Ayer volvía yo contento, bastante contento, a las 04:30 a.m. cuando al llegar a casa freno ante la puerta del garaje y ¡zas! se me cae, no me acuerdo por qué, la moto; me quedé de pié y enseguida pensé que tendría que llamar a algún vecino para que me ayudara a levantarla. Pensando un poco más (aunque lento) me dije que no eran horas y ante la perspectiva de dejar la moto tirada en la calle me sobrevino, del vino, una fuerza extraordinaria y pude levantarla con dos cilindros y todo.
La moto sin daños.
Esta noche estaré más atento, o volveré de día.
¡Qué dura es la vida de Rodriguez Putierrez!
La moto sin daños.
Esta noche estaré más atento, o volveré de día.
¡Qué dura es la vida de Rodriguez Putierrez!