
En alguna ocasión hemos comentado en el foro lo semejante que es volar y conducir una motocicleta. Nos gusta la aeronáutica, las aves, y ver volar ciertas rapaces, nos llama la etención, nos gusta y nos fascina.
De viaje ha Sátago vi varios buitres, tremendos, en el cielo, a unos pocos metros de mi. También vi a más de una rapaz y junto al Monasterio de Rueda un halcón, la verdad es que son maravillosos.
La cuestión a la que me refiero en el título es algo más pueril. Resulta que salí de Sástago por la mañana temprano ya que me quedaban muchas horas por delante, asi que tomé la caretera hacia Belchite. Se trata de una carretera llena de baches pero es una línea recta o casi recta que te permite levantarte sobre los reposapiés de la moto como si fueses de rally. Y en esto estaba cuando me dí cuenta de que estaba rodeado de chillonas golondrinas.
Seguramente a esa hora de la mañana salieron todas a volar y junto a mi se dieron un atracón de bichitos. Junto a las golondrinas algún verdecillo, y creo que también gilgeros, (¿en esta época?).
Me sentía como un pájaro pío, pío, libre, volando sobre mi moto mientras se me llenaba el casco de impactos de insectos. La ropa igual y en las rodillas, como perdigonazos.
La sensacion de volar duró y me hizo sentir feliz pensando en esto y en otras cuestiones, el paisaje... fascinante y mi mente junto a las golondrinas creo que alzó el vuelo, tanto, que hasta me olvidé de mi mismo de la moto y del casco, y de los bichos.
Tras esta sensaciones, horas y horas de moto me hicieron pensar en el pío pío... y en los poemas de las oscuras golondrinas, en volver a Sástago... ¡¡Es que me voy a comprar una avioneta!!.