Una vez en una cárcel un preso le dijo al funcionario:
Oiga, anteayer dejé mi cepillo de dientes en la cama y me lo robaron. Ayer dejé mi peine en la cama, y otra vez me lo robaron, y hoy resulta que dejo mis calcetines, y también me los robaron, ¿Sabe de lo que sospecho?
Y el funcionario dice:
No, ¿De qué?
Entonces el preso le responde:
Pues empiezo a sospechar que aquí en la cárcel hay ladrones.

Oiga, anteayer dejé mi cepillo de dientes en la cama y me lo robaron. Ayer dejé mi peine en la cama, y otra vez me lo robaron, y hoy resulta que dejo mis calcetines, y también me los robaron, ¿Sabe de lo que sospecho?
Y el funcionario dice:
No, ¿De qué?
Entonces el preso le responde:
Pues empiezo a sospechar que aquí en la cárcel hay ladrones.

