Mientras esperamos que Pachono nos adelante algo, les dejo esto para que se entretengan.
Consejos para Conducción en Carretera
Este texto no es mío, lo he encontrado en Internet y al final consta la firma de su autor.
Me permito transcribirlo por dos cosas:
la principal - su importancia
y la secundaria - porque me habría gustado ser su autor
Expresa conceptos tan claros y meditados después de infinito número de kilómetros transcurridos en soledad a los mandos de un vehículo, solo acompañados por nuestros pensamientos y analizando las infinitas circunstancias que nos acuden.
1 –Conducción en carreteras secundarias y en puertos de montaña.
2 –Adelantamientos.
3 –Conducción en rutas muy largas.
4 –Conducción en mojado, tormentas, viento o nieve.
5 –Reacción ante una colisión o caída cuando ya es inevitable.
6 – El motero experto de máximo nivel, o la Filosofía Motera en esencia.
1 –Conducción en carreteras secundarias y en puertos de montaña.
Una cosa es saber llevar una moto, y otra cosa es saber conducir bien en todas las circunstancias y actuar preventivamente, evitando sustos o males mayores ya sea por experiencia o intuición.
En primer lugar, tengo en cuenta una diferencia importante: No se puede ni se debe conducir igual en circuito o carreteras rápidas, que en carreteras de curvas cerradas ya sean de montaña o no. Un buen piloto de circuito no necesariamente es un experto en carreteras de montaña, y viceversa.
En puertos de montaña, he visto muchas veces las trazadas amplias y rápidas de algunos moteros con sus “erres”, descolgándose y sacando rodilla como en circuito, y que al iniciar una curva cerrada, se dan cuenta de que les viene un camión o un coche, y que necesitan cambiar rápidamente la trayectoria de su trazada. Su sistema suele ser soltar gas y echar más el cuerpo hacia la dirección que quieren tomar, pero eso no es inmediato y la inercia que llevan los acerca demasiado al vehículo contrario y pueden llegar a necesitar más espacio. En carretera de montaña, los espacios son pequeños y la visibilidad reducida, y hemos de ser conscientes de que eso nos limita para poder hacer promedios de velocidad elevados; además, la moto tumbada ocupa mucho más espacio que recta, el paso por el lugar adecuado debe ser muy preciso y con predisposición a cambiarlo en un instante si es necesario.
Para cambiar rápidamente la trayectoria en curva, sugiero tener dos recursos más, y usarlos según convenga:
a) Movimiento de cintura y rodillas. Es la forma más rápida de mover la moto en marcha. Sirve para cambiar la trayectoria y recuperarla en un instante. Se hace instintivamente, para esquivar una piedra o un agujero, o a otro vehículo. Sujetando el depósito con las rodillas y moviendo éstas hacia un lado junto con movimiento de cintura, colocamos la moto inmediatamente por donde queremos, para recuperar de la misma forma la posición cuando ya hemos esquivado el obstáculo. Estos movimientos conviene practicarlos en una zona ancha y sin tráfico, así cogemos tacto en los giros y control del peso de la moto, y luego hay que probarlos en medio de las curvas cambiando trayectorias y haciendo pasar exactamente la moto por donde queremos.
b) Giro en medio de la curva con ayuda del freno de atrás. Sirve para cambiar la trayectoria y bajar velocidad al mismo tiempo. Si hemos de cambiar la trayectoria, esquivar o cerrar más la curva cuando en la entrada nos damos cuenta de que vamos un poco pasados, una buena forma es: Estamos ya trazando la curva, soltamos el gas y frenamos ligeramente solo con el freno de atrás echando el cuerpo rápidamente hacia el interior de la curva, basculando sin descolgarse, y la moto pierde velocidad y cae hacia el interior; en el momento que hemos apuntado hacia la nueva trayectoria abrimos gas para que no se cierre demasiado y para salir de la curva acelerando.
En ambos casos, esta situación viene precedida por una llegada a la curva más o menos rápida. Si intuimos o detectamos una situación de alerta, es en el momento de la frenada con la moto recta cuando estamos a tiempo de frenar al máximo, y eso será con una fuerte frenada con el freno delantero y ayudada con frenada trasera y reducción de marcha con el cambio, dando un golpecito de gas al reducir para que no sea brusca la reducción. Si entramos pasados por error en la valoración de la dificultad de la curva, tras la frenada máxima que podamos hacer con la moto recta, soltaremos parcialmente los frenos tumbando la moto sin miedo y frenaremos luego solo con el de atrás con suavidad para que la moto no se abra demasiado por la inercia que lleve, y la sacaremos de la curva con el gas cuando consigamos la posición adecuada. Es mejor eso que abrirse en la curva haciendo una trayectoria peligrosa.
