Qué rica la emulsión de tubérculo con fruto de ave acompañado de allium cepa. O lo que viene a ser "tortilla de patatas con cebolla" de toa la vida.
Coñas aparte. Ya he estado en muchos sitios de esta guisa y he de reconocer que la experiencia es impresionante. Es un todo. El ambiente, los prolegómenos, las explicaciones, el mimo en presentación, el juego de colores, formas y sabores... Son muchas cosas, cientos de detalles que al final hacen del momento algo bastante singular y divertido (no entraremos en el tema exclusividad ya que por ahí no van los tiros)
También opino que es un capricho que no está al alcance de todo el mundo y más si no te apasiona la gastronomía, pero al menos una vez en la vida, no estaría de más probar y más teniendo en cuenta que tenemos dentro de nuestras fronteras los mejores restaurantes del MUNDO (que se dice rápido). DEL MUNDO. Casi ná! Y estos tios los tenemos en "casa".
Hay gente que recorre miles de kilómetros para vivir experiencias gastronómicas como otras que hacen lo mismo para ver unas carreras de motos o un partido de futbol.
Ahora, qué maravilla esos miles de restaurantes de "batalla de barrio" con sus menus del día, raciones y tapas que son para ponerles en los altares. Y encima los podemos visitar sin mirar qué nos queda en el saldo de la cuenta.
Enhorabuena a todos los chef, a los cocineros, a los cocinillas, a las madres y a las abuelas.
Abuela, tu cocina es un tres estrellas michelin pero que no se entere nadie así podré ir a verte sin necesidad de reservar mesa
