Karlos BMW
Curveando
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De una web amiga ...
http://www.portalmotos.com/www/contenidos.asp?contentid=3864
pongo este tema que nos atañe a tod@ l@s motoristas. :-?
Informe de la DGT: Perfil de los motoristas, 2005 – Otra lectura
Este informe, realizado por la empresa Random para la DGT, y publicado en 2005, abusa de los tópicos sobre los motoristas y extrae conclusiones que suponen que el análisis de los datos no ha sido realizado verdadera intención de mejorar la seguridad de los motoristas, sino de culpabilizarnos una vez más o, al menos, de dejar en nuestras manos toda la responsabilidad.
Sin embargo, los datos que se manejan pueden ser útiles para llegar a conclusiones mucho más sensatas que las obtenidas en el informe.
Las cifras
Este informe analiza los 9.938 accidentes de motos ocurridos en nuestro país durante el año 2.003. En ellos, se vieron implicados un total de 18.057 vehículos (10.211 motocicletas y 7.846 vehículos de otro tipo).
La mayoría (70,9%) tuvieron lugar en zonas urbanas. Un 29,1% ocurrieron en carreteras.
El 66% de los accidentes fueron colisiones contra otros vehículos durante la marcha, de los cuales: 75% fueron coches normales, 6% furgonetas, 3% otras motos y el resto, otros vehículos. El choque frontolateral es el más habitual (32%). En segundo lugar aparecen las salidas de la calzada, aunque este tipo de accidente sólo representa el 12% de los accidentes.
Estos otros vehículos que se vieron involucrados en el accidente se encontraban realizando giro a izquierda o derecha, incorporándose desde otra vía o cruzando intersecciones. Es decir, entorpecieron o, al menos, se cruzaron, en una gran parte de los casos, en la ruta del motorista.
Los datos expuestos no son exclusivos de este informe, sino que, con ligeras variaciones, coinciden con los de otros, como:
MAIDS (Motorcycle Accidents In Depth Study), exhaustivo trabajo realizado en Francia, Alemania, Holanda, Italia y España en 2004.
El informe en que se basa la campaña “Think” de la DfT británica.
En la mayoría de los casos los accidentes se debieron a factores humanos, principalmente por infracciones a la norma y distracciones (41% y 32% del total de los accidentes respectivamente).
Contrariamente a lo que cabría pensar, muy pocos accidentes tienen lugar por la noche. Solamente el 10% ocurrieron entre las 23:00 y las 8:00. Además, las condiciones meteorológicas tampoco fueron determinantes en la mayoría de los casos, pues la superficie de la calzada estaba limpia y seca en el 90% de los casos, y en el 94% de los accidentes se disfrutaba de buen tiempo.
Sin embargo, la existencia de baches (con lo que supone de mantenimiento de las vías públicas), sí constituye un factor a tener en cuenta: se detectaron en un 26% de los accidentes.
A qué conclusiones llega y a cuáles debería llegar
Las conclusiones a que llega el estudio son, en muchos casos, superficiales y omiten algunas cuestiones importantes. Sin embargo, hay una de la que merece la pena dejar constancia aquí (pág. 118):
“Utilizando estos aspectos como centrales en las formas de comunicación, parece necesario trabajar con los motociclistas para que acepten, o al menos se planteen, los riesgos que implica conducir una motocicleta, no teóricamente (para los demás), sino para ellos mismos. Esta concepción reforzaría prácticas de conducción más seguras.”
Una vez más, la DGT deja la responsabilidad de la seguridad únicamente en manos del motorista, cuando anteriormente se ha constatado que las dos terceras partes de los accidentes son por colisión con otros vehículos, y que en la mayoría de ellas, es el otro conductor el que infringiendo alguna norma o por distracción (73% del total de accidentes), causa un accidente en el que el motorista suele ser, simplemente una víctima.
¿Cómo puede ser que se haya omitido cualquier referencia a la necesidad de concienciar a los automovilistas? ¿Qué responsabilidad tiene un motorista cuando otro vehículo, generalmente de cuatro ruedas, se salta un ceda el paso o un semáforo en rojo, o colisiona con una moto por no respetar la distancia de seguridad? ¿Por qué nosotros, y no los verdaderos responsables, tenemos que reforzar nuestras prácticas de conducción para hacerlas más seguras?
El propio informe cita otro de la DGT, llamado “Estudio de hábitos de conducción en motocicletas” y recoge la recomendación final de éste:
“…sería interesante que la formación teórica de los nuevos conductores de turismos incluyera algunas indicaciones sobre cómo comportarse ante la presencia de una motocicleta en sus proximidades.”
Aunque en la página de la DGT no figura la fecha de este último informe, evidentemente es anterior al de 2005. Sin embargo ¿Qué se ha hecho al respecto? Nada. ¿Por qué?
¿Qué podemos hacer?
Como respuesta a las preguntas anteriores, que la DGT deja sin respuesta, surge la campaña “Mirar no es suficiente”, que persigue dos objetivos básicos:
Reclamar a las Autoridades, en colaboración con organismos e instituciones implicadas en educación y seguridad vial, la responsabilidad que tienen para dar la información real y completa sobre los accidentes de motos, y la formación necesaria para reducir la siniestralidad mediante la educación de los conductores de vehículos de 4 o más ruedas.
Concienciar directamente a los conductores sobre la situación e informarles para que sepan cómo pueden evitar accidentes.
http://www.portalmotos.com/www/contenidos.asp?contentid=3864
pongo este tema que nos atañe a tod@ l@s motoristas. :-?
Informe de la DGT: Perfil de los motoristas, 2005 – Otra lectura
Este informe, realizado por la empresa Random para la DGT, y publicado en 2005, abusa de los tópicos sobre los motoristas y extrae conclusiones que suponen que el análisis de los datos no ha sido realizado verdadera intención de mejorar la seguridad de los motoristas, sino de culpabilizarnos una vez más o, al menos, de dejar en nuestras manos toda la responsabilidad.
Sin embargo, los datos que se manejan pueden ser útiles para llegar a conclusiones mucho más sensatas que las obtenidas en el informe.

