RaedonF650GS
Curveando
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Un mariconazo, que tantas veces había dado y tantas otras recibido, muere un buen día y llega estar en presencia de San Pedro. El Santo le dice con un aire paternal:
-"Querido hijo, para entrar al paraíso deberás responder a mi pregunta, para la cual seguramente no estás preparado todavía; en tanto, toma esta pastilla." Y le da un comprimido blanco del tamaño de un botoncito.
-"Vuelve a la tierra y tómala con un poco de agua, luego vuelve a mi." El mariconazo, estupefacto lleva a cabo la orden y, después de algunos minutos, comienza a sentir un gran malestar de panza;corre al baño, donde se libera en una terrible y maloliente diarrea durante 10 minutos seguidos. Terminada la cagada, se reencuentra blanco y demacrado frente a San Pedro, que lo mira con ojo clínico, y le dice:
-"Aún no te encuentro listo." Y le da una pastilla del tamaño de una avellana y le invita a comportarse como la vez anterior. Esta vez el efecto de la pastilla es mortal, el mariconazo caga diarrea ininterrumpidamente durante 3 horas, y luego, extenuado, se encuentra delante del Santo. Después de un atento examen, le dice:
-"Todavía no estas listo." Y le da otra pastilla, ahora de las dimensiones de una nuez. El efecto es terrible, espantoso, bestial... una megacagada de 12 horas con fisura de ano y hemorroides múltiples... El maricón, ya convertido en una larva humana, vuelve delante del Santo hombre, quien lo mira y aprueba con la cabeza:
-"Si, ahora seguramente estás listo para mi pregunta: ¿¿¿Has entendido para qué sirve el culo??? Cabrón!..."
-"Querido hijo, para entrar al paraíso deberás responder a mi pregunta, para la cual seguramente no estás preparado todavía; en tanto, toma esta pastilla." Y le da un comprimido blanco del tamaño de un botoncito.
-"Vuelve a la tierra y tómala con un poco de agua, luego vuelve a mi." El mariconazo, estupefacto lleva a cabo la orden y, después de algunos minutos, comienza a sentir un gran malestar de panza;corre al baño, donde se libera en una terrible y maloliente diarrea durante 10 minutos seguidos. Terminada la cagada, se reencuentra blanco y demacrado frente a San Pedro, que lo mira con ojo clínico, y le dice:
-"Aún no te encuentro listo." Y le da una pastilla del tamaño de una avellana y le invita a comportarse como la vez anterior. Esta vez el efecto de la pastilla es mortal, el mariconazo caga diarrea ininterrumpidamente durante 3 horas, y luego, extenuado, se encuentra delante del Santo. Después de un atento examen, le dice:
-"Todavía no estas listo." Y le da otra pastilla, ahora de las dimensiones de una nuez. El efecto es terrible, espantoso, bestial... una megacagada de 12 horas con fisura de ano y hemorroides múltiples... El maricón, ya convertido en una larva humana, vuelve delante del Santo hombre, quien lo mira y aprueba con la cabeza:
-"Si, ahora seguramente estás listo para mi pregunta: ¿¿¿Has entendido para qué sirve el culo??? Cabrón!..."