Éste es el primer tema que inicio en este foro. Me hubiese gustado que, puestos a decir algo, fuese interesante, pero por falta de tiempo me contentaba con contestar alguno esporádicamente.
Últimamente, vuelvo con demasiada frecuencia a revivir sentimientos tan pesarosos que no podía sino enviar ráfagas al cielo a aquéllos que tristemente nos dejaron.
Hace unos meses, cuando todavía no me había enganchado a este foro, colgué el siguiente texto en otro foro.
Aunque lo escribí pensando en aquéllos, lo quiero dedicar, en su homenaje y recuerdo, a todos los ausentes (siempre ellas y ellos).
LOS MOTEROS TAMBIÉN LLORAN (lunes 17/3/03)
Hoy he llorado. Hoy también habrán llorado los corazones de muchos moteros. Es más, estoy seguro de que lo que mojaba Córdoba esta lluviosa mañana no eran sino las lágrimas de aquéllos que algún día nos dejaron y que velan por nosotros desde lo más alto.
El viernes fue Luis, y el domingo Sergio. Al primero lo conocía de los tiempos del cole; al segundo de nada, pero, quién sabe, podría haberlo hecho si hubiese llegado a Almodóvar, al almuerzo motero al que se dirigía.
En estos momentos es cuando nos asalta la duda.
¿Apagamos y nos vamos? ¿Quemamos las máquinas? ¿Merece la pena tanta afición, tanta pasión, para acabar de esa manera?
(...)
(...)
Si renunciar a la Moto para ti es renunciar a la Vida;
Si cuando ves los relámpagos en una tormenta, piensas que son ellos que nos hacen ráfagas desde el más allá;
Si entonces tú también lloras por dentro;
Entonces sabes que no es cuestión de buscar la respuesta, porque la pregunta sobra.
Ráfagas al cielo.
Javier.
Últimamente, vuelvo con demasiada frecuencia a revivir sentimientos tan pesarosos que no podía sino enviar ráfagas al cielo a aquéllos que tristemente nos dejaron.
Hace unos meses, cuando todavía no me había enganchado a este foro, colgué el siguiente texto en otro foro.
Aunque lo escribí pensando en aquéllos, lo quiero dedicar, en su homenaje y recuerdo, a todos los ausentes (siempre ellas y ellos).
LOS MOTEROS TAMBIÉN LLORAN (lunes 17/3/03)
Hoy he llorado. Hoy también habrán llorado los corazones de muchos moteros. Es más, estoy seguro de que lo que mojaba Córdoba esta lluviosa mañana no eran sino las lágrimas de aquéllos que algún día nos dejaron y que velan por nosotros desde lo más alto.
El viernes fue Luis, y el domingo Sergio. Al primero lo conocía de los tiempos del cole; al segundo de nada, pero, quién sabe, podría haberlo hecho si hubiese llegado a Almodóvar, al almuerzo motero al que se dirigía.
En estos momentos es cuando nos asalta la duda.
¿Apagamos y nos vamos? ¿Quemamos las máquinas? ¿Merece la pena tanta afición, tanta pasión, para acabar de esa manera?
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Si renunciar a la Moto para ti es renunciar a la Vida;
Si cuando ves los relámpagos en una tormenta, piensas que son ellos que nos hacen ráfagas desde el más allá;
Si entonces tú también lloras por dentro;
Entonces sabes que no es cuestión de buscar la respuesta, porque la pregunta sobra.
Ráfagas al cielo.
Javier.