Gracias a todos por las fotos, da gusto recordar tan buena jornada.
Yo no he escrito antes porque acabo de recuperarme... ¡del disgusto que me dio que se acabara!.
Como no, agradecer a cada uno de los integrantes de mi grupo (Pe, Tino y Gonzalo) dejarme rodar con ellos; como siempre, es un placer y un lujo. A todos los demás, por formar parte de esta "locura", y hacerla tan especial.
Como ya se ha comentado, debido a las suaves (frescas tirando a frías para la ropa que llevábamos... ¡y no sería porque no veníamos advirtiéndolo!) ha sido la edición que físicamente menos exigente me ha resultado (y eso que tengo 7 años más que en la primera edición!!

).
Si os soy sincero, he de confesar que el día anterior tenía cierta apatía, a pesar de que llevaba varias semanas contando los días que faltaban para el día en cuestión, como cada año. No sé, supongo que estaré a punto de la menopausia. Si no es porque uno es (o procura serlo) hombre de palabra y me había comprometido, hubiera cometido el error de no hacer por levantarme a devorar curvas, disfrutar de paisajes y de amigos. Me levanté a duras penas quince minutos antes de que sonara el despertador, como viene siendo habitual, lo ponga a la hora que lo ponga (debo tener implantado uno en alguna parte del cuerpo desde adolescente), y aunque la apatía había disminuido considerablemente, ahí estaba. Desayuno, aseo y a enfundarse toda la ropa (que aún pareciendo excesiva resultó, por el contrario, tirando a escasa).
Al garaje, terminar de poner casco y guantes y... ¡brrrrrrrrrruuum!. ¿Qué ha pasado, porque atisbo una sonrisa?. ¡A tomar por... la apatía!. Qué llevaremos dentro, que fue oír ronronear el motor y la apatía se convirtió en "ansia viva" por empezar a pasar puertos y más puertos y, si fuera posible, nunca terminar de bajarse de la moto (bueno, si caso para las fotos y... para alguna que otra imperiosa necesidad). Menos mal que no se nos ve del todo la cara debajo del casco de embobado más feliz del mundo (al menos la mía), en cuanto sales del garaje y comienzas a sentirlo todo: el viento, el fresco, el ruido del viento, el rodar de la moto sobre el asfalto, el engranar marcha tras marcha..., qué os voy a contar que ya no sepáis.
Pues "felizboboyó", me dirigía al punto de encuentro con mis compis, cuando me doy cuenta de que, a pesar de haberme levantado con tiempo, no voy del todo sobrado. Pero vaya, tampoco voy como para que me haga falta forzar. Velocidades del todo legales y llego a la gasolinera de Galapagar, justo detrás de Tino, y donde ya estaba esperándonos Gonzalo (lo mismo hasta había dormido por allí cerca, el tío). Casi no me da tiempo a quitarme el casco, y ya estábamos todos. Saludos, comentarios, cámaras, periódicos... todo en orden!. Por cierto, qué bonita la moto que trae Pe en esta ocasión, y a menuda "prueba a fondo" va a poder someterla..., incluso podrá probarla un poco por autopista (aún no siendo precisamente su habitat), cuando acabemos y volvamos desde Torrelaguna por la A-1. Tengo ganas de leer sus impresiones.
Son las siete, por lo que ya podemos ponernos en marcha y... ¿ya paramos?. ¡Joé que disgusto!. Son los inconvenientes de quedar tan cerca del primer puerto. Bueno venga, enseguida nos vamos y ya los tiempos entre parada y parada serán más largos, afortunadamente.
El día transcurrió sin ningún percance, y es que como dice Gonzalo, y como "semos muy serios y professsionales", fuimos ligeros, a ritmo de valls (el rock y el heavy lo dejamos para otros momentos, escenarios y circunstancias).
Cada vez me gustan más las luces (o mejor dicho las sombras) de la carretera camino del Alto de Casillas, y los reflejos de luces y colores del Puerto de Mijares (os prometo que no me tomé nada raro... ¿vosotros no veis luces y colores subiendo?). Os diría que son de mis favoritos, pero cuando me acuerdo de Arrebatacapas, o de el Pto. del Pico, o del de Navafría, del impresionante de la Quesera, y los sensacionales de la Hiruela y la Puebla..., pues no puedo decirlo… ¡me gustan todoooooos!.
En otras ediciones, el calor va haciendo mella, y cuando llegamos al Pto de Los Leones se impone por imperativo físico, valga la redundancia, una parada algo más larga para tomar un refrigerio y tentempié. Esta vez, lo alargamos hasta Navacerrada, y como colofón a la ruta de Gonzalo, que aquí nos dejaba por tener que atender otras cuestiones seguro que infinitamente más importantes, pero seguramente también, no tan gratificantes. Que te quiten lo bailao y ya vendrán otras ocasiones en las que poder disfrutar de la ruta completa.
Nos despedimos de Gonzalo pues, en Navacerrada y... ¡qué corto se me está haciendo!. Desde aquí atacaremos los puertos de las vertientes Segoviana y Alcarreña, cuyos enlaces en ocasiones son un poco tostón, pero llegar a ellos merece la pena, indudablemente.
A partir de Morcuera, mi mano izquierda ya pedía el cambio, pero lamentablemnte no habíamos traído repuesto, así que desde allí me tocó variar un poco la manera de conducir, estirando las marchas medias y no reduciendo tanto, para o tener que accionar el embrague, que era lo que me producía el dolor en el tunel carpiano, según Gonzalo, y corroborado en San Google, aunque afortunadamente no debo padecer el síndrome, por lo que he podido comprobar, sino que se debe a la falta de costumbre, por lo que le pediré al traumatólogo me recete unas cuantas sesiones de rutas en moto para favorecer el fortalecimiento de los ligamentos y músculos del antebrazo y muñeca (que además me aportará otros probados y sabidos beneficios).
Después del tostón de carretera de enlace desde Navafría hasta llegar a Somosierra, repostamos por última vez, y nos dispusimos a abordar los tres últimos puertos, preciosos y de los más "salvajes" de la ruta, por lo poco transitados e incluso para muchos madrileños desconocidos; claro que las carreteras tampoco ayudan mucho... por fortuna por otra parte, porque así están preciosos y con cierto halo de misterio.
Y llegados al Pto de la Puebla, colorín colorado, con mucho disgusto esto se ha terminado, aunque desde aquí, y como si al típico grito de "ooootra, ooootra, ooootra..." de cualquier concierto respondiéramos, nos queda la vuelta a casa... que no es manca sino al contrario, pues nos llevará a la anodina A-1 sí, pero pasando por Puebla de la Sierra, Robledillo de la Jara, El Berrueco y Torrelaguna; ¡casi ná!.
Un año más, ruta completada. Un año más, disfrute máximo.
Perdonadme el tocho, yo sólo pretendía dar las gracias, y comentar que se me ha hecho un poco extraño, no contar en esta edición, como en todas las anteriores, con la presencia de Almudena. Se te ha echado de menos, por lo que esperamos con más impaciencia que otras veces, la IX edición, con tu vuelta (bueno, Tino dice que sí la hiciste, que ibas con él :rolleyes2::love_heart::love_heart

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RIDE SAFE