Sigo dándole vueltas y vueltas al tema. He sabido que este chico (es más joven que yo, a pesar de sus 53) es de Burgos. Me pregunto continuamente si estará bien. Le vi la cara, pálido como la cera, de aspecto sereno, como si estuviese dormido o ya sedado, aunque aún no había llegado la ambulancia. Sin signos de dolor en su rostro, o bien estaba inconsciente o era un tipo muy duro, o la adrenalina o vete a saber...
He vuelto a buscar en prensa pero lógicamente no hay nada más, el siniestro siempre es noticia pero nunca lo es ni la feliz recuperación ni el fallecimiento, ni las lesiones sufridas o las secuelas. Eso no lo puede contar la prensa porque no tiene la inmediatez requerida, salvo que se produzca el fallecimiento en el momento del accidente, lo que afortunadamente esta vez no se dio.
Después, con este rumiar sobre el caso que he visto tan de cerca y en tiempo real, me he preguntado cuántos motociclistas accidentados que se dan por evacuados a centros hospitalarios no consiguen superarlo.
Y la verdad, no quiero mirar las estadísticas del INE porque creo que es algo que me va a desanimar con respecto a esta bonita afición.
Reconozco que cuando continué con mi pequeña excursión ya no conducía con confianza, iba envarado, más lento de lo habitual. Llevé un rato un turismo blanco detrás y estuve continuamente mirando por los retrovisores, amedrentado a tal punto que me aparté y le ofrecí pasar, pero él no lo hizo. Me desvié en cuanto pude.
Y todo el rato, erre que erre, comentando con mi mujer el accidente. Estábamos impactados.
Y para colmo, a la vuelta, hora y media después, aún no se habían llevado al herido a Valdecilla. No nos lo podíamos creer.
En fin, dejo definitivamente el tema y digo lo de siempre: mucho cuidado, tranquilidad, serenidad y vista sobre el asfalto y lo que lo rodea.
Saludos en V (pero mejor con las luces)
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