Aparte de las razones evidentes desde el punto de vista de la represión del delito (lease, exceso de velocidad), existe una importante razón de seguridad vial para prohibir los detectores de radar, que paso a explicar.
El detector da el pitido de aviso al entrar en el cono de acción del radar. Este pitido conlleva "siempre", un frenazo por parte del conductor que va por encima del límite, más brusco el frenazo cuanto más deprisa vaya. Si un vehículo va detrás del que lleva el detector, pero no lleva tal dispositivo, se encuentra que en una recta rápida y sin razón justificada ni aparente, el vehículo de delante clava los frenos y hasta el coche, que puede pasar en un santiamén de 180 a 90. En función de la distancia y de lo fuerte que lo clave, la posibilidad de alcance es notable. La diferencia con otra circunstancia similar - presencia de un coche de la policía, aviso de radar, etc.- es vista por todos los conductores, pero no así el aviso electrónico que depende de si llevas instalado el detector o no.
Por otra parte, para la policía es sencillísimo saber quien lleva detector, ya que el equipo del radar observa como los vehículos que lo utilizan frenan siempre en el mismo sitio (la zona de entrada al cono del radar) y en un plis plas avisan al equipo situado en el otro extremo del control.
El crimen siempre paga