Por lo general el embrague de diafragma es ruidoso. Cuando embragamos, actuamos sobre los pétalos que abren los discos, así interrumpimos la transmisión del cigüeñal a la caja de cambios. Cuando esta embragado, los pétalos (también llamados desmultiplicadores) hacen fuerza al aro de presión que soporta los discos.
En el momento que desembragamos, es decir, dejamos transmitir la fuerza del cigüeñal a la caja de cambios, los pétalos o desmultiplicadores quedan sin tensión, con una cierta holgura que hace el embrague ruidoso. Esto se quita dándole una mínima tensión al embrague, a fin de que el pulsador, bombín o bolet (como lo queráis llamar) no deje estas piezas tan sueltas.
Es una cuestión de confort, porque si suenan no pasa nada. Es peor, como dice el compañero, que no suene porque tendremos un desgaste prematuro de la arandela del sobrerete que actúa sobre los pétalos.