Oui, monsieur le gendarme!
Situemos la historia, que por su título más podría parecer una de ladrones y policías que de amistad motera.
Agosto de 2003. Autopista Perpignan-Paris. Área de Montélimar. Ola de calor excepcional en Francia.
Con Joana vamos hacia Chamonix, al pie del Mont Blanc. Nos detenemos para repostar y aprovechar (para nosotros es como un ritual) los sillones de masaje (2 Euros 8 minutos) y que para Joana son como un vicio después de 500 km.(siempre me hace parar aquí!).
Nos quitamos los cascos, acabamos de abrir nuestras chaquetas (con su Gore-Tex, sus cremalleras de ventilación, sus mariconadas “todo tiempo”, etc, etc...) a pesar de lo cual parecemos unos pollos pasados por agua de tanto sudar.
Repostamos y nos acercamos (Joana sujeta los dos cascos) a la Cafetería dónde nos espera ¡al fin! el “cafetuá”, le “crusant” y los sillones (si, si, “sillones”, porque están fabricados en Madrid). De pronto oímos un toque de silbato y alguien que nos grita “arreté isí!”.
Ostia! un gendarme de los de tráfico que viene hacia nosotros... que acojone, será porqué no nos hemos puesto el casco para recorrer esos veinte malditos metros?, será porque habré excedido los 130 Km/h y me esperan aquí?. Ostia, ostia! que cague...
Joana, por lo bajini, me recuerda que aquí en Francia nos pueden dejar “en bragas” por una “collonada”. Y en estas que llega el gendarme de marras con una sonrisa de oreja a oreja. Y yo que pienso “te va a multar con la sonrisa puesta, ¡qué cabrón!”.
-Bonjour monsieur!
-Bonxur mesié
-“Senió motar, úste debré aser come nosotros les gendarme, para no sufrir un golpe de calor peligroso...” (Lo admito: Gendarme con español mangurrino, pero lleno de buena voluntad). Nos señala su moto, su casco y su camisa azul celeste de manga corta... y añade:
-“ser prudents, controlar votre velocidá e mú especial, controlé les otres condutores”.
-Uí mesié, uí mesié!
-Alé, buena rute!
No venia a multarme!, simplemente me recordaba que con ese calor es más fácil tener un accidente por culpa de un desvanecimiento a causa del calor, que por cualquier otra causa.
Cuántas veces me he acordado del “amí le gendarme”.
Por cierto, ¿porqué todas las policías de tráfico circulan en mangas de camisa durante la época estival, y sin protecciones en invierno? (me refiero a los que van en moto).
V'sss a tod@s y al mesié gendarme también
Situemos la historia, que por su título más podría parecer una de ladrones y policías que de amistad motera.
Agosto de 2003. Autopista Perpignan-Paris. Área de Montélimar. Ola de calor excepcional en Francia.
Con Joana vamos hacia Chamonix, al pie del Mont Blanc. Nos detenemos para repostar y aprovechar (para nosotros es como un ritual) los sillones de masaje (2 Euros 8 minutos) y que para Joana son como un vicio después de 500 km.(siempre me hace parar aquí!).
Nos quitamos los cascos, acabamos de abrir nuestras chaquetas (con su Gore-Tex, sus cremalleras de ventilación, sus mariconadas “todo tiempo”, etc, etc...) a pesar de lo cual parecemos unos pollos pasados por agua de tanto sudar.
Repostamos y nos acercamos (Joana sujeta los dos cascos) a la Cafetería dónde nos espera ¡al fin! el “cafetuá”, le “crusant” y los sillones (si, si, “sillones”, porque están fabricados en Madrid). De pronto oímos un toque de silbato y alguien que nos grita “arreté isí!”.
Ostia! un gendarme de los de tráfico que viene hacia nosotros... que acojone, será porqué no nos hemos puesto el casco para recorrer esos veinte malditos metros?, será porque habré excedido los 130 Km/h y me esperan aquí?. Ostia, ostia! que cague...
Joana, por lo bajini, me recuerda que aquí en Francia nos pueden dejar “en bragas” por una “collonada”. Y en estas que llega el gendarme de marras con una sonrisa de oreja a oreja. Y yo que pienso “te va a multar con la sonrisa puesta, ¡qué cabrón!”.
-Bonjour monsieur!
-Bonxur mesié
-“Senió motar, úste debré aser come nosotros les gendarme, para no sufrir un golpe de calor peligroso...” (Lo admito: Gendarme con español mangurrino, pero lleno de buena voluntad). Nos señala su moto, su casco y su camisa azul celeste de manga corta... y añade:
-“ser prudents, controlar votre velocidá e mú especial, controlé les otres condutores”.
-Uí mesié, uí mesié!
-Alé, buena rute!
No venia a multarme!, simplemente me recordaba que con ese calor es más fácil tener un accidente por culpa de un desvanecimiento a causa del calor, que por cualquier otra causa.
Cuántas veces me he acordado del “amí le gendarme”.
Por cierto, ¿porqué todas las policías de tráfico circulan en mangas de camisa durante la época estival, y sin protecciones en invierno? (me refiero a los que van en moto).
V'sss a tod@s y al mesié gendarme también