
-"Padre, durante la segunda guerra mundial una hermosa mujer golpeò a mi puerta pidiendome que la escondiera de los alemanes, la escondì en el altillo.
El padre le dice: "Eso fue maravilloso, un buena acciòn y no tienes nada que confesarme por eso".
-"Està equivocado padre, fuì debil y mè cobrè con favores sexuales de ella".
-"Hijo, ambos estaban en tremendo peligro y hubieran sufrido mucho si los alemanes la encontraban. Dios en su clemencia y sabidurìa balancearà lo malo y lo bueno y seguramente serà benèvolo contigo. Estàs perdonado!"
-"Muchas gracias padre, eso me quita un gran peso de encima. Una sola pregunta mas..."
-"Dime, hijo."
- "¿Tendrè que decirle tambien que la guerra terminò?"
