____________________________________________________________________________
El domingo pasado hacia sól. El aire era limpio, quieto, sin rastro de humedad que entorpeciera mirar a lo lejos; la temperatura, excelente, ese suave fresco que no molesta a la larga y que permite ponerse sin sudar la ropa protectora necesaria. Un día de libro para ir en moto.
El domingo pasado pensaba en todo esto mientras hacía una laaaarga cola en una atracción de un parque temático al que había ido acompañando a la familia.
No me sabia mal perderme un posible día motero ideal, o sí. Lo que me condujo a pensar que ahora, que tengo una moto tragamillas para ir al fin del mundo; que con los años he ido comprándome casco, botas, chaqueta, maletas, etcétera decentes; que dispongo de suficiente saldo como para permitirme almuerzo y cama de vez en cuando...es cuando voy en moto menos que nunca. ¡Y menos mal que las tardes moteras y las escapadas largas que aún consigo encajar en el apretado calendario familiar!
Hay gente que no quiere casarse/independizarse hasta que tienen un piso céntrico de 120m2 con muebles de roble macizo o que no se compran una moto hasta que han ahorrado lo suficiente para pagarse una, digamos -para no hacer publicidad a nadie-, ZX 1500 PS o una CBX 1325 XR y su correspondiente equipamiento a juego.
Me parece muy bien que hagan así, que ahorren, que prefieran renunciar antes que gastarse un dinero que nunca recuperarían en algo que no termine de satisfacerles del todo, que sepan tener paciencia.
Me parece muy bien, aunque discrepe completamente de ese planteamiento. La vida no es eterna, y las oportunidades que pierdas ahora, quién sabe si volverán a repetirse. Y en el tema motero, a diferencia de muchas otras cosas de la vida, puedes gozar ahora de algo que no es del todo a lo que aspiras, y aun así, no perderás un ápice de placer cuando consigas hacer realidad tu sueño; incluso puede que la valores más todavia desde la experiencia. Y tampocohay que descartar que cuando se cumpla, puede que tu sueño no sea tan maravilloso como habías creído.
Para resumir y concretar, creo que cualquier moto es mejor que ninguna moto; que tener una moto que no colme tus deseos no impedirá que disfrutes de esa maravilla cuando la consigas, más bien al contrario; que más vale cualquier moto hoy que quién sabe si supermoto mañana, que el día se termina a las doce de la noche, y el reloj no volverá atrás para dejarte hacer lo que quizás mañana querrías haber hecho hoy.
Recordé con una sonrisa mis antiguos días de motero principiante. Cuando no me importaba perder un fin de semana motero porque nada me impedía que el siguiente lo fuera. Cuando, por ejemplo hice mi segundo viaje largo, con una XT de arranque "a pata", a Inglaterra, ¡sin nada, nada, impermeable! Me alegro muchísimo de haber hecho ese tipo de cosas sin esperar a tener todas las condiciones óptimas, para recordar con nostalgia, para dar la lata a los amigos y poder contar batallitas a mis hijos. Así que comprendo y aplaudo a esos que agarran su Scoopy y se van a ver un par de Grandes Premios.
Hace más de 80 años uno de lso hermanos Guzzi se fue de Italia al Cabo Norte, y hace 30 las Ossa Yankee ponían a cien a los quemados de la época. Los caballos, carenados, equipamientos high-tech, navegadores, buen asfalto, etcétera, ayudan al placer de viajar, pero se puede hacer perfectamente sin ellos. Y se pueden disfrutar las curvas sin suspensiones regulables ni frenos radiales.
No dejes para maána el garbeo motero.
Por Josep M. López Besora
__________________________________________________________________________________
No podría estar más de acuerdo.
El domingo pasado hacia sól. El aire era limpio, quieto, sin rastro de humedad que entorpeciera mirar a lo lejos; la temperatura, excelente, ese suave fresco que no molesta a la larga y que permite ponerse sin sudar la ropa protectora necesaria. Un día de libro para ir en moto.
El domingo pasado pensaba en todo esto mientras hacía una laaaarga cola en una atracción de un parque temático al que había ido acompañando a la familia.
No me sabia mal perderme un posible día motero ideal, o sí. Lo que me condujo a pensar que ahora, que tengo una moto tragamillas para ir al fin del mundo; que con los años he ido comprándome casco, botas, chaqueta, maletas, etcétera decentes; que dispongo de suficiente saldo como para permitirme almuerzo y cama de vez en cuando...es cuando voy en moto menos que nunca. ¡Y menos mal que las tardes moteras y las escapadas largas que aún consigo encajar en el apretado calendario familiar!
Hay gente que no quiere casarse/independizarse hasta que tienen un piso céntrico de 120m2 con muebles de roble macizo o que no se compran una moto hasta que han ahorrado lo suficiente para pagarse una, digamos -para no hacer publicidad a nadie-, ZX 1500 PS o una CBX 1325 XR y su correspondiente equipamiento a juego.
Me parece muy bien que hagan así, que ahorren, que prefieran renunciar antes que gastarse un dinero que nunca recuperarían en algo que no termine de satisfacerles del todo, que sepan tener paciencia.
Me parece muy bien, aunque discrepe completamente de ese planteamiento. La vida no es eterna, y las oportunidades que pierdas ahora, quién sabe si volverán a repetirse. Y en el tema motero, a diferencia de muchas otras cosas de la vida, puedes gozar ahora de algo que no es del todo a lo que aspiras, y aun así, no perderás un ápice de placer cuando consigas hacer realidad tu sueño; incluso puede que la valores más todavia desde la experiencia. Y tampocohay que descartar que cuando se cumpla, puede que tu sueño no sea tan maravilloso como habías creído.
Para resumir y concretar, creo que cualquier moto es mejor que ninguna moto; que tener una moto que no colme tus deseos no impedirá que disfrutes de esa maravilla cuando la consigas, más bien al contrario; que más vale cualquier moto hoy que quién sabe si supermoto mañana, que el día se termina a las doce de la noche, y el reloj no volverá atrás para dejarte hacer lo que quizás mañana querrías haber hecho hoy.
Recordé con una sonrisa mis antiguos días de motero principiante. Cuando no me importaba perder un fin de semana motero porque nada me impedía que el siguiente lo fuera. Cuando, por ejemplo hice mi segundo viaje largo, con una XT de arranque "a pata", a Inglaterra, ¡sin nada, nada, impermeable! Me alegro muchísimo de haber hecho ese tipo de cosas sin esperar a tener todas las condiciones óptimas, para recordar con nostalgia, para dar la lata a los amigos y poder contar batallitas a mis hijos. Así que comprendo y aplaudo a esos que agarran su Scoopy y se van a ver un par de Grandes Premios.
Hace más de 80 años uno de lso hermanos Guzzi se fue de Italia al Cabo Norte, y hace 30 las Ossa Yankee ponían a cien a los quemados de la época. Los caballos, carenados, equipamientos high-tech, navegadores, buen asfalto, etcétera, ayudan al placer de viajar, pero se puede hacer perfectamente sin ellos. Y se pueden disfrutar las curvas sin suspensiones regulables ni frenos radiales.
No dejes para maána el garbeo motero.
Por Josep M. López Besora
__________________________________________________________________________________
No podría estar más de acuerdo.