Llega un joven motero a un burdel, toca a la puerta y le abre la Madame.
Al ver su vestimenta, la Madame le dice:
"¿Qué se te ofrece?"
A lo que de inmediato contesta el motero:
"¡Quiero una mujer!"
"¿Tienes experiencia?"
"Pues...no..." responde el joven motero.
"En ese caso vete al garaje donde vives, coges una de las motos viejas que tengas y en el tubo de escape practicas durante un mes y luego vuelves. ¿De acuerdo?" le dice la Madame.
El motero se va. Practica durante todo un mes con todos los escapes que encuentra y regresa con una tabla debajo del brazo. Toca a la puerta del prostíbulo y nuevamente le abre la Madame.
"¡quiero una mujer. Ya tengo experiencia!"
La Madame le hace entrar y llama a Romualda para que le atienda.
Romualda y el motero suben al cuarto, ella se desviste y se pone en cuatro patas en la cama para hacerlo estilo perrito. De repente el motero saca la tabla y le zampa tremendo tablazo por el culo.
Romualda, muy enojada, y sobándose las nalgas, le dice al motero:
"Pero bueno, ¿qué te pasa?, ¡motero hijo de puta! ¿Por qué me pegas con esa tabla?"
El motero muy serio, parado a la orilla de la cama, le contesta:
"solo quería asegurarse de que tú no tenias avispas"
Al ver su vestimenta, la Madame le dice:
"¿Qué se te ofrece?"
A lo que de inmediato contesta el motero:
"¡Quiero una mujer!"
"¿Tienes experiencia?"
"Pues...no..." responde el joven motero.
"En ese caso vete al garaje donde vives, coges una de las motos viejas que tengas y en el tubo de escape practicas durante un mes y luego vuelves. ¿De acuerdo?" le dice la Madame.
El motero se va. Practica durante todo un mes con todos los escapes que encuentra y regresa con una tabla debajo del brazo. Toca a la puerta del prostíbulo y nuevamente le abre la Madame.
"¡quiero una mujer. Ya tengo experiencia!"
La Madame le hace entrar y llama a Romualda para que le atienda.
Romualda y el motero suben al cuarto, ella se desviste y se pone en cuatro patas en la cama para hacerlo estilo perrito. De repente el motero saca la tabla y le zampa tremendo tablazo por el culo.
Romualda, muy enojada, y sobándose las nalgas, le dice al motero:
"Pero bueno, ¿qué te pasa?, ¡motero hijo de puta! ¿Por qué me pegas con esa tabla?"
El motero muy serio, parado a la orilla de la cama, le contesta:
"solo quería asegurarse de que tú no tenias avispas"