Reitero mis gracias a todos por vuestras felicitaciones y buenos deseos y ya que estamos y debido a las múltiples peticiones del distinguido público que nos lee, vamos a seguir emitiendo impresiones de la Kawa GTR 1400. Lo primero que notas cuando vas a subirte a ella por primera vez es su volumen, la ves grande, aparatosa, con un carenado ancho y unos espejos que sobresalen por los lados de una manera bastante indiscreta, aunque también hay que decir que son plegables manualmente, lo que viene de maravilla para aparcar en espacios limitados y que proporcionan una correcta visión de lo que pasa detrás. Supongo que esto depende de la referencia anterior que tengas, la K era larga pero estrecha, al menos sin maletas. Y esta es otra cuestión a considerar, las maletas en la Kawa no dan la impresión de estar bien integradas con el conjunto de la moto, más bien parecen un accesorio añadido y aunque resultan de buena calidad y capacidad y sobre todo muy fáciles de quitar y poner, resultan un poco aparatosas dificultando la maniobra de subir y bajar de la moto, de hecho la primera vez que subí ya le hice una pequeña raya con la bota a la maleta derecha, supongo que será la falta de costumbre y no de elasticidad

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Resulta curioso aunque en mi opinión poco útil, el sistema de arranque sin llave, por proximidad, esto es sólo llevando el mando en el bolsillo puedes desbloquear la moto y arrancarla sin necesidad de llave. Pero una vez satisfecha la curiosidad inicial te das cuenta de que el mecanismo no es más que una chorrada como otra cualquiera, efectista pero poco efectivo porque en realidad haces las mismas maniobras que si utilizaras la llave, con el agravante de que necesitarás una pequeña llave integrada en el mando para el depósito de la gasolina y para las maletas, total no te ahorras nada con el mecanismo que además funciona con una pila que como es de suponer terminará por agotarse añadiendo otro problema.
Una vez a bordo y nunca mejor dicho porque parece un barco, la posición es ideal. Un poco más alta que la K, yo con casi 180 cms. llego bien al suelo pero no tengo el mismo apoyo total que en la K, lo que en los primeros momentos te da cierta sensación de inseguridad y de temor a que la masa que manejas pueda salir del eje de equilibrio. La posición de los mandos es muy ergonómica e intuitiva, las cosas están donde se espera que estén y ¡oh, maravilla!, los intermitentes van en un solo mando en la piña izquierda como en la práctica totalidad de las motos, por fin los podré gastar con comodidad (nunca me llegué a acostumbrar a los de la K, qué incomodidad, de hecho a veces señalaba con la mano que me resultaba más cómodo). El resto de los mandos incluye el botón del control de tracción, el de la frenada repartida con ABS, el mando de regulación eléctrica del parabrisas y el mando del ordenador mediante un gatillo donde suelen situarse las ráfagas. Este mando permite conectar un modo de conducción ECO e ir pasando por distintas pantallas de la consola para controlar la carga de la batería, la presión de las ruedas, la temperatura, el consumo medio e instantáneo, la autonomía restante. Por cierto lo de la autonomía restante es menos exacto que contar con los dedos de los pies, varía cada dos minutos en función del último consumo medido por lo que la variación es tremenda, casi mejor fiarse de la intuición y de lo que le has echado al salir en el depósito. Además lleva un mando para regular la altura de los faros y una toma de corriente, warning, y puños calefactables regulables mediante una rueda con varias posociones.
La postura es muy cómoda, erguida pero natural y los brazos perfectamente dispuestos sobre el manillar. El asiento amplio, bien mullido pero me queda una duda que tendré despejar, acerca de la comodidad que promete en largos recorridos y que no estoy del todo seguro de que consiga ¿alguna molestia en el culo?, no sé, ya veremos.
Bueno todo esto antes de darle al contacto. En el próximo capítulo le daremos al “on” y veremos cómo suena y cómo se mueve.
Saludos