Un hombre mediana edad con estudios y una buena educación se acerca al gabinete del logopeda muy preocupado y le expone:
Mire, mi esposa me está haciendo coger una depresión debido a que me inquiere que no se pronunciar bien.
El especialista le dice: Bueno, y cual es su problema porque hasta ahora todo lo que ha dicho lo ha pronunciado correctamente.
Pues bien- dice el paciente- dice que no se pronunciar FEDERICO
¿ Cómo ha dicho?
Que mi señora esposa dice que no se pronunciar FEDERICO.
A ver- dice el profesional- repita más despacio.
Mire F-E-D-E-R-I-C-O.
A mi entender, Usted pronuncia corrctamente , es más, tiene una tonalidad clara y un acento de los que marcan escuela. Así que vaya a su casa y olvídese de las apreciaciones de su esposa y siga su vida sin acomplejarse.
El hombre sale de consulta más ancho que largo. Llega a su casa y con una seguridad pasmosa le dice a su mujer:
CARIÑO, VENGO DEL LOGOPEDA Y ME HA DICHO QUE SOY UN FENÓMENO PRONUNCIANDO, Asi que sácame una cervecita del F-E-D-E-R-I-C-O- y vamos a cenar.
Mire, mi esposa me está haciendo coger una depresión debido a que me inquiere que no se pronunciar bien.
El especialista le dice: Bueno, y cual es su problema porque hasta ahora todo lo que ha dicho lo ha pronunciado correctamente.
Pues bien- dice el paciente- dice que no se pronunciar FEDERICO
¿ Cómo ha dicho?
Que mi señora esposa dice que no se pronunciar FEDERICO.
A ver- dice el profesional- repita más despacio.
Mire F-E-D-E-R-I-C-O.
A mi entender, Usted pronuncia corrctamente , es más, tiene una tonalidad clara y un acento de los que marcan escuela. Así que vaya a su casa y olvídese de las apreciaciones de su esposa y siga su vida sin acomplejarse.
El hombre sale de consulta más ancho que largo. Llega a su casa y con una seguridad pasmosa le dice a su mujer:
CARIÑO, VENGO DEL LOGOPEDA Y ME HA DICHO QUE SOY UN FENÓMENO PRONUNCIANDO, Asi que sácame una cervecita del F-E-D-E-R-I-C-O- y vamos a cenar.