En carretera no es recomendable descolgarse de la moto y sacar rodilla, es mejor bascular un poco inclinando el cuerpo hacia los lados, pero con el cuerpo sobre el asiento y echando el peso hacia delante al entrar en las curvas, y apoyándose en los estribos cambiando el peso hacia el interior en cada curva. Y siempre hemos de estar preparados para hacer una contra-tumbada, que es volcar el cuerpo rápidamente hacia el lado contrario de la tumbada, para corregir un error de trayectoria o levantar la moto si notamos que desliza. Eso se hace a base de movimiento de cintura, adelantándonos con el cuerpo y sujetando el depósito con las piernas y rodillas.
En curvas largas y cerradas donde convenga una tumbada importante, podemos sacar un poco el cuerpo del asiento, apoyándonos en una nalga y en los estribos, principalmente en el interior, con la precaución de subir la punta del pié al estribo para que no toque al suelo. Eso se hace con el cuerpo adelantado, y manteniendo el gas con suavidad e incrementándolo progresivamente a la salida de la curva mientras vamos levantando la moto. En este caso, conviene mantenerse en la gama media del cuentavueltas, para tener potencia pero con suavidad.
En caso de encontrar arena o gravilla, hay que intentar poner la moto recta para pasarla, e inclinar una vez pasada ésta. Si no se puede porque no la vemos a tiempo y vamos inclinados, la moto se moverá al cruzarla y probablemente tenderá a inclinarse más al derrapar, lo cual debemos corregir ayudándola a levantarse echando el peso del cuerpo hacia el exterior de la curva, sin frenar ni acelerar, lo importante es mantener la inclinación adecuada para que no se tumbe. Hemos de estar atentos si la derrapada es larga, porque nos puede dar un trallazo al entrar otra vez en asfalto, hay que sujetar con fuerza el manillar y aguantarse bien en la moto apretando las piernas. No conviene poner el pié en el suelo, una moto grande no la aguantaremos y nos haremos daño, nos puede caer encima de la pierna.
La carretera puede cambiar mucho según la hora del día, y eso lo hemos de tener en cuenta. En días muy soleados, cuando baja el sol y lo tenemos de frente, nos deslumbrará, y cuando es carretera de montaña con bosque, producirá zonas de sol y sombra con cambios bruscos de luminosidad, y con dificultades podremos ver por dónde va la carretera, pero será muy difícil ver lo que hay en ella. Si hay arena, piedras o cualquier obstáculo, no lo veremos, o sea que iremos con cuidado y esperando encontrar cualquier cosa no prevista. Y en invierno, cambia mucho hacer una carretera a las 9 de la mañana o a las 4 de la tarde, y hay que poner especial atención a las zonas con sombra.
Es frecuente ver a motoristas haciendo eses para calentar las ruedas, en los inicios de los tramos de curvas. Yo no creo que eso sea apropiado para carretera, apenas se calientan las ruedas y menos en invierno que es cuando más falta hace. Se calienta con las aceleraciones y frenadas, entrando en la carretera y yendo de menos a más. Aumentando progresivamente el ritmo, calentamos ruedas, frenos, y nosotros también nos ponemos a tono para responder bien al ejercicio físico que supone la conducción ágil en carretera de montaña. Nunca se debe empezar un tramo a ritmo alto, y menos si la moto está fría. Es como si nos despertaran por la mañana, e inmediatamente nos obligaran a correr los 100 metros, no es conveniente, ¿verdad?
La elección de la moto es un tema importante, y no por comprar una moto muy rápida necesariamente podremos ir rápido. Cuanto más deportiva o “R” sea la moto, más nivel de conducción necesitaremos y más incómodos iremos. Y muchas motos están hechas para ir rápido por curvas anchas y buen asfalto, pero pueden ser peligrosas si no se dan esas condiciones y sobre todo en manos inexpertas. Por eso es preferible escoger una moto más polivalente, y que sus dimensiones, peso y potencia sean adecuados para lo que sabemos hacer. Los cambios de una moto a otra superior deben ser progresivos en el tiempo, empezando por alguna manejable y poco potente para ir aprendiendo, y a base de practicar y de hacer kilómetros cogeremos experiencia para ir subiendo a categorías superiores.
Independientemente de que la ley lo permita o no, en la cabeza de todos debería estar la mentalidad de no comprar motos de potencia superior a lo que por nuestra experiencia sería aconsejable llevar. ¿Verdad que si vamos a aprender a esquiar no nos meteremos en una pista negra nada más empezar?
Para finalizar este tema, debo decir que estoy totalmente de acuerdo con las campañas y movilizaciones contra los guardarraíles asesinos, pero en la carretera también nos encontramos árboles, rocas, precipicios, y otros obstáculos que pueden agravar una colisión. Las autoridades deben solucionar lo que les corresponde poniendo protecciones, y nosotros, sabiendo que el riesgo existe, debemos hacer todo lo posible por evitar la colisión contra esos objetos tan peligrosos. Si en lugar de un guardarrail estuviera tocando a la carretera un precipicio de 500 metros y sin valla, seguro que todo el mundo pasaría despacito por ahí. Es un factor psicológico, el precipicio impresiona a simple vista y el guardarrail no, y pueden ser mortales los dos. Mientras hayan guardarraíles sin protección, estamos en peligro de muerte igual como si nos empotramos en un árbol o caemos 500 metros abajo, hemos de ser conscientes de eso.
2 –Adelantamientos.
¿Adelantar reduciendo? Cuando explico esto, veo que la gente alucina. Y se supone que todo el mundo sabe adelantar, y que es fácil de hacer con una moto potente, pero sigo viendo fallos por estas carreteras que provocan sustos importantes, y siguen habiendo accidentes. Por eso a esta maniobra hay que darle la máxima importancia, conocer bien la técnica y no dejarse llevar por impulsos no calculados y prisas traicioneras.
El adelantamiento en sí mismo, como todo el mundo sabe, está compuesto de varias fases, desde que se inicia hasta que se finaliza. Pero, ¿y lo de adelantar reduciendo? Muchos accidentes ocurren no por adelantar, sino por coger una velocidad tan alta durante toda la recta por donde se adelanta a uno o varios coches, por pensar solo en el adelantamiento rápido y no en lo que viene después, y se llega a la curva siguiente totalmente pasado de velocidad, con la consiguiente salida de carretera o colisión. Con motos potentes se han de tener en cuenta más cosas, porque su enorme capacidad de aceleración nos facilita el adelantar pero nos puede poner en muy pocos segundos en una situación muy complicada. Por eso hay que añadir otro punto a los anteriores:
Tanto al iniciar el adelantamiento como al ponerse al lado del vehículo adelantado, hay que estar controlando y midiendo con precisión dos puntos de referencia, que son el vehículo adelantado en cuestión y el obstáculo siguiente que nos vamos a encontrar, ya sea una curva, otro vehículo o la entrada de un pueblo. Y esa medición nos debe llevar a limitar la velocidad del adelantamiento, sobre todo en el tramo final, para llegar al siguiente obstáculo sin apreturas ni excesos.
Por ejemplo: Vamos por una carretera de montaña, en bajada, y llega una recta en la que vemos tres coches bajando tranquilamente. Vemos que no sube nadie y salimos adelantando con buena aceleración porque queremos pasar a los tres y tenemos espacio suficiente. Si la recta es medianamente larga, vamos a llegar al tercero a una velocidad elevada y teniendo poco espacio hasta la curva que viene a continuación. Pues a ese tercer coche es al que adelantaremos reduciendo, porque a la que llegamos a su lado ya debemos estar pendientes del obstáculo siguiente que viene, que es la curva, y el adelantamiento ya es historia pasada. Y si la carretera está mojada o el asfalto liso, más motivo para calcular una distancia prudencial de reducción hasta la curva. Además, si vemos que vamos justos de espacio, más vale dejar el adelantamiento al último coche para la siguiente recta, y eso lo podremos hacer si llegamos a él a una velocidad que nos permita ponernos detrás.
Y otra cosa importante: Cuando vamos en grupo, si adelanta nuestra moto anterior no quiere decir que lo podamos hacer nosotros detrás de ella. Puede ser que intente un adelantamiento y que decida frenar después de haber salido, porque no lo ve claro y decide volver a su posición, y si vamos pegados, le embestiremos. Si el que va delante nos da el aviso para que adelantemos, igualmente deberemos comprobar si eso es posible; lo mismo si es un coche el que nos indica que le adelantemos o se pone hacia un lado, puede ser que se está parando o preparando para girar.
Los adelantamientos conviene hacerlos sin brusquedades, las motos tienen una capacidad excelente para adelantar y no es necesario forzarlas ni acelerando ni frenando, eso no es de conductor fino.
3 –Conducción en rutas muy largas.
No todo el mundo tiene la misma resistencia, y lo que para unos son distancias razonables, para otros pueden ser larguísimas. Todo depende de nuestra preparación física, experiencia motera, tipo de carreteras, ritmo de conducción, estado del tiempo, moto que llevamos, equipamiento cómodo, grupo con el que vamos… Y si son varios días, el cansancio se acumula cuando nos excedemos en las horas de marcha.
Excederse en las distancias supone una pérdida de la seguridad y del placer del viaje, la situación puede llegar a ser desagradable. Hemos de calcular las etapas de acuerdo a nuestra capacidad para aguantar horas en la moto, y teniendo en cuenta la climatología y el tráfico.
En invierno no conviene alargar mucho porque se hace antes de noche, y si la zona es muy fría convendrá hacer paradas frecuentes para entrar en calor, y debemos llevar un buen equipo y saber cómo abrigarnos.
Puede ser que pasemos por zonas con diferencias de temperatura importantes, como cuando pasamos puertos de montaña altos y nublados y luego bajamos a un valle soleado. Para ir cómodos, debemos ponernos y quitarnos ropa antes de notar demasiado frío o demasiado calor. Si sudamos, luego iremos incómodos y nos podemos enfriar al entrar en otra zona más fría; si dejamos que el cuerpo se nos enfríe demasiado por no parar a abrigarnos, luego entrar en calor costará mucho e iremos conduciendo rígidos e incómodos, lo cual nos provocará más cansancio.
Hay que hacer paraditas para adecuar lo que llevamos a las circunstancias: Nos ponemos el forro de la chaqueta y los guantes de invierno si hace falta, nos los quitamos si nos sobran. Nos ponemos algo en el cuello para parar el viento. Nos ponemos el traje de agua cuando empieza la lluvia, no cuando ya nos estamos mojando. Nos lo quitamos cuando para de llover, y antes de pasar calor. Y así sucesivamente. Conviene tener equipo de verano e invierno, además del de lluvia, y camisetas y pantalones térmicos. Los guantes son importantísimos, deben proteger y ser cómodos, convendrá tener de verano, entretiempo e invierno, además de unos cubreguantes para lluvia.
En las paradas conviene andar, y si entramos en un bar, no sentarnos. Hay que parar cuando nos lo pide el cuerpo, sin alargar distancias. No conviene comer demasiado, y hay que ir bebiendo de vez en cuando, es bueno llevar una botella de agua en la moto. Y orinar con frecuencia, la vejiga llena es incómoda, y peligrosa en caso de accidente.
Cuando llegamos al hotel al final de la etapa, podemos descansar un rato tumbados antes de cenar, y va bien cenar pronto y darse después un largo paseo andando, el cuerpo lo agradece mucho y se recupera mejor, circula bien la sangre y evita que estemos peor al día siguiente. Va bien llevar crema para las manos, porque sufren desgaste de tanto darle a las manetas. Y hay que tener en cuenta que el sol de la montaña pega fuerte, incluso en invierno, por lo que nos convendrá ponernos crema protectora en la cara, y llevar en el casco una pantalla ahumada o de espejo, que proteja del sol, además de la transparente que guardaremos en la maleta. Si tenemos los ojos delicados, las corrientes de aire y el sol nos pueden provocar sequedad e irritación, debemos llevar gotas de lágrimas artificiales.
Si la ruta la hacemos solos, más motivo para calcular todos los imprevistos y llevar lo necesario. Acertar con la previsión de lo que vamos a necesitar es muy importante, no debemos llevar nada de más ni de menos, el exceso de peso y de volumen pueden complicar el viaje. El equipaje debe llevarse en maletas o bolsas bien sujetas, con protección para la lluvia y situado de forma que no moleste al conductor cuando se mueve. Es importante tener precaución con los envases de líquidos o grasas que pueden perder contenido o vaciarse, como jabones, aceite, grasa para cadenas, etc., porque si se vierten en la maleta pueden causarnos problemas serios. Todo eso debe ir guardado en bolsas de plástico estancas y a ser posible separadas de la ropa. El peso del equipaje para una ruta de varios días puede notarse en el comportamiento de la moto, deberemos adecuar la velocidad y las tumbadas en las curvas a esta circunstancia. La moto debe estar en perfectas condiciones y recién revisada de niveles, filtros, presiones, cadena, batería… Hay que calcular los repostajes, no conviene apurar demasiado, quedarse sin gasolina es un drama, y sufrir porque no llegamos todavía a la gasolinera y vamos con reserva, es perjudicial para la salud.
El tipo de conducción influye mucho en el cansancio que vamos a acumular. La técnica para no cansarse es la del mínimo esfuerzo: Frenar lo mínimo, cambiar de marcha lo menos posible, pero manteniendo un ritmo alto porque si no tardaremos más horas y nos aburriremos. O sea, aprovechar las inercias, trazar bien y entrar ligero en las curvas para no tener que reducir, y en las rectas no pasarse acelerando para no tener que frenar apenas. Todo preferiblemente en marchas largas. Así es menos cansado y consumimos mucho menos. De vez en cuando nos levantamos un poco del asiento para descansar las nalgas, y cuando se puede podemos dejar colgando un brazo u otro para relajar las manos. Podemos hacer ligeros movimientos con la espalda y el cuello, para mover un poco las vértebras, lo cual se agradece tras varias horas. Nos cansaremos menos si nos vamos moviendo encima de la moto, que si adoptamos una posición estática.
Conviene hacer entrenamiento físico durante todo el año, practicar deportes que favorezcan la resistencia y la potencia muscular, y que nos aporten agilidad de movimientos, nos ayudará a estar en forma para hacer rutas largas. No obstante, al hacer frecuentemente recorridos largos, esa actividad en sí misma nos irá adaptando física y mentalmente nuestra capacidad para aguantar esos esfuerzos.
4 –Conducción en mojado, tormentas, viento o nieve.
Este es un tema delicado, y es difícil dar consejos. Muchos dicen que en esas condiciones, solo hay una solución: Abstenerse. Pero, ¿y si nos las encontramos? Pues a capear el temporal. Yo creo que hay que empezar por aprender a conducir bien en mojado, y se aprende con la práctica. Hay que salir a hacer curvas los días de lluvia, y progresivamente ir de menos a más, que nos dé tiempo a interpretar los movimientos de la moto y a anticiparnos a cualquier reacción desagradable. Conducir en mojado supone poner más suavidad en las frenadas y aceleraciones, ir en marchas más largas y sobre todo notar perfectamente la moto en las inclinaciones, hemos de leer el asfalto con la rueda delantera y con la vista. Al inclinar hemos de estar preparados para la contra-tumbada inmediata si notamos deslizamiento, eso se hace, como he indicado anteriormente, con movimiento de cintura y sujetando el depósito con las piernas.
Las frenadas deben hacerse con los dos frenos a la vez con tacto para no bloquear y con atención para soltar frenos y volver a frenar, si es necesario varias veces, cuando notamos deslizamientos. El toque inicial en la maneta del freno delantero debe ser suave, aumentando progresivamente la frenada si notamos suficiente adherencia.
Las trazadas no se deben hacer igual que en seco. En las curvas de izquierdas, cuanta menos adherencia tengamos al llegar a la curva, más deberemos colocar la moto cerca de la línea medianera, para tener así más espacio en caso de necesitarlo para la frenada, así como para un posible derrapaje. Eso teniendo en cuenta la visibilidad y la posible llegada de un coche que nos reduzca el espacio. En curvas a derechas, si hay escasa adherencia podemos llegar por el centro de nuestro carril y trazar ajustando hacia el borde interior de la curva, igualmente para ganar espacio de seguridad. Todo ello adaptando la velocidad a las condiciones del asfalto, dejando margen para los imprevistos.
Puede ser que, debido a un asfalto muy liso, o a la carretera sucia, perdamos adherencia y la moto se mueva, iniciando una derrapada. Se dan tres tipos de desplazamiento por derrapada:
Solo la rueda delantera. Eso suele pasar si nos excedemos en la frenada, pero también puede ser por inclinar demasiado en la entrada de la curva. Si es por frenar al iniciar la curva, hay que soltar el freno, y volverlo a apretar con mucha suavidad a la vez que abrimos ligeramente la trayectoria para ayudar a la moto a volver a agarrarse. Si es por inclinar, rápidamente hemos de levantar la moto haciendo contra-tumbada, tirando el cuerpo hacia el exterior de la curva y hacia adelante para que la rueda vuelva a coger agarre, sujetando bien el manillar.
Solo la rueda trasera. Es la derrapada más habitual, y más fácil de controlar. Ocurre cuando nos pasamos frenando y reduciendo a la vez, o cuando aceleramos tumbando sobre superficie algo resbaladiza o por otras causas como arena, pintura, etc. Hemos de reaccionar poniendo bien el peso, dejando que la moto se mueva sin que cambie su inclinación, y en todo caso procurando que se levante un poco ayudándola con el cuerpo. Si estamos frenando, hay que soltar freno aunque luego haya que volver a frenar, y si estamos acelerando, no soltamos el gas del todo para que no nos dé un trallazo, aceleramos moderadamente hasta que agarre, sujetándonos bien encima de la moto con las rodillas y asiendo bien el manillar.
Las dos ruedas. Esto puede ocurrir al pasar rápido una curva con asfalto mojado o deslizante, no derrapa por aceleración sino por inercia al inclinar, la moto se desplaza con un ligero movimiento lateral hacia el exterior, igual en las dos ruedas. Suelen ser movimientos suaves y breves, hay que mantener la serenidad y dejar que se equilibre por sí sola, cuidando de mantener la misma inclinación y manteniendo el gas, sin tocar frenos. La moto sola volverá a recuperar el agarre y la trazada.
En caso de tormenta fuerte, lo peor suele ser la visibilidad. Si no vemos, hay que parar. Si podemos seguir a pesar de todo, hay que vigilar con el agua sucia que nos pueden echar otros vehículos, los charcos, zonas inundadas y objetos en la carretera. Si es agua y viento racheado, se complica. Valdrá la pena ir muy lento para llegar tarde pero llegar. Hemos de fijarnos sobre todo que nos funcionen las luces, y pensar que si nosotros vemos poco, los demás también, o sea que ojo que se nos pueden llevar por delante. De noche nos convendrá seguir a media distancia a algún coche que vaya tranquilo, para orientarnos con sus luces.
Con viento no hay mucho que hacer, hay que bajar la velocidad para que nos dé tiempo a corregir los bandazos, y tener especial atención a los lugares que pueden ser propensos a ráfagas fuertes, como puentes y cruce con camiones. Hay que estar muy concentrados para reaccionar rápido, y puede ser aconsejable parar un rato hasta que amaine.
Con nieve es peligroso, pero si no hay más remedio, pondremos la segunda (la primera da más tirones), y a las mínimas revoluciones iremos con la moto completamente derecha, porque cualquier inclinación será caerse. Sujetaremos la moto con las rodillas, corrigiendo cualquier pequeña derrapada antes de que se desvíe o se pueda inclinar. Los giros deberán ser casi simbólicos, sujetando bien el manillar. Y los frenos, mejor no tocarlos, y si se frena debe ser a pequeños toques muy suaves y con los dos frenos.
Cuando hay hielo en toda la extensión de la carretera, una vez hemos reducido al mínimo (unos 8 ó 10 Km /h ) la velocidad, intentamos el giro, pero nos va a pasar que la rueda delantera pierde apoyo y empieza a flotar perdiendo control, la dirección se pierde. Y además, en ese instante, la moto inicia una caída hacia el interior. Hemos de reaccionar muy rápido, sujetamos fuerte el manillar manteniendo la rueda delantera en su posición para que no se tuerza, a la vez que lanzamos rápidamente el cuerpo hacia el exterior de la curva y hacia adelante, para compensar la inclinación hacia el interior: Hay que mantener la vertical de la moto.
Y al mismo tiempo, en segunda, aceleramos muy suave para que la rueda trasera deslice y ayude en el giro, poniendo en posición a la moto hacia la salida de la curva. Una vez encarada, la mantenemos recta para poder salir, sin apenas acelerar, manteniendo el equilibrio con el cuerpo. Girar con la rueda trasera es así posible, y en este caso, probablemente la única opción. Es difícil mantener el equilibrio, pero esa técnica nos ayudará a evitar la caída.
Otro sistema es pararse y pasar muy lento con los dos pies tocando el suelo para aguantar la moto, pero esto puede servir en llano o en bajada, si hay subida no tendremos tracción para arrancar. Y además, el apoyo de los pies en el suelo no es fiable, las botas también resbalan.
Con la lección de la conducción en mojado bien aprendida, saldremos en moto y todos los tiempos nos parecerán buenos y no saldremos a hacer buenos tiempos.
sigue.........