El talento de Vale es indiscutible. Al menos el que ha tenido y demostrado a lo largo de muchas temporadas. Tiene todo lo que tiene que tener un gran campeón y por eso tiene los títulos que tiene. Sin embargo los demás no son mancos. Que haya sido el elemento determinante con una generación de pilotos no significa que lo sea con cualquier generación venidera... incluída la actual. Ya barrió a todos los de su quinta y más mayores, pero los jóvenes de ahora, muchos, han sido sus fans de pequeños y ahora se saben todos sus trucos, sus carreras, le han emulado y han perfeccionado desde muy pequeños lo aprendido. Los que tienen talento están arriba y los demás... pues no. Esa nueva generación de Stoner, Pedrosa, Lorenzo, Dovizioso y lo que viene ahora que todavía no ha alcanzado la categoría reina o están empezando a llegar (Bautista, Bradl, Márquez, Iannone...) son muy malas noticias para Rossi. Han visto miles de veces sus carreras, han pasado a cámara lenta cada adelantamiento, han jugado a correr en la Play en todos los circuitos durante millones de horas. Se los saben de memoria incluso antes de viajar a ellos por primera vez. Ahora simplemente protagonizan el juego en la vida real y, para colmo, con la posibilidad de batir al Rossi de verdad, al de carne y hueso. Esa motivación no la tiene Valentino. Y si alguna vez tuvo una motivación tan fuerte, no es ahora. Ya sabe lo que duelen los huesos cuando se rompen, ya sabe lo que es que le gane su compañero de equipo, que le batan en pista, perder carreras por lesión, verse a más de un segundo por vuelta, pelearse contra una moto que no responde a sus órdenes. Eso mina la motivación de cualquiera, incluído Valentino. Lo malo es que se ha ido cerrando puertas allá por donde ha pasado, pero le había salido bien hasta ahora. Está en una vía sin salida o con mala salida. Si le llega a salir bien por tercera vez habría sido de locos y nosotros lo habríamos vivido, como si no fuera bastante haber vivido sus años más gloriosos -que ha sido magnífico- y los grandes duelos de su última etapa que me parecen mucho más disputados que los paseos que se daba con sus rivales de antes, cuando se escapaba de Sete cuando quería -casi siempre-, de Biaggi, del que tuviera cerca. En aquella época no tenía rival, pero ahora sí, y no uno ni dos. Desde la sorpresa de Stoner en 2007 se encontró que no era Rossi contra todos, sino que había unos "Cuatro Magníficos". Ya había 4 posibles ganadores en cada carrera. Ya no era la supremacía total. Ahí empezó a verle las orejas al lobo. Ya veremos cómo sale de esta situación. El futuro es incierto, la moto nueva no se sabe si será lo esperado y los tiempos del mejor Rossi dudo que vuelvan, porque con suerte le volveremos a ver entre los 4 magníficos, pero tal como están las cosas va a ser muy difícil que consiga otro título en MotoGP. Ahora sólo hay 3 magníficos y un puñado de aspirantes y Rossi no está entre ellos. No llegando a más de medio minuto del vencedor.