Las cifras
Este informe analiza los 9.938 accidentes de motos ocurridos en nuestro país durante el año 2.003. En ellos, se vieron implicados un total de 18.057 vehículos (10.211 motocicletas y 7.846 vehículos de otro tipo).
La mayoría (70,9%) tuvieron lugar en zonas urbanas. Un 29,1% ocurrieron en carreteras.
El 66% de los accidentes fueron colisiones contra otros vehículos durante la marcha, de los cuales: 75% fueron coches normales, 6% furgonetas, 3% otras motos y el resto, otros vehículos. El choque frontolateral es el más habitual (32%). En segundo lugar aparecen las salidas de la calzada, aunque este tipo de accidente sólo representa el 12% de los accidentes.
Estos otros vehículos que se vieron involucrados en el accidente se encontraban realizando giro a izquierda o derecha, incorporándose desde otra vía o cruzando intersecciones. Es decir, entorpecieron o, al menos, se cruzaron, en una gran parte de los casos, en la ruta del motorista.
Los datos expuestos no son exclusivos de este informe, sino que, con ligeras variaciones, coinciden con los de otros, como:
MAIDS (Motorcycle Accidents In Depth Study), exhaustivo trabajo realizado en Francia, Alemania, Holanda, Italia y España en 2004.
El informe en que se basa la campaña “Think” de la DfT británica.
En la mayoría de los casos los accidentes se debieron a factores humanos, principalmente por infracciones a la norma y distracciones (41% y 32% del total de los accidentes respectivamente).
Contrariamente a lo que cabría pensar, muy pocos accidentes tienen lugar por la noche. Solamente el 10% ocurrieron entre las 23:00 y las 8:00. Además, las condiciones meteorológicas tampoco fueron determinantes en la mayoría de los casos, pues la superficie de la calzada estaba limpia y seca en el 90% de los casos, y en el 94% de los accidentes se disfrutaba de buen tiempo.
Sin embargo, la existencia de baches (con lo que supone de mantenimiento de las vías públicas), sí constituye un factor a tener en cuenta: se detectaron en un 26% de los accidentes.
A qué conclusiones llega y a cuáles debería llegar

Las conclusiones a que llega el estudio son, en muchos casos, superficiales y omiten algunas cuestiones importantes. Sin embargo, hay una de la que merece la pena dejar constancia aquí (pág. 118):
“Utilizando estos aspectos como centrales en las formas de comunicación, parece necesario trabajar con los motociclistas para que acepten, o al menos se planteen, los riesgos que implica conducir una motocicleta, no teóricamente (para los demás), sino para ellos mismos. Esta concepción reforzaría prácticas de conducción más seguras.”
Una vez más, la DGT deja la responsabilidad de la seguridad únicamente en manos del motorista, cuando anteriormente se ha constatado que las dos terceras partes de los accidentes son por colisión con otros vehículos, y que en la mayoría de ellas, es el otro conductor el que infringiendo alguna norma o por distracción (73% del total de accidentes), causa un accidente en el que el motorista suele ser, simplemente una víctima.
¿Cómo puede ser que se haya omitido cualquier referencia a la necesidad de concienciar a los automovilistas? ¿Qué responsabilidad tiene un motorista cuando otro vehículo, generalmente de cuatro ruedas, se salta un ceda el paso o un semáforo en rojo, o colisiona con una moto por no respetar la distancia de seguridad? ¿Por qué nosotros, y no los verdaderos responsables, tenemos que reforzar nuestras prácticas de conducción para hacerlas más seguras?
El propio informe cita otro de la DGT, llamado “Estudio de hábitos de conducción en motocicletas” y recoge la recomendación final de éste:
“…sería interesante que la formación teórica de los nuevos conductores de turismos incluyera algunas indicaciones sobre cómo comportarse ante la presencia de una motocicleta en sus proximidades.”
Aunque en la página de la DGT no figura la fecha de este último informe, evidentemente es anterior al de 2005. Sin embargo ¿Qué se ha hecho al respecto? Nada. ¿Por qué?
¿Qué podemos hacer?

Como respuesta a las preguntas anteriores, que la DGT deja sin respuesta, surge la campaña “Mirar no es suficiente”, que persigue dos objetivos básicos:
Reclamar a las Autoridades, en colaboración con organismos e instituciones implicadas en educación y seguridad vial, la responsabilidad que tienen para dar la información real y completa sobre los accidentes de motos, y la formación necesaria para reducir la siniestralidad mediante la educación de los conductores de vehículos de 4 o más ruedas.
Concienciar directamente a los conductores sobre la situación e informarles para que sepan cómo pueden evitar accidentes.