
El jefe de personal que le recibe, no está de muy buen humor, -pues pretendía enchufar a su sobrino en ese puesto-, pero acata la decisión del gerente; y tras un frio saludo, le dice:
"A vé, vamoz a reshená er ezpediente. ¿Zu nombre...?"
"Vicente" responde, un poco intimidado por el tono rudo del andalú.
"¿Edá...?"
"Veintiuno."
"¿De onde é uzté...?, pregunta el entrevistador.
Y el nuevo fichaje hincha pecho y exclama orgulloso:
"¡Pucelano!"
El jefe de personal le mira de reojo y replica:
"Le he preguntao de onde é uzte... no le pedío que me ezplique como conziguió er trabaho."
