Bueno, yo sí recuerdo la crisis de finales de los 80 y principios de los 90. Las colas del paro eran también interminables y al amiguete que encontraba un trabajo lo mirábamos con admiración. Los bares estaban llenos, eran no sólo los lunes al sol, sino también los martes, miércoles, etc. Lo que pasa es que en aquella época, la economía sumergida era más factible. Desde la barra del bar que regentaban mis padres, veía auténticos buscavidas que se las ingeniaban para llevar el sueldo a casa y sin tantos controles ni inspecciones, desde gente que iba y venía a la Mancha y volvía con un remolque lleno de melones para venderlos en Valencia, otro tenía una pescadería montada en el capó lleno de hielo de un seat 850, otros que iban a las rocas y a la playa a recoger clotxinas y tellinas, otro se dedicaba a recoger escombros de obra con su furgoneta y esparcirlos por los solares de la ciudad y así infinidad de actividades que aportaban un duro a las familias. Hoy en día, la economía sumergida sigue existiendo pero tiene otro sentido, es decir, omisión de facturas, evasión de capitales, etc. pero aquellas actividades de antaño son más difíciles de aplicar. Bueno, esperemos tocar suelo ya pronto, cuando se toca suelo, el único camino que nos queda y tirar para arriba.