Supongo que los más susceptibles de caer en la trampa son los menos cultos, aquellos cuyos cerebros vacíos no son capaces de discernir entre la educación y el lavado de cerebro y creen a pies juntillas lo que les digan, se lo diga quien se lo diga mientras le tengan un poco de respeto por lo que sea... aunque sea por ser sus padres, amigos, profesores, sus políticos votados o sus jefes. Da igual.
El mundo ya no es un planeta sin más. Es una máquina de hacer dinero y los que lo manejan son los que van a salir beneficiados de los esfuerzos de los obreros. Cuantos más obreros que no cuestionen nada, mejor. Poco a poco nos la querrán meter más y más con calzador. Mantengamos los ojos abiertos, leamos, aprendamos, cultivemos nuestra mente y sigamos siendo individuos. Dejémonos de maquinitas de entretenimiento que sólo hacen que nos divirtamos en mundos irreales. Yo veo a amigos de mi hijo consumiendo videojuegos y dejando de lado el parque, la bici, el patín o el balón porque ya van por el nivel 14 y les han dado otra pantalla que no estaba. Solo con eso se sientes héroes entre sus amigos. Veo que a sus padres les viene muy bien porque mientras sus hijos juegan en la consola, ellos no se tienen que encargar de ellos. Por el amor de Dios. A mi hijo le dices de bajar al parque y ya está en el ascensor. Ni su episodio favorito de la tele ni los juguetes de su alfombra son capaces de frenar sus ganas de jugar de verdad con personas de verdad.
Ahora llevamos eso a lo que serán los hombres que ahora son niños y les veremos conectados a máquinas como si fueran su cordón umbilical. Ya han conseguido que su conexión sea placentera desde pequeños, con el consentimiento de unos padres que han encontrado el juguete perfecto, el que los deja absortos con el mando en la mano y no hacen ruido ni rompen nada. Luego la diversión se la cambiarán por euros que, a su vez, gastarán en diversión y en comer, supongo. Si este es el futuro que nos espera, de gente todo el día dale que te pego a la maquinita, se nos va a poner el culo como una mesa camilla.
Esta misma mañana me he despertado pensando en que los papás de los amigos de mi hijo no saben cocinar ninguno. El planazo es ir a cenar fuera, porque en su casa lo más complicado que hacen es descongelar una pizza. Esto también va al culo como una mesa camilla. Normal que quieran venir a casa a jugar en el parque de bajo y luego busquen cualquier excusa para quedarse en nuestra casa a cenar, que la pizza la hacemos nosotros, nos ayudan los chicos a hacerla, disfrutan como enanos y está más buena y natural. Luego vas a su casa y el plan es descongelar algo y peli o videojuegos para los niños. Veo ciertas carencias sociales, comunicativas y de capacidad de divertirse -con algo que no lleve pilas o esté enchufado- bastante alarmantes, pero no se dan cuenta. Igual ya están sufriendo el lavado de cerebro...