No se ve bien y no se reconoce ni qué tipo de maletas son. Desde luego, si se te cae en una carretera, mal. Peor si te pasa como a unos ingleses que me encontré en Bélgica. A uno se le cayó una maleta en una autopista muy concurrida de cuatro carriles, se abrió y las cosas se veían pasar entre el rebufo de los coches, calcetines, papeles, un follón de cojones.