Bueno, pues ya puestos os cuento yo mi Kedada.
Recojo esa semana mi K75s recién reparada la bomba de la gasolina (yo creía que el problema era del arranque...). Salgo hacia Alicante la noche del viernes para cenar con mis amigos de allí por el centro. A las 2 a.m. me monto en la moto para ir a dormir al Holiday Inn y encontrarme con vosotros por la mañana... y la moto que dice que no arranca.
Tras 45 minutos de infructuosos intentos (aprovechando que la calle donde había aparcado era cuesta abajo la dejaba caer a ver si así... pero ni flores) llamo al seguro. La plataforma tarda 45 minutos en venir. Rasca importante. Cuando viene y sujeta la moto y echamos a andar en cada curva veo que la moto baila que da gloria. Paramos a volver a sujetarla. Ahora sí.
Llegamos a un depósito en San Vicente, un poco antes de a tomar por culo, pasado el quinto coño. Bajamos la moto de la plataforma. Oye, qué buena idea esto de tener botas de moto de suela racing sobre una plataforma metálica inclinada tratando de mantener la verticalidad de un montón de hierro de cientoypico kilos.
Una vez la moto en tierra el de la plataforma advierte que se ha dejado las llaves del depósito para guardar la moto en su casa... en Alicante city.
Le pongo la cadena a la moto y le digo que no se preocupe, que ya la guarda mañana, que a las 5 de la mañana no le voy a hacer seguir echando viajes y que total, el que se encapriche de la moto y se la lleve como no sea a cuestas... y todavía tiene que arreglarla...
Me deja en el centro de San Vicente, a esperar otro taxi (este llega rápido) y desde allí al Holiday Inn de San Juan. Cuando llego son casi las 6 de la mañana. Me quedo un ratico mirando vuestras motos aparcadas en la puerta. Faltaba la mía, que además es la única que no lleva cúpula ni carenado, naked total. Hacen guardia junto al Lamborghini blanco que, por cierto, es de un chavalín de 18 años (o de su padre, vamos, pero la cosa es que lo lleva él).
En recepción pido que os dejen una nota resumiendo mi peripecia y me voy a dormir con un "buenas noches... o buenos días... o lo que sea".
A las 10:45 arriba a desayunar, ducha y a pedir un taxi que me lleve al centro de Alicante, que ya de perdidos al río me quedo a comer en casa de uno de mis colegas de allí. Por la tarde el seguro me pone un taxi hasta mi casa en Murcia.
Y la cosa no termina aquí...
El lunes por la mañana me acerco al concesionario de BMW a avisar de que les traeran mi K75. Ya está allí. Me pregunta el del taller "y ¿qué le pasaba a la moto?" mientras pone el contacto y arranca a la primera...
Como me pilla en etapa zen me limito a sonreir.
Les dejo la moto para que la revisen por si tuviera algo mal, aunque parece que no tiene ningún problema... ¡ahora! No me han llamado en toda la semana, mañana les llamo a ver qué me cuentan... me ha salido caprichoso, el Ladrillo Volador
Eso sí, TENGO UNAS GANAS de que organicéis otra!!!