
Al otro día en la mañana se levanta el hombre y con voz déspota le dice:
¡bueno me voy, no volverás a verme, pero lo que te resulte en nueve meses le pones Gerardo.
Y ella con voz burlona le dice:
¡y a ti lo que te resulte en 24 horas le pones penicilina!.
