lo lamento, pero personalmente no le veo ninguna gracia al asunto. Me parece de pésimo gusto.
Uves para tod@s.