Urmella
Curveando
Acabo de tener un percance con una tarjeta de crédito en un hotel de Luxemburgo, así que no me ha quedado mas remedio que volver a Bruselas y hacerme los 200 kilómetros de noche y lloviendo. Me he puesto la ropa de lluvia, le he llenado el depósito con gasolina de 98 octanos y la moto se ha comportado como lo que es: una maravilla. Diecisiete años y mas de 80.000 kilómetros y no le he encontrado ni un defecto. He acabado disfrutando del trayecto como si fuera de día.
Tenía que ir a Luxemburgo por trabajo la verdad es que en el viaje de ida me lo pasé muy bien, vi incluso una caída de un policía al que le derrapó la Yamaha FJR (a el no le ha pasado nada pero ha cogido un cabreo monumental, a juzgar por la forma con la que ha estrellado el casco contra el suelo al sacárselo, al levantarse) pero había pasado un poco de frio, de modo que al ver una habitación libre por 50 euros, pensé que era mejor dormir allí y librarme de la lluvia. Por una confusión del hotel al final me he quedado sin habitación y no había otro sitio donde quedarme, así que a las 9,30 me enfundé la ropa de lluvia y en la autopista la moto ha sido como la cuna de un bebé dormido. No me he enterado si caía el agua o era lo que salpicaban los camiones, ha sido un viaje sorprendentemente cómodo. No hay nada mejor que el buen material. Lo único que me preocupaba es que los guantes no son impermebales, pero en la gasolinera se me ha ocurrido ponerme por dentro los guantes de plastico que ponen para no tocar la manguera y la verdad es que con los puños encendidos he venido muy cómodo y con las manos secas. A veces tengo idea de cambiar esta máquina por una RT, hoy he decidido que aun pprefiero una moto a la que se le vea bien el motor.
Tenía que ir a Luxemburgo por trabajo la verdad es que en el viaje de ida me lo pasé muy bien, vi incluso una caída de un policía al que le derrapó la Yamaha FJR (a el no le ha pasado nada pero ha cogido un cabreo monumental, a juzgar por la forma con la que ha estrellado el casco contra el suelo al sacárselo, al levantarse) pero había pasado un poco de frio, de modo que al ver una habitación libre por 50 euros, pensé que era mejor dormir allí y librarme de la lluvia. Por una confusión del hotel al final me he quedado sin habitación y no había otro sitio donde quedarme, así que a las 9,30 me enfundé la ropa de lluvia y en la autopista la moto ha sido como la cuna de un bebé dormido. No me he enterado si caía el agua o era lo que salpicaban los camiones, ha sido un viaje sorprendentemente cómodo. No hay nada mejor que el buen material. Lo único que me preocupaba es que los guantes no son impermebales, pero en la gasolinera se me ha ocurrido ponerme por dentro los guantes de plastico que ponen para no tocar la manguera y la verdad es que con los puños encendidos he venido muy cómodo y con las manos secas. A veces tengo idea de cambiar esta máquina por una RT, hoy he decidido que aun pprefiero una moto a la que se le vea bien el motor.