Soy un tipo que va en una moto. Me encantan, me produce gran placer estético ir en moto, me mola muchísimo ese principio básico del equilibrio dinámico, me gustan muchísimo mis motos, como responde el motor al abrir gas, como funciona el equilibrio, la inclinación, lo sutil que es un pequeño cambio con el cuerpo y que provoca una respuesta en la marcha de la máquina... me flipan mucho todas esas cosas, como cuando era crío y me dejaron conducir por primera vez una Derbi Grand Sport de 65 cc y me pareció que aquello era lo máximo.
Me gusta muchísimo llegar en moto a los sitios, soy muy vanidoso y siempre me ha gustado que me miren, por eso he tenido siempre motos muy interesantes para cierto tipo de persona, con las que he disfrutado mucho de conversaciones de semáforo: que si estas ya no las hacen, que si es muy chula, etc... Es raro el día que, volviendo de trabajar, no me diga alguien algo acerca de lo chula que es mi Honda, y sí, a mi ego le va guay. También me gusta mucho apreciar el gusto de otros que llevan motos chulas, no pierdo ocasión de hacerle saber a sus dueños lo bonitas y elegantes que me parecen las motos elegantes y bonitas.
Como me gustan las motos elegantes y bonitas, aprecio mucho a quienes las llevan con gracia y con elegancia. Ver a un señor o señora con su motocicleta deslizarse por el asfalto con autoridad y con suavidad me parece digno de admiración, y les admiro. También me parece que llegar en moto a los sitios es la forma más elegante y gallarda de llegar a los sitios, da igual si es la oficina o es a un destino a miles de Km.
Reconozco el cuero viejo y los desgastes en el carenado y otras piezas de la moto como galones ganados durante el tiempo, lo admiro y lo respeto. Por tanto, los luzco también con orgullo.
No me gustan los peluches, los cuernos, las chapas, las pegatinas, los parches ni los ornamentos ni los complementos barrocos. No me gusta el ruido innecesario, los alardes ni las hazañas de cuñado. No me impresiona lo más mínimo los grados de inclinación ni el límite de desgaste de las gomas, las velocidades punta ni el dinero que ha costado la moto que cada uno conduce. Como he dicho antes, disfruto de ver gente que conduce bien su moto, no es lo mismo.
No soy nada gregario, no tengo grupo, no voy nunca a concentraciones, grandes premios ni eventos de ningún tipo, con algunas excepciones, pero mínimas.
Tengo la sensación de que todo lo que no me gusta es lo que más se identifica como "motero", por lo que me quedo con motorista o motociclista.
Perdón por el rollo
