Hola compañeros....
Quería hacer una pequeña reflexión sobre algo que me pasó ayer, y que casi me lleva al otro barrio.
Cuando volvía de una ruta larga y con más de 300 km de disfrute, otros 100 para volver a casa, el destino me puso delante una prueba que casi me lleva para el otro barrio.
Cuesta abajo, en una curva amplia de derecha, en la N320 dirección Guadalajara habiendo dejado Sacedón atrás hacía nada, me encontré de frente invadiendo mi carril a un seat toledo antiguo, plateado, que en prohibido estaba intentando adelantar un autobús.
Él intentó frenar y yo vi perfectamente cómo su suspensión se hundía y movía el coche de lado a lado, pero no tenía donde meterse. Yo después de pensar me lo como, me lo como, frenazo y en medio segundo me echo al estrecho arcén, y pasamos a la vez el autobús, el HP del toledo, y yo.
Me dieron ganas de dar media vuelta e irme a por él, pero con el bajón de la adrenalina era un manejo de nervios y no era buena idea.
Yo iría a unos 90 o 95, y él ni idea, pero imagino que por el estilo si iba a intentar pasar al autobús. El caso es que no me pasó nada, pero da mucho que pensar, ya que yo iba muy muy tranquilo en ese momento. A veces uno asume riesgos y es consciente de ello, pero estar a punto de morir o de tener un choque frontal con indudablemente gravísimas consecuencias da mucho que pensar, y más si uno no ha hecho nada para buscarlo. Todos tus esfuerzos y tus planes de vida pueden verse esfumados en un segundo.
Primero me dio por pensar que si llego a ir en coche nos hubiéramos chocado seguro al ser imposible pasar los 3 a la vez. Luego imagino que quizás me hubiera visto, no lo se.
En fín, que tenía que contarlo porque ver al coche acercarse de frente de esa manera y tan por sorpresa la verdad, no deja de darme vueltas en la cabeza.
Quería hacer una pequeña reflexión sobre algo que me pasó ayer, y que casi me lleva al otro barrio.
Cuando volvía de una ruta larga y con más de 300 km de disfrute, otros 100 para volver a casa, el destino me puso delante una prueba que casi me lleva para el otro barrio.
Cuesta abajo, en una curva amplia de derecha, en la N320 dirección Guadalajara habiendo dejado Sacedón atrás hacía nada, me encontré de frente invadiendo mi carril a un seat toledo antiguo, plateado, que en prohibido estaba intentando adelantar un autobús.
Él intentó frenar y yo vi perfectamente cómo su suspensión se hundía y movía el coche de lado a lado, pero no tenía donde meterse. Yo después de pensar me lo como, me lo como, frenazo y en medio segundo me echo al estrecho arcén, y pasamos a la vez el autobús, el HP del toledo, y yo.
Me dieron ganas de dar media vuelta e irme a por él, pero con el bajón de la adrenalina era un manejo de nervios y no era buena idea.
Yo iría a unos 90 o 95, y él ni idea, pero imagino que por el estilo si iba a intentar pasar al autobús. El caso es que no me pasó nada, pero da mucho que pensar, ya que yo iba muy muy tranquilo en ese momento. A veces uno asume riesgos y es consciente de ello, pero estar a punto de morir o de tener un choque frontal con indudablemente gravísimas consecuencias da mucho que pensar, y más si uno no ha hecho nada para buscarlo. Todos tus esfuerzos y tus planes de vida pueden verse esfumados en un segundo.
Primero me dio por pensar que si llego a ir en coche nos hubiéramos chocado seguro al ser imposible pasar los 3 a la vez. Luego imagino que quizás me hubiera visto, no lo se.
En fín, que tenía que contarlo porque ver al coche acercarse de frente de esa manera y tan por sorpresa la verdad, no deja de darme vueltas en la cabeza.