Anocheciendo estaba una noche de octubre y arreglandonos para salir dos compañeras y amigas, Yasmin, Shaila y yo Laura, nombre nada exotico el mio, un vestido corto turquesa sin espalda que me habian regalado recuerdo que llevaba yo, con un suje de tirantes escondidos, de esa noche algunas cosas se me han grabado a sangre, otras sin embargo no recuerdo, intrigante como juega el cerebro con los recuerdos, una forma de defensa me dice el psico.
Por que cuento esto?, porque algo me atormenta, es decir me duele y va bien a veces exteriorizarlo o compartirlo.
Salimos las tres a cenar en nuestro sitio habitual, nos sirve el hijo del dueño, tiene interes en hacerlo el, lo hace de forma extremadamente atenta y abundante pero nada pesado, todo acompañado con agua para tener clara la mente, no podemos tener una digestion complicada y tenemos que ir preparadas para asimilar la bebida, procuramos beber lo minimo durante la larga noche que se presenta con la incipiente animacion en la calle, pero es inevitable hacerlo y no siempre es la misma bebida, nuestros estomagos al amenecer son un muestrario de diferentes bebidas de todo tipo, eso si, vamos rebajando con abundante agua tambien para evitar la sed.
Salimos animadas por los tradicionales rituales, de miradas, sonrisas e intercambios de palabras y numeros de telefono, con diferentes mesas que se van ocupando y desocupando.
Llegamos a nuestra disco, saludamos al segurata, que nos sonrie mientras con palabras nos endulza los oidos, el portero se aparta para dejarnos pasar, esta ocupado rasgando entradas, llegadas a la barra pedimos nuestras bebidas, agua con zumo de limon dos hielos y un gajito del citrico donante del zumo, con nuestros tubos en la mano acudimos a nuestro rincon en un borde de la pista y cerca de los baños.
Vamos inspeccionando al personal que va entrando, mientras que la musica se va animando, la pista ya tiene bastantes cuerpos moviendose, desde la cabina me hacen una señal de la que me entero porque me avisa Shaila, nosotras seguiamos en nuestro lugar bailando suavemente y yo me habia quedado abstraida, mis ojos estaban pendientes de un rostro bien afeitado bajo un pelo blanco premeditadamente descuidado, lo estaba observando desde mi lugar en las sombras, el miraba a las que se movian ritmicamente en el espacio destinado para ello, su pose, su forma de mirar, beber, fumar y porque no decirlo, sus vaqueros, me mandaban un mensaje, era un hombre al que me apetecia conocer, no tenia competencia mis acompañantes los preferian jovenes, ensimismada estaba en ese hombre con aspecto maduro y de vuelta de bastantes cosas cuando recibi el codazo de Shaila, di un traspies y debido a unos altos y finos tacones varios pasos en falso, irrumpiendo asi bajo unas luces de colores que se apagaban y encendian, tras recuperar el equilibrio la mire, me señalo la cabina, al girar la cabeza en busca del responsable de la musica, vi al que produjo mi distraccion mirandome y riendose, desde la cabina me indico que me acercara, lo hice, me dijo que le habian pedido que pusiera una cancion que me gustara y me preguntaba si la ponia, el sabia cual era en esas fechas,
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Le dije que si y ese fue el principio del fin de esa noche, de esa noche que de vez en cuando se me revive y me crea malestar.
Me fui hacia el centro de la pista dejandome llevar cada vez mas impetuosamente por la musica, me tocaron en un hombro y desminui mi ritmo, deseaba que fuera el que vi reir, pero no, supongo que no era hombre de entrar en la pista, un chico con un polo morado, eso si lo recuerdo, se presento, no quiero escribir su nombre ni recuerdo su rostro, fue educado, al menos en un principio, me dijo que habia pedido la cancion y que me invitaba a una copa, mire a mis amigas y me indicaron que adelante, nos gustaba tener el apoyo de las demas.
Fuimos a la barra, comenzamos a charlar, mas el que yo, prefiero escuchar, algo no me gusto, no me sentia comoda, yo bebia lentamente, el se acabo el tubo, le agradeci la invitacion, la conversacion y me excuse para irme con las amigas, cambio el tono o solo me lo parecio, me pidio que al menos acabara la bebida que el habia pagado con el, avisandole que se me hacia tarde que teniamos que irnos lo escuche durante un ratillo mas, ya que bebi mas deprisa entonces, me despedi y me dijo algunas cosas por las cuales se presento el encargado de la seguridad, el se molesto mas por ello y se fue.
Volvi con las amigas que me fueron y nos fuimos, calmando, estuvimos un rato mas, salimos y caminabamos por una acera cuando vimos al polo morado acercarse, se planto delante, hablaba fuerte, apresuradamente, tampoco vocalizaba demasiado, todo ocurrio muy deprisa, algo cromado en su mano, el se me avalanza de golpe yo me muevo hacia la izquierda para esquivar su brazo derecho, noto algo en mi cadera derecha, como si me hubieran pasado una uña, enseguida dolor y sangre, no se, igual deberia haber llevado una proteccion debajo del vestido, lo que tiene que pasar pasa.
Cai en la acera asustada por la sangre que veia sobre el turquesa del vestido, mis amigas llamaron a una enfermera que trabajaba en sanidad que nos surtia de preservativos y nos hacia analisis, yo no queria oficializar la agresion, el foulard de una de ellas taponaba el ojal en mi cadera, quedamos en su portal, ella tambien andaba rondando por ahi esa noche, llamaron tambien a un taxista conocido, este no podia y nos envio a otro taxista de confianza, cuando llegamos nos estaba esperando casi tan nerviosa como yo, subimos al piso y cuando me acostaron mi resistencia se agoto, me desmaye, no tarde en recobrar el sentido y ya estaba cosida, tambien me dolia, solo estaba la dueña del piso que me curo, me dijo que no habia sido profunda, yo no lo se, pero que la sangre es muy escandalosa y que tirara el vestido, unos dias estuve de invitada para que no me moviera mientras estaba tierna y que cerrara bien.
Aun no se si me duele la cicatriz por el recuerdo o notar la cicatriz es lo que me trae el recuerdo